María Fux: la leyenda continúa
La gran bailarina se retira con su espectáculo "Después de mis setenta, comienzo"
Que baila profesionalmente, hace 55 años. Que ama la danza, desde que era muy chica y estudiaba clásico con Ekaterina de Galantha. María Fux hizo de este arte su vida, o viceversa: él la tomó para siempre. Hasta ahora, cuando, con el espectáculo "Después de mis setenta, comienzo..." se retire definitivamente de la escena como intérprete.
Con música de Aschero, Aubreya, Piazzolla y Blázquez, las funciones se realizarán el 2 y el 30 de septiembre, a las 21, en el Auditorio del Centro Cultural Recoleta.
En 1942, a los 19, hizo su primer recital en el Teatro del Pueblo. "Había estudiado clásico, pero luego empecé a hacer un profundo trabajo de experimentación y de búsqueda de un forma de comunicación con mi cuerpo. En aquel momento no sabía lo que me iba a deparar la danza: ella descubrió todo en mí. Siento hoy la misma pasión, idénticos miedos, la misma entrega queriendo saber qué pasa cuando quiero expresarme y decir quién soy, para qué vivo. A los 77, pienso lo que haré de aquí en adelante. Lo que espero es sembrar, seguir dando".
La gente le pregunta: "María, ¿todavía bailás?" . Ella responde, firmemente: "Si fuera pintora, escultora o actriz, no me dirían esto. Simplemente, soy una mujer que danza con lo que es. Estudio permanentemente todos los días; soy mi maestra y mi más severa crítica."
Si hubiera sido bailarina clásica, hace rato que hubiese dejado. "Pero no lo soy ni nunca lo quise ser. Es cierto que el cuerpo tiene y pone sus límites. Pero, ¿por qué no usarlos? Mis espectáculos son danzados y teatrales y yo hablo de lo que va pasando en el mí. Lo que presento ahora es autobiográfico y en ese aspecto estoy en un presente en el que puedo dar un mensaje diferente de la danza: vivir, dar mi experiencia a otros y seguir creando."
Si bien dedicó mucho a la interpretación, María Fux fue una precursora de la danzaterapia, un aspecto que se fue incrementando y que hoy abarca un amplio espectro de situaciones.
Caminos curativos
"Esto comenzó hace cuarenta años, cuando tuve por primera vez a una alumna sorda. Considero que es un trabajo de proyección porque tuve la fortuna de haber fundado en Italia y en España centros de danzaterapia con mi nombre. Ya hay camadas de gente que está aplicando mi metodología en asilos de ancianos, en cárceles de mujeres y con discapacitados."
Reflexiona:"Es maravilloso pensar que los elementos que doy tienen que ver con lo que he hecho en el teatro. Las coreografías me fueron brindando un lenguaje para expresarme y eso me fue llevando lentamente a dar a los otros la clave de lo que se puede hacer con el cuerpo, aun con límites. No para bailar sobre un escenario, sino para vivir mejor".
Ha desarrollado este trabajo con hipoacúsicos, con chicos con síndrome de Down, con personas de la tercera edad, discapacitados y hasta con gente que está en sillas de ruedas. "Por supuesto que hay límites, pero cada cuerpo puede algo y yo lo estimulo para sacar lo artístico que tienen dentro. Soy un puente para comunicarme y eso ayuda a que la gente empiece a moverse con una sonrisa. El ser humano siempre tiene y se merece una posibilidad y, por lo tanto, debo continuar formando gente para que haga esta labor cuando yo no esté."
Dejará de bailar "con este milenio que se cierra". Pero seguirá creando, estará en los ensayos, dando clases y embarcándose en todo proyecto que la aliente. La danza siempre será su continente. "No tendré a mis espectadores como bailarina, pero serán también míos en la medida que vean mis obras en otros."
Admira a Mary Wigman, Jacques Dalcroze, Dore Hoyer, Martha Graham, Merce Cunninham, Pina Bausch y el legendarioKazuo Ohno. Extraña profundamente a sus queridas y admiradas colegas fallecidas, Ana Itelman y Renate Schottelius.
Expresión en libertad
"Pero seguramente Isadora Duncan fue mi gran inspiración. Cuando leí su autobiografía, Mi vida , a los quince años, encontré lo que estaba buscando, la libertad. Ese libro siempre está a mi lado. En aquel entonces yo no conocía otra cosa más que clásico. Cuando descubrí a Isadora y sus conceptos, entendí que la danza podía olvidarse de los estereotipos. Ella abrió los caminos que derribaron barreras y convencionalismos para que todos fuéramos libres de hacer lo que sentíamos".
Desde entonces, persiste en su idea de que la danza se hace de adentro hacia afuera, hurgando sinceramente en la intimidad del alma. "Solo así es válida y puede comunicarse".
Hitos con arte
Despertar: a los 15 años conoció la filosofía de Isadora Duncan, que se contraponía con los estrictos conceptos de la danza clásica.
Precursora de la danza moderna en el país, con Cecilia Ingenieros y la alemana Renate Schottelius.
Originalidad: en 1952 dio recitales en Estados Unidos. Las críticas dijeron: "Es una creadora de una variedad dancística extraordinaria. Mezcla la danza moderna, el folklore argentino y diferentes épocas musicales". Improvisación:es su base, inspirada en el jazz, donde cada músico improvisa lo que le surge en el momento.
Teatro Colón: en recitales solistas, actuó en ese escenario en 1954 y 1960.
Moscú: fue la primera argentina de danza moderna que se presentó en Rusia en 1955, en el Teatro Hermitage. Hizo partes en silencio, una innovación.
Giras: bailó en Buenos Aires como en el interior del país y en Varsovia, Perú, Brasil, Uruguay e Isarel.
Ayuda: en 1971 fue pionera en la danzaterapia, que comenzó con hipoacúsicos. Publicó libros sobre este tema y fundó centros en España e Italia.
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