
La Bombonera se transformó en una piojera. Más de 70 mil personas disfrutaron de dos shows, con invitados y temas nuevos.
Como fantasmas pelándole al viento. Así estaban los cuarenta mil piojosos que el viernes 23 colmaron, por segunda velada consecutiva, el Estadio de Boca Juniors. El frío pegaba fuerte en La Bombonera. El ventarrón, atípico para la fecha, parecía envalentonar a lo fanáticos de Ciro & Co., dispuestos a disfrutar de un nuevo ritual.
Unos minutos antes de las 21, se apagaron las luces del estadio y comenzó una intro instrumental que derivó en "Fantasma", el primer tema de una extensa lista de más de ¡30! canciones. La primera sorpresa fue "Babilonia", que de bis casi obligatorio pasó a los primeros lugares, acaso para calentar un poco el ambiente.
Sonaron los clásicos del grupo (Angelito", "Todo pasa" y "Desde lejos no se ve"), y sonaron, también, los artefactos de pirotecnia (algún tres tiros, fuegos de artificio, etc... –triste recuerdo para las víctimas de Cromañón). Promediando el recital, el cantante Andrés Ciro pidió prudencia: "Sabemos que acá no pasa nada , pero aflojen un poco con los tres tiros. Los padres todavía están pidiendo justicia y esperemos que la obtengan", declaró. A partir de allí, el público hizo caso.
Los Piojos llegaron a la cancha de Boca para cerrar un año que los tuvo bastante inactivos. Incluso, como es sabido, se rumoreó que se separaban. Sin embargo, después de presentarse en el Pepsi Rock, diciembre los encontró rebautizando La Bombonera (por un par de días, fue "La Piojera"). Los shows fueron registrados en video, ya que la intención es editar un DVD con los shows de la cancha de River (a fines de 2003) y de Boca. Se llamaría, entonces, River /Boca . En ese sentido, las figuras invitadas aportaron imagen y talento, registrado para la posteridad. Pablo Guerra (ex guitarrista de Los Piojos y de Los Caballeros de la Quema, actual lider del grupo No Tengo) se lució en "Chac tu chac" y "Los mocosos". Un coro de chicas, encabezado por Lucila Rada (la hija del Negro) le puso color y calor a "Murguita" y "Olvidate". Y el Rada mayor, el benemérito Rúben, le hizo hacer acrobacias a sus cuerdas vocales, cantó "Guadalupe" y "Manise" e intercaló fragmentos de sus temas más emblemáticos, como "Blumana". Finalmente, Tavo Kupinski largó la guitarra y agarró el bandoneón para acompañar a Omar Mollo, que subió a cantar "Gris" y, a pedido del público, cantó "De puro Curda", un viejo tango compuesto por Carlos Olmedo y Abel Aznar, en 1957.
En esta ocasión, Los Piojos presentaron tres temas nuevos. En "Llega el tren", Los Piojos revisitan el imaginario ferroviario. "Buenos días Palomar" es un relato de realismo mágico barrial. Y el rockero "Hoy es hoy".
Pero, sin dudas, el momento más efervescente de la noche fue cuando Ciro se puso la bata y se calzó los guantes de box. Con todo el mundo saltando contento, cantó "Como Alí". La despedida fue con "Morella", pero faltaban los bises.
Los Piojos volvieron al escenario y entregaron diez temas más. Se destacaron "Agua" (con el Coro Kennedy), "Maradó" (sin la visita del Diego, y sin la intro recitada, pero con el Himno Nacional Argentino versión rockandombe a modo de potente introducción) y "Tan Solo". En el ocaso del show, fueron treinta y nueve mil novecientas noventa y nueve las gargantas que cantaro aquello de "Quizás no sea el vino...". Andrés no dijo ni un solo verso. No hacía falta. El ritual, una vez más, había salido perfecto.