Madonna, eterna rebelde con causa
Con nuevo disco y siempre inquieta, la Chica Material reflexiona sobre sus tres décadas de carrera y lo que le queda por conseguir; feroz crítica de la industria discográfica, teme el destino de la música en el mundo digital
NUEVA YORK (The New York Times).- Madonna llega perfectamente compuesta, con casi una hora de demora, a la entrevista en su casa del Upper East Side. Parece tensa cuando se disculpa: "Ahora llego tarde a todo", dice.
Asegura que corre desde diciembre, cuando un hacker subió varias canciones sin terminar de su nuevo álbum, Rebel Heart. Su respuesta inmediata fue subir para la venta online seis de esas canciones terminadas y muy mejoradas, que treparon rápidamente al top ten de los charts de todo el mundo. Y se puso a trabajar frenéticamente para finalizar el resto del álbum, que finalmente se editó hace diez días. El disco suena tan conocido -repleto de amor, baile, feminismo, blasfemia y calentura- como actual, grabado con una cantidad exorbitante de colaboradores para luego ser retocado por varias manos, siempre bajo la constante supervisión de la propia Madonna. "Estaba tratando de pensar más, de elegir las cosas con más tiempo, todo ese proceso -dice- y de repente me forzaron a sacar todo. Así que ahora estoy tratando de acomodarme. Lo que empezó como una experiencia estimulante, superadora y divertida se convirtió en algo bastante loco. Un proceso artístico extraño, pero creo que es una característica de estos tiempos. Todos somos digitales, todos somos vulnerables y todo es instantáneo. Éxito instantáneo y fracaso instantáneo. Descubrimiento instantáneo, destrucción instantánea, construcción instantánea. Es tan espléndido y maravilloso como desolador. Para mí, es la muerte del artista en muchos sentidos."
Hablamos en su living, presidido por un cuadro de Fernand Léger que cuelga sobre la chimenea. Frente a ella, una gran mesa ratona repleta de libros y carpetas con fotos que Madonna ha estado usando para preparar el guión de su próxima película, basada en la novela The Impossible Lives of Greta Wells. Dos imponentes e inmaculados sillones color crema flanquean la mesa ratona, pero Madonna prefiere sentarse en el piso.
Llegó corriendo a nuestra entrevista desde una prueba de vestuario para próximas presentaciones. "Estoy usando la mitad de un traje", explica la cantante, que ha presentado su single "Living for Love" en distintas entregas de premios vestida con un traje de matador y rodeada por hombres con el pecho desnudo y cuernos de toro. El último 25 de febrero, Madonna sufrió una peligrosa caída en el escenario de los Brit Awards. Se suponía que un bailarín le sacara la capa que vestía, pero el nudo que la sostenía era demasiado fuerte y, al tirar de ella, cayó hacia atrás y por las escaleras de la escenografía. Segundos después se levantó y siguió bailando. "En ese momento no sentí nada -explica-. Sólo recuerdo haber caído hacia atrás y golpearme la nuca. Pero tenía tanta adrenalina de la presentación que me paré y seguí. Si no estuviera en tan buena forma física no hubiese sobrevivido la caída. Pero soy fuerte: sé cómo caer. Hago equitación, tengo fortaleza física y sé que eso me salvó. Eso y mis ángeles guardianes. Creo que hay un mundo físico y un mundo metafísico, y que ambos están entrelazados. Así abajo como arriba. Ambos trabajaron para protegerme."
Rebel Heart, como la mayoría de los discos de Madonna, tiene un concepto muy explícito. Originalmente, la idea de la artista era dividir el álbum en dos partes muy distintas, rebeldía y corazón. "Una cara iba a representar mi lado más rebelde y provocador y la otra, el más romántico y vulnerable", relata. Pero el álbum editado por estos días no mantuvo esa división: salta de un clima a otro. Y, en un movimiento inusual para Madonna, también da algunos pasos atrás. "Veni, Vidi, Vici" compone una autobiografía triunfal a través de los títulos de sus canciones.
"No me gusta vivir en el pasado, pero me pareció que era el momento indicado de hacerlo. Después de tres décadas de carrera uno debe mirar atrás -afirma-. Porque hay muchos momentos en que me detengo a pensar y digo «guau». Pensar en toda la gente que he conocido, con la que trabajé, con quien he trabado una relación, de Basquiat a Michael Jackson a Tupac Shakur. Yo sobreviví y ellos no lo hicieron. Es un recuerdo agridulce, pero en el que me quiero detener. Es la culpa del sobreviviente: ¿por qué yo estoy acá y ellos no?"
