Los Martín Fierro desde adentro: todo lo que no se vio de la gala
Como cada año, la entrega de los premios más esperados por la farándula local dejaron muchas perlitas fuera del alcance de las cámaras
Existe una máxima televisiva que asegura que "lo mejor sucede en los cortes". Pues bien, ese axioma vale también para la entrega de los Martín Fierro , esa fiesta que, cada año, invita a comulgar a nuestras vernáculas estrellas en un mismo lugar y a una misma hora para delicia de todos.
El temita de las mesas
Aunque la cita era a las 19.45, el salón Pacífico del hotel Hilton demoró en poblarse. Como sucede en Hollywood, cuánto mejor sea la posición en el ranking de popularidad, más tarde se debe llegar y más temprano hay que retirarse. Un grupo de modelos (Soledad Solaro, Soledad Ainesa) y algunos equipos periodísticos (el de Periodismo para Todos y el de Telenoche), fueron los primeros en llegar y en tomar sus asientos.
Una de las últimas en ingresar fue Moria Casán , que llegó secundada por su novio y por Victoria y Stefanía Xipolitakis . El problema apareció cuando descubrieron que estaban asignadas en mesas separadas, y las hermanitas griegas se negaron a sentirse "huérfanas" de su madrina artística. Luego de algunos cambios, los cuatro consiguieron compartir la cena y todo fue alegría.
La noche de las selfies
El furor desatado por la autofoto de los Oscar hizo que las selfies se volvieran protagonistas durante la gala de estos Martín Fierro. Vicky Xipolitakis, por ejemplo, fue una de las más solicitadas de la noche, y hasta la mismísima Griselda Siciliani se acercó hasta su mesa para pedirle una instantánea durante el primer corte de la ceremonia. "¡Es mi nueva amiga!", gritaba la vedette, mientras Moria le decía a la actriz de Farsantes que tenía que convencer a Adrián Suar para que le diera la conducción de programa infantil. "Pero decíselo como si fuera una idea tuya", apuntaba la griega. Griselda sólo atinó a reírse de la ocurrencia.
Esas extrañas presencias
Cada año, la gala del Martín Fierro muestra ciertos invitados que poco parecen tener que ver con la radio y la televisión. El estilista Fabio Cuggini, el abogado Fernando Burlando y el "Mago sin dientes" fueron algunos de los personajes que parecían un poco fuera de lugar durante la ceremonia, pero que supieron disfrutar mucho de la cena.
La mesa de Jorge Lanata fue una de las más coloridas. A pesar de que muchos apostaban que iba a llevarse el Martín Fierro de Oro a su casa –algo que, finalmente, no sucedió-, el periodista se divirtió mucho con dos presencias especiales: la de "Lilita" y "Timerpunk", dos de las imitaciones que presenta cada domingo en Periodismo para Todos. Se los veía un poco apretados, pero felices al fin.
Muy simpática también fue la aparición de Plin Plin, el personaje inspirado en la popular canción para niños. Cuando se anunció la terna Infantil / Juvenil y aunque el premio fue para Aliados, el payaso no dejó de saludar y repartir besos para todo el mundo. Luego, se retiró del salón.
El rincón de las divas
Apenas separadas por la alfombra roja que atravesaba el salón, estuvieron Susana Giménez y Mirtha Legrand , que se saludaron con mucho afecto y se convirtieron en el gran atractivo durante los cortes. Eso sí: ambas se retiraron minutos antes de que terminara la ceremonia, cuando el premio a mejor labor en conducción femenina ya tenía dueña ( Andrea Politti, la ganadora inesperada de la noche).
Susana estuvo acompañada por su hija, Mercedes Sarrabayrouse, y por su amiga Teté Coustarot. La diva charló animadamente con Elizabeth Vernaci y con Marley, que se acercaron a saludarla. Mirtha, en tanto, estuvo siempre secundada por su nieto, Nacho Viale, y por Alejandro Veroutis, y compartió una amable conversación con Pablo Codevilla acerca del conmovedor almuerzo junto a Nazarena Vélez.
Enojos varios
Mujer de carácter, Mirta Busnelli se sorprendió cuando vio que algunos invitados fumaban a la salida del salón, muy cerca de la entrada a los baños. Indignada, increpó a los infractores con gritos y les exigió que apagaran sus cigarrillos.
Otro que se enfureció fue Bruno Spinetto, el novio de Moria Casán. Y es que Andy Chango, el muchacho que se hizo famoso por participar de un "mundial de marihuana", se le acercó para decirle que estaba enamorado de la ex diva ortomolecular y que la cuidara porque él estaba primero en la fila para sucederlo. La humorada no le cayó bien y casi se van a las manos, pero la capocómica intercedió y la discusión no pasó a mayores.
Como si se tratara de un dejá vu, Julio Chávez volvió a enojarse con un periodista, aunque –afortunadamente- esta vez no abandonó el salón enfurecido. ¿El disparador? Una pregunta acerca de su enfrentamiento con Facundo Arana durante las grabaciones de Farsantes. "Estoy acá porque me gané un premio por mi trabajo. Me parece una falta de respeto que me pregunten por algo así en este momento", dijo con enojo. Fin de la cuestión.
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