Luis Miguel, la serie: cómo fue el verdadero arresto del cantante que muestra la nueva temporada de Netflix

La nueva temporada de Luis Miguel, la serie estrenó este 28 de octubre en Netflix. La tercera entrega de la exitosa producción retrata algunos de los peores momentos que debió atravesar el cantante ya consagrado como estrella. En las últimas horas, quienes pusieron play a los episodios pudieron recordar una de las situaciones más intensas y dramáticas en la trayectoria del intérprete: su arresto en 2017 por una demanda de su representante.

Según se supo en su momento a través de la agencia de noticias EFE, el célebre músico fue detenido en Los Ángeles, Estados Unidos, el 2 de mayo de ese año, y afrontó un duro proceso penal en la Justicia norteamericana.

¿Qué ocurrió? Luis Miguel fue demandando por William Brockhaus, quien lo había representado entre 2012 y 2015. El manager fue dueño y CEO de la empresa WB Management, que gestionó la carrera de “Micky” en aquellos tiempos y, tras finalizar su vínculo laboral, le reclamó a su cliente un millón de dólares en concepto de indemnización por incumplimiento de contrato.

Brockhaus y Miguel se conocieron en el año 1997 al compartir varios conciertos y eventos, y forjaron una estrecha amistad que perduró durante años hasta que decidieron extender su relación al ámbito laboral. La misión del manager era mejorar la planificación de los tours para lograr una reducción considerable de los costos, según señaló él mismo en su LinkedIn personal.

En 2015, “Micky” canceló una serie de espectáculos y trascendió a la prensa que daría de baja una esperada gira por Estados Unidos por problemas de salud. Las críticas contra el cantante repercutieron en el negocio y en que Brockhaus dejara su rol.

Al poco tiempo, en 2016, William presentó su demanda. En ella, acusó al cantante de incumplimiento de contrato y exigió una compensación de 1,4 millones de dólares. Además, salieron a la luz una serie de documentos en los que se detallaban los bienes y las ganancias de Miguel y se afirmaba que estaba en condiciones de afrontar la deuda.

La Justicia falló en favor de Brockhaus pero, a pesar de haber salido victorioso, no recibió el dinero de la sentencia por muchos años. Por este motivo, fue confiscado el lujoso Rolls Royce del cantante, aunque ese bien solo alcanzaba para cubrir la mitad del monto exigido y la jueza Virginia Phillips debió llevar al músico ante los tribunales.

Luego de que “el Sol de México” evadiera en reiteradas ocasiones las citaciones judiciales, Phillips determinó arrestarlo por desacato. Entre la espada y la pared, al final decidió entregarse voluntariamente y, tras demostrar una buena predisposición, fue liberado bajo fianza y comenzó una nueva etapa de negociaciones con su exrepresentante.

Una semana más tarde, el artista y Brockhaus acordaron una cifra superior al millón de dólares que el músico abonó en los plazos correspondientes, logrando así sobreponerse a uno de los momentos más críticos de su carrera profesional.

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