
Mar de fondo entre bambalinas
Actores en batalla: a un mes de las elecciones, graves denuncias sacuden a la Asociación Argentina de Actores.
A sólo un mes de las elecciones, estalló un conflicto entre distintos sectores de la Asociación Argentina de Actores (AAA). En una atmósfera de guerra, destellan las acusaciones de corrupción y malversación de fondos que un grupo de actores le viene haciendo a la conducción desde febrero de este año.
El perfil de los opositores, reunidos en la Lista Roja, creció vertiginosamente cuando, a comienzos de esta semana, ellos juntaron -según su cuenta- a 400 afiliados de la institución durante una asamblea realizada en el teatro Regina.
La actual dirigencia salió al cruce de las denuncias blanqueando algunas de las situaciones que se le imputan. "Nosotros reconocemos que tres dirigentes hicieron uso abusivo de sus facultades y se otorgaron autocréditos por montos muy superiores a lo que la Asociación da normalmente, pero eso lo salimos a denunciar nosotros mismos y esas tres personas fueron separadas de sus cargos y ya están devolviendo el dinero", explica Juan Borrás, presidente del gremio de actores, en diálogo con La Nación.
Según los datos aportados por el dirigente, los renunciantes son Omar Tiberti (secretario administrativo), Julio Fedel (vocal de esa misma secretaría) y Enrique Mazza (vocal de la secretaría gremial).
Ese hecho es el único del que los actuales dirigentes salieron a hacerse cargo. "Todas los demás son infundados y responden a claros intereses electoralistas", responde Alfredo Zemma, director de la Escuela de la AAA.
Una auditoría
El grupo opositor, que forma parte de la Lista Roja para las próximas elecciones del 25 del actual, está integrado por Raúl Rizzo, Luis Brandoni, Myriam Strat, Lucrecia Capello, María Vaner, Arturo Maly, Juan Carlos Dual y Mario Pasik, entre otros.
"Fuimos cuarenta y siete los que iniciamos estas denuncias, pero ahora somos muchos más. Y no es cierto lo que dicen acerca de que salimos a hablar por una ambición electoralista. Esto surgió en febrero, en forma espontánea, y si ahora nos presentamos a las elecciones es para dar una alternativa. Nuestra idea no es criticar y que se las arreglen", contesta Myriam Strat, apoderada de la Lista Roja.
La gestión gremial presidida por Borrás está al frente de la Asociación desde hace seis años, con los mismos nombres de la Lista Azul y Blanca rotando en buena parte de los cargos.
"Nosotros -continúa Strat- no estamos sistemáticamente en contra de todo lo realizado por esta dirigencia, pero hubo una ausencia muy grave de consulta a la gente, no se hicieron más que las dos asambleas anuales reglamentarias, y se resolvieron cosas muy importantes en las que los afiliados tendríamos que haber opinado."
La Sociedad de Gestión
Uno de los puntos a los que se refiere con más fuerza Myriam Strat es la formación de la Sociedad de Gestión, un organismo independiente de la AAA, pero que surgió de su seno hace algunos meses. "La Asociación decidió que era necesario que un ente de los actores se encargara de recaudar lo que les corresponde a los compañeros por los derechos de interpretación, una suerte de propiedad intelectual que también involucra la repetición de programas y que rige en todas partes del mundo", explica Eliseo Morán, secretario general de la AAA. Esa Sociedad de Gestión está presidida por Pepe Soriano e integrada por actores como Fabián Vena y Rodolfo Bebán.
La crítica que les hacen los integrantes de la flamante Lista Roja es que "ni siquiera nos explicaron los alcances de esta sociedad ni sus objetivos".
La situación es compleja y llena de vericuetos legales y contables. Las acusaciones y descargos van de un lado al otro, sin escatimar los términos más duros. "El estado de las cuentas en la Asociación es tan irregular que hace dos meses pedimos una auditoría al Ministerio de Trabajo", detalla Strat.
Esta intervención de auditores externos a la Asociación molestó a los dirigentes. "Cuando la auditoría vea que no falta una sola moneda, se van a tener que comer tantos juicios...", dice Zemma.
Además, los opositores denunciaron que las retenciones realizadas por la AAA para la DGI nunca fueron depositadas y se destinaron a fines no demasiado claros. Así, hace unos meses, la Asociación tuvo que acogerse a una moratoria por un monto cercano a los 500 mil pesos.
Todas y cada una de las denuncias del grupo opositor fueron respondidas públicamente por los actuales dirigentes, pero ninguna de esas respuestas parece conformar a los denunciantes.
Esta batalla difícilmente terminará el próximo 25 del actual en las urnas, momento en que los cinco mil afiliados de la AAA podrán decidir a quiénes quieren en la conducción. Las acusaciones son tan graves y los ánimos están tan exaltados que, según los integrantes de ambos bandos, todo terminará en manos de la Justicia.