"Cómo decírtelo... Quiero hacer una analogía medio rara, pero viste que dicen que cuando perdés un miembro o te tienen que amputar un brazo o una pierna, durante un tiempo lo seguís sintiendo, como si lo tuvieras", dice Richard Coleman apenas unas horas antes del debut de la gira Gracias Totales en Bogotá, Colombia. "Bueno, las bandas tienen miembros. A esta banda le falta un miembro y en ese momento en el que estamos tocando con Gustavo lo ves, está, aparece, pero también te das cuenta la falta que tienen ellos (Charly Alberti y Zeta). Es muy complejo de explicar, pero es sumamente emocional, realmente podés entender lo que les falta a ellos también y empatizar con ellos y ponerte contento... porque van a estar completos... ya está... Es muy fuerte. Qué bueno que estemos acá con ellos y todos vamos a estar con el mismo sentimiento". Después de media hora de charla, de recordar a Gustavo Cerati y de contar cómo se gestó este regreso de Soda Stereo que lo tiene a cargo de las guitarras de su amigo, Coleman se quiebra y expulsa todo su sentimiento a través de un puñado de lágrimas. Con el estreno tan cerca, las emociones por aquí están a flor de piel. Por eso este experimentado guitarrista de 56 años agradece el momento y espera no quebrarse otra vez arriba del escenario.
A principios de los 80, antes de salir al ruedo oficialmente, Soda Stereo no era un trío, sino un cuarteto: Gustavo Cerati, Charly Alberti, Zeta Bosio y Richard Coleman. "En cuarteto Soda sonaba tremendo. Mientras estuvimos los cuatro tocando, me acuerdo que hacíamos «Dietético», «Telekinesis», canciones que estaban buenísimas. Para mí era como tocar en XTC, con toda esa cosa medio irónica que tenían. Después eso se ablandó un poco como para que quedara como un grupo festivo, pero el monstruo estaba oculto. Lo habían metido en una cajita para que no se notara tanto el sarcasmo de todo", dijo un tiempo atrás Coleman acerca de aquella formación, que no llegó mucho más allá de unos cuantos ensayos y que el mismo Coleman decidió abandonar con la certeza de que el formato trío era el mejor para la banda.
De todas formas, tres años más tarde y ya en pleno ascenso tras un festejado debut discográfico, el trío volvió a probar con un cuarto integrante, esta vez un tecladista, con la intención de sumar texturas y sonoridades a una música que cada vez era más compleja. "Yo tocaba en Sueter", recuerda Fabián "Zorrito" Quintiero, "y Charly y Zeta fueron a verme a La Esquina del Sol. Cuando terminó me dijeron: ‘¿Por qué no venís mañana a la sala de ensayo de Soda?’ De allí en más participó de giras y de la grabación de un disco, Nada personal, para luego dejar la banda y subirse a Los Enfermeros de Charly García con tan solo 20 años.
"Los músicos que estamos participando del proyecto trabajamos con Gustavo muy de cerca"
"Está buenísimo y estoy recontento. Hoy cuando me levanté dije: ya está", dice Coleman, sentado en el lobby del hotel que durante los últimos tres días se convirtió en bunker de esta gira. "Fueron once meses de laburo, es un montón. Configurar cómo sería mi aporte y darle una vuelta concreta a qué rol cumplir en la banda. Porque uno entiende que hay una delicada línea por el tema Gustavo. Por eso lo primero que formulé fue que teníamos que marcar una verdadera diferencia, tratar de que no sea un autotributo y escapar de las miles de bandas tributos, que hacen una imitación, sin ánimo de tirarles nada, pero que realmente son otra cosa. Investigar y sumergirme en la riqueza musical que existió en la trayectoria de la banda, en tantos discos, y con el conocimiento de haber trabajado tan íntimamente con Gus".
-¿Volviste a escuchar todas las canciones?
-Tuve el acceso a los multitracks y eso es un privilegio. Desde el momento que tuve el material del trabajo, fue un viaje maravilloso, emocionante, de escuchar lo que tocaba Gustavo en vivo, nota por nota, entender que eso era una síntesis, después comparar eso con la grabación de estudio, entender cómo era su acompañamiento cuando él cantaba. Escucharlo a él solo en el estudio, con la guitarra, fue muy fuerte. Estuve una semana entera escuchándolo y cada dos por tres tenía que parar para llorar, porque Gustavo está presente en mi día a día, como alguien querido que se fue: está la foto de mi viejo y tengo los recuerdos de Gustavo. Son cosas que me acompañan todo el tiempo y estar trabajando todo el tiempo con esto... Desde el principio, cuando me hicieron la propuesta, les dije que me quería ocupar de la producción de las guitarras, cómo presentar los arreglos de guitarra en vivo.
