Lucrecia Capello: la actriz que quería ser lo más común posible
Hace tiempo que su salud se había resquebrajado y meses atrás sufrió una descompensación que obligó a solicitar dadores de sangre. En los últimos días, Lucrecia Capello empeoró y murió ayer, en el sanatorio La Providencia. Tenía 77 años y fue uno de esos seres adorados por la colonia artística y los espectadores. Por talento, por personalidad, por buena gente.
Multifacética, se destacó tanto en teatro como en cine y en televisión. En 2007 ganó un premio Martín Fierro como Mejor Actriz de Reparto en Drama, y entre los numerosos programas de TV en los que participó se pueden mencionar Los gringos, Chantecler, Bernadette, La cruz del Norte, Prohibido pisar el tango, ¡Socorro, quinto año!, El proceso, La viuda blanca, Rosé, Viva América, Extraños y amantes, Alta comedia, Chiquititas, Mamá por dos, Señoras y señores, Hombre de mar, Tiempo final, Gasoleros, Milady, Los buscas, Culpables, Zafando, Culpable de este amor, Epitafios, Mi fantasma favorito, Mujeres asesinas (donde encarnó a Yiya Murano), Un cortado, Vientos de agua, Montecristo, Gladiadores de Pompeya, Amas de casa desesperadas, Televisión por la identidad, Dromo y El elegido. En este último ciclo logró una gran popularidad al encarnar a una popularidad postergada con su personaje de Silvia Escalada Blanco, junto con Pablo Echarri y Paola Krum.
En el teatro pudo demostrar también su versatilidad como una gran actriz de soporte y en roles protagónicos. Fue maestra de actuación en la Argentina, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos, y su gran prestigio en su país se confirmó cuando integró el elenco estable del entonces Teatro Municipal General San Martín y además brilló en escenarios públicos y comerciales. Pero antes de eso, incluso, formó parte del mítico grupo Nuevo Teatro, liderado por Pedro Asquini y Alejandra Boero. En 2009 ganó un Premio ACE por su trabajo en Agosto, condado Osage y un María Guerrero por su labor en El burgués gentilhombre. Pero también desempeñó roles de importancia en Sempronio (su debut), Cuarta era,Raíces, El mercader de Venecia, El asesinato de la enfermera George, Érase otra vez Nélida Lobato, La jaula de las locas, Cabaret Bijou, Sopa de pollo, La valija, Fuenteovejuna, El destete, Ya nadie recuerda a Frederic Chopin, Víctimas y victimarios, El frac rojo, Equus, El Bizco, Babilonia, El organito, Cristales rotos, Otros paraísos, Silvia, Corpiñeras, Don Chicho, Cremona, Esperando la carroza, La casa de Bernarda Alba, El viento se los llevó, Vestir al desnudo. La isla del fin del siglo, Sallinger y A propósito de la duda.
Lucrecia comenzó su actividad en la pantalla grande en 1977, al participar en la película Saverio, el cruel, de Ricardo Wullicher. Entre otras películas en las participó podrían citarse Los viernes de la eternidad, El hombre del subsuelo, Casi no nos dimos cuenta, El desquite, Espérame mucho, Se acabó el curro, El juguete rabioso, Cuerpos perdidos, Flop, Chiquilines, La sonámbula, recuerdos del futuro, Apariencias, Arregui, la noticia del día, Vidas privadas, Próxima salida, Papá se volvió loco, Géminis, La suerte está echada, El cine de Maite y Las chicas del 3°. "Siempre quise ser lo más común posible", le dijo hace unos años a Silvina Lamazares, en el diario Clarín. Ayer, el público y sus compañeros actores dieron a conocer su pesar a través de las redes sociales, y su nombre fue trending topic en Twitter, en la Argentina durante algunas horas. Sus restos fueron llevados hoy al Panteón de Actores, del cementerio de Chacarita.
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