En otra canción, la balada "Joan of Arc", Madonna revela que no es inmune a los incontables ataques de los que ha sido objeto en estos años. "Siempre admiré la historia de Juana de Arco y lo que ella simboliza, el poder de sus convicciones. No tengo su fortaleza aún. Todo el mundo piensa que soy impenetrable y/o sobrehumana, y quizás es inevitable que lo crean cuando una ha durado en esto tres décadas. Pero por supuesto que no es verdad, y creo que es lo que estaba tratando de decir con esta canción".
Como hámster en una ruedita
Madonna trabajó un año y medio en Rebel Heart. Cuando comenzó con el proyecto, simplemente quería dedicar un tiempo a escribir. "En este negocio, uno se siente a veces como un hámster en una ruedita. La gente espera cosas de vos en este negocio. Yo espero cosas de mí. Desde que era una adolescente nunca he dejado de vivir en una suerte de estado creativo: creando coreografías, escribiendo canciones o lo que sea. Me sentía seca."
Decidió dividir su tiempo entre el guión de su película y la música. Su manager, Guy Oseary, le sugirió trabajar con Avicii, el productor sueco de 25 años responsable de éxitos globales como "Wake Me Up". Los mejores discos de Madonna han resultado de su colaboración con un único productor (William Orbit en Ray of Light; Nile Rodgers en Like a Virgin; Patrick Leonard en Like a Prayer). Pero la "conexión Avicii" abrió las puertas a la forma de colaboración más extendida en el pop de este siglo XXI, en la que distintos productores trabajan y remezclan las canciones hasta pulirlas a la perfección: ahí están Kanye West, Diplo, Ariel Rechtshaid. DJ Dahi y más.
"No sabía en lo que me había metido, así que un proceso simple se volvió uno muy complejo -explica-. Todos ellos son tremendamente talentosos, no hay discusión alguna. El problema es que cada persona con la que acordé trabajar también acordó trabajar con otras cinco mil personas más. Así que tuve que entrar donde pudiera". Pero Madonna insistió en que las colaboraciones fueran "a la antigua", como las define. En lugar de entregar los temas para que sean pulidos y luego aprobados por ella, les da forma en persona. "No salgo del cuarto en ningún momento. Me parece que los hace enojar. «¿No tenés que ir al baño? ¿Hacer algo? ¿Responder llamadas? ¿Nada?»"
El productor Toby Gad, que trabajó con figuras como Beyoncé, participó en 14 canciones del proyecto. Siete de ellas, incluyendo "Joan of Arc" y "Living for Love", terminaron en el álbum. Él da su visión de la metodología de grabación de Madonna: "La primera semana fue muy intimidante. Como un período de prueba. Tenés que hacer críticas, pero sin llegar a ofender. Le gusta que la gente sea sincera y diga lo que tiene que decir. Todo funcionó muy bien y con el correr de las semanas se puso cada vez más agradable".
Rebel Heart es quizás el disco más diverso de Madonna, ya que incluye desde la carga gospel de "Living for Love" hasta la provocadora "Bitch, I'm Madonna", baladas como "Ghosttown" y "Heartbreak City", la seducción de "Best Night", el reggae de "Unapologetic Bitch" y la juguetona "Body Shop", con su doble sentido automovilístico montado sobre los rasguidos de un sitar. Las canciones cambian radicalmente incluso en su mismo desarrollo, del verso al estribillo. Aquellas producidas por Kanye West unen su ritmo espartano y abrasivo con estribillos muy pegadizos. "Ésa soy yo -reconoce Madonna sonriendo-. Ahí entro yo. Es un interesante matrimonio de las estéticas de los dos." También escribieron juntos un tema para el próximo disco de West, revela.
A los 56 años, no le preocupa que la industria del pop esté obsesionada con la juventud: "No creo que los artistas estén pensando en su edad cuando crean, ¿no te parece? Yo sólo pienso en mi edad cuando alguien la menciona o trata de ponerme límites diciendo «Tenés esta edad así que» puntos suspensivos".
Su respuesta ante las críticas, como lo ha sido siempre, es perseverar. "He sido marginalizada como mujer en un mundo de hombres, en una industria sexista y en un mundo sexista. Siempre he tenido que luchar contra algo o resistir algo. Nunca he podido relajarme. Para mí, ha sido difícil desde el primer día".