-¿Y desde el principio pensaste en Roly Ureta como segunda guitarra?
-Sí, inmediatamente, no le di muchas vueltas por conocerlo a Roly desde tantos años, saber de su calidad como instrumentista, de su sensibilidad, de su oído y porque además él es otro de los guitarristas que trabajó con Gustavo. Gustavo no trabajaba con muchos guitarristas fuera de la banda, pero Gustavo hizo Fricción conmigo y cuando llegó el momento de buscar a alguien que lo reemplazara, fuimos a verlo a este chico, que tocaba en una banda llamada Sachet, en Prix D'ami, y a los dos nos encantó. Roly fue el primero que tuvo que tocar partes de guitarras de Gustavo, era otra banda, pero eran sus partes. Y cuando Gustavo produjo el segundo disco de Fricción, Para terminar, él trabajó mucho con Roly, porque Roly era más responsable que yo. Siempre fue el mejor alumno, digamos. No casualmente ahora se cierra un círculo, porque la realidad es que, excepto Simón, el hijo de Zeta, los otros tres músicos que estamos participando del proyecto trabajamos con Gustavo muy de cerca. Por otro lado, conozco mis limitaciones y había un montón de partes técnicas de Gustavo que no iba a poder sacarlas con solvencia. Entonces, con Roly nos repartimos y armamos esto que es una versión de Soda Stereo. La idea musical de Soda está y te lo puedo decir hoy, antes del show, porque estoy muy contento y estoy muy seguro de que eso lo logramos.
¿El show era lo que te imaginabas cuando te propusieron sumarte al proyecto?
-Por un lado sí, tenía una maqueta más simple, pero la estructura del show audiovisual la entendí rápidamente. Tampoco me chocaba el sincro con filmaciones, porque recordé un show que vi en Los Ángeles en 2000, cuando vivía allá, de Peaches, que en un tema hacía un sincro con Iggy Pop y me encantó.
-¿Qué fue lo primero que pensaste cuando Charly y Zeta te propusieron ser el guitarrista de esta gira?
-Me llamaron y tuvimos una reunión. Yo les pedí que también estuviera Adrián (Taverna), porque tengo mucha confianza con él, es mi sonidista también y somos amigos. Sabiendo que Adrián formaba parte del equipo y de la producción, me sentí más cómodo. Él es el director musical, que trabajó en proponer qué pistas dejar y cuáles no, en organizar los ensayos, en estar atento en los sonidos. Zeta realmente me lo dijo desde el corazón y yo lo entendí, empaticé, y dije: "Sí, esto está bien". Porque él me dijo: "Nosotros queremos tocar nuestros temas y estamos buscando la manera de hacerlo. Imaginate, hay un montón de grupos tocando nuestras canciones y gente que los va a ver. ¿Y nosotros no podemos salir a tocarlas? Queremos salir a tocar, no sabemos cuánto tiempo más vamos a poder y probablemente ésta sea la última vez que lo hagamos". Cuando Zeta me dijo eso, cómo no los voy a entender. Gracias por llamarme. Y yo estoy convencido de que este es el Soda Stereo posible en 2020, así que es completamente válido y lo digo con todo el respeto por el legado de Gustavo y por el legado de Soda Stereo. Y te lo dice el primer ex Soda Stereo, ja, ja.
-¿Cuál es el momento del show que disfrutás más?
-Promediando el show hay dos temas que están seguidos que a mí me sacan del espacio y el tiempo y me quedo solamente en la música. Uno es con Gustavo cantando, que me parte, pero en especial cuando el tema se pone instrumental, porque después que canta la letra, es como que seguimos en la misma frecuencia y estamos tocando con él. Yo siento que me deja en una vibración que entro en la misma frecuencia con él. Te lo cuento y se me pone la piel de gallina. Es algo intransferible. En un punto es volver a tocar con Gustavo y te lo cuento y me emociono. Y después, mi disco favorito de Soda siempre fue Dynamo y la versión de "En remolinos" es fuerte. Yo estoy tocando con Soda como toqué siempre con ellos. Cada vez que Gustavo me invitaba a tocar, era para tocar como toco yo, y eso es lo que estoy haciendo y es lo que realmente me deja muy tranquilo con un montón de cosas. Aprendí las partes de Gustavo para no tocar como él. Porque yo tengo la mano derecha de Gustavo, yo sé cómo es eso. No tengo todo eso, pero entiendo mucho, porque lo compartimos y tuvimos esa sincronicidad desde el principio. Nos pasábamos data de cómo tocaba cada uno cuando éramos chicos y la mano derecha siempre fue clave. Analizar esas partes y entenderlas estuvo muy bueno. Se que si lo toco una parte de algún tema de una manera diferente, Gustavo me hubiera dicho "hacelo así que está bueno". Eso me pasa muchas veces durante el show.
"¿Quién puede decir que esto no es Soda Stereo?"
La noche anterior al debut, el Zorrito se acerca a la mesa con su look Piratas del Caribe, tras un extenso primer ensayo general. Días atrás, en su activa cuenta de Instagram, publicó una fotografía ni bien pisó suelo colombiano en la que se lo veía acompañado por Zeta, Alberti y Oscar Ruggeri. "No sabés lo divertido que es Oscar. Nos matamos de risa y yo le conté que justamente con los Soda vimos el partido de Argentina contra Inglaterra del Mundial 86 en un festival en Londres. Un día antes habíamos ido al Glastonbury a ver a The Cure y a Psychodelic Furs, dos bandas que en ese momento nos gustaban mucho, y nos robaron la carpa que teníamos para los cuatro. Tuvimos que dormir en el auto. Al día siguiente, nos fuimos a otro festival y pasaban el partido en unos televisores chiquitos que tenían los foodtrucks. Los ingleses estaban como locos y si nos preguntaban de dónde éramos, le decíamos: "Somos españoles, tío".
Poco después de aquella anécdota, el Zorrito dejaría Soda y no volvería a tocar con ellos hasta el regreso de 2007, cuando fue invitado en uno de los shows de la gira Me Verás Volver. Trece años después, vuelve a poner sus teclados al servicio de la música de Soda Stereo. "Yo me incorporé a este proyecto hace seis meses. Zeta ya me había contado algo, que estaban pensando en tocar, pero que no era fácil, ya que un miembro tan fundamental como Gustavo ya no estaba. Pero cuando supe que Richard estaba adentro, a mí me dejó tranquilo y me gustó más. La relación que tuvo Richard con Gustavo fue muy fuerte, eran muy amigos... y muy amigos por la guitarra, también. Me parece bueno que esté Coleman y que esté yo también, porque tengo que ver con ese principio de Soda. Creo que Richard y yo estamos validados para estar ahí y, a la vez, validamos un poco la propuesta. Me gustó la idea. Estamos todos más grandes, estamos bien y se ensayó mucho. Creo que nunca ensayé tanto en mi vida".
El Zorrito asegura que luego del primer ensayo aquí en Bogotá, con la puesta y las pantallas, quedó sorprendido por el nivel internacional de la gira. "No hay otra banda argentina que pueda hacer hoy algo así en América latina. En un momento bajé del escenario, porque en dos temas tocan ellos dos solos, con Gustavo desde las pantallas, y pude ver desde afuera toda la infraestructura, me quedé duro. Lo de Gustavo en la pantalla es muy fuerte y es muy grosso que la tecnología de hoy nos permita hacer esto. Después de tantos ensayos en la sale, poder verlo en escala real me impactó mucho".
¿Se puede decir que la banda es Soda Stereo o es otro grupo?
-Para mí es, aunque es una situación especial, ¿no? Son las canciones que grabaron ellos, algunas también las grabé yo. ¿Quién podría decir que esto no es Soda Stereo? Este tipo de cosas que pasan en la vida te dejan no solo perplejo sino a veces sin la posibilidad de seguir haciendo lo que también te pertenece. Pero acá está claro que la idea nunca fue reemplazar a nadie; es otra cosa esto. Es una juntada de gente que, cada una en su medida, también es un poco Soda Stereo. Cuando escucho las canciones que grabé y los arreglos que hice me remite a esa época de mi vida. Estoy tranquilo y traté de transmitirle eso a ellos. A esta altura todos tenemos mucha experiencia, mucho recorrido, y está bueno estar tranquilos para hacerlo. Estuvo muy buena la experiencia de volver a trabajar con el "estilo Soda Stereo". Hay un estilo de trabajo, de organización, re profesional, de mucho nivel, de gran grupo. Esto es un poco lo que pasa en el mundo y no tanto en la Argentina. Yo entré con el ánimo de colaborar con ellos no sólo en los teclados sino en que haya onda, porque soy amigo de Héctor (Zeta) desde pendejo. Desde el primer día lo vi bien, lo sentía bien, entonces los tranquilizaba, porque ellos obviamente estaban con el peso de la historia. Además, se mandaron a hacer un espectáculo novedoso. Esto de sincronizar imágenes, invitar a gente grabada... Es algo más actual.
-¿Tenés alguna parte preferida del show?
-Me gusta mucho como quedó "En remolinos", que está bastante dark. En el 85 curtíamos mucho esa, íbamos a bailar a Freedom, a esos lugares darkies. El último que entró a la lista de cantantes fue Walas, que canta "Juegos de seducción", y también está muy bueno. Cuando lo vi el otro día me gustó mucho, me divirtió.
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