El show del error: los bloopers más insólitos de Guido Kaczka al aire
Guido Kaczka comenzó su carrera en televisión cuando tenía apenas cinco años. Sus primeros años en medios fueron como actor, pero en 2010 descubrió su faceta como conductor en Alto juego, el ciclo de entretenimientos que se emitió por Telefe.
Desde entonces, no paró de conducir programas de juegos y entretenimientos por la tarde de distintos canales. Estuvo a cargo de El último pasajero y A todo o nada (ambos emitidos por Canal 13), para, finalmente, conducir Bienvenidos a bordo, un programa con juegos muy ocurrentes: uno de ellos, incluso, consiste en encontrar parecidos entre las rodillas de las personas y el rostro de celebridades.
En todos estos años Kaczka protagonizó algunos momentos televisivos muy divertidos, e incluso emotivos al conocer las historias de los participantes de sus programas. Pero además de los aciertos, el actor cometió algunos errores en vivo que significaron una "ayuda" para los participantes y otros que motivaron que los invitados pierdan. En todos los casos, sus equivocaciones derivaron en divertidosbloopers.
Por un error suyo, ¡perdió una participante!
Todo sucedió cuando Marcela, una mujer de Villa Luro, llegó a las instancias finales para ganarse el lingote de oro. Pero el equipo de producción le quitó las posibilidades de acceder al premio de $200.000. En el juego, los participantes tienen la opción de contar un chiste que tenga el famoso latiguillo "mamá, mamá, en el colegio me dicen...".
Pablo Giménez, productor de Bienvenidos a bordo, tiene que adivinar el remate del chiste. De no lograrlo, el concursante se queda con el premio. Pese a eso, Marcela se animó al desafío y fue por más. "Mamá mamá, en la escuela me dicen que soy celoso", disparó la mujer. El productor avisó que le pareció haberlo escuchado pero no dijo más nada.
"Puede ser que sea, ¿qué importa? el importante soy yo", dijo Luisina, secretaria del programa. A pesar de las interrupciones, Marcela igual siguió: "'Mandalos al diablo', le dice la madre. A lo que el nene le responde: '¿yo no puedo ir?'", finalizó. "Uy, es buenísimo. Un aplauso para Marcela por ganar el 'mamá mamá", lanzó Guido.
Pero más tarde tuvo que informar lo que le decían desde el control del estudio. "Parece que hay problemas". Al revisar el chiste, la concursante se había equivocado. "Para mí el chiste es raro porque más que celoso, debería ser envidioso. El mamá mamá es sagrado", dijo Giménez. "Uf... o sea no hay premio", aclaró el conductor y todo terminó de una manera inesperada y con Marcela descalificada.
Se equivocó en vivo y estallaron las burlas
Camila y su amiga Agostina participaban en el juego que puede terminar con una viaje alrededor del mundo, 100.000 pesos, diez años de estadías en Solanas y changos de comida y electrónicos, o bien, una de ellas sumergida en una pileta llena de "combustible". El juego retoma la modalidad de concursos de preguntas y respuestas, pero esta vez con la ventaja de que los jugadores reciben previamente las más de 2000 respuestas. Entonces, ya no se trata de un juego de conocimiento, sino más bien de memoria.
Y memoria es lo que le sobró a Camila para contestar nueve de las diez preguntas que la ponían en la cima del juego. Hasta que llegó la pregunta fatal: "¿Cuál es el nombre científico del tomate?". La participante, estudiante de veterinaria, contestó con seguridad: Solanum lycopersicum, que efectivamente era la respuesta correcta. Para ella, para la ciencia, pero no para el conductor.
No se entendió si fue que Guido escuchó mal, leyó mal o le soplaron mal, pero lo cierto es que empezó a hacer dudar a Camila que, nerviosa, trató de corregirse sobre la marcha. Luego de varias idas y vueltas, se le dio por incorrecta, perdió el puntaje perfecto que llevaba y se quedó afuera del premio mayor.
Se equivocó, ayudó a los participantes y ganaron un LED TV
En un juego en el que un perro debe atravesar distintos obstáculos, el animal tardó tanto en pasar que Kaczka terminó ayudándolo al derrivar los palos de bowling que la mascota no se animaba a tirar. Finalmente, el perro lo logró y los participantes exigieron su premio, un LED TV. "No se van a querer llevar un televisor en estas condiciones", dijo el conductor en relación al dudoso mérito para acceder al premio. Los participantes insistieron: "Lo vamos a donar al Hospital de Niños", a lo que Kaczka terminó cediendo para entregarles el premio.
Un momento selfie que terminó en accidente
Cuando el conductor se preparaba junto a varios participantes para tomarse una selfie grupal, Kaczka hizo de las suyas. El teléfono, cayó desde tres metros de altura al suelo y todos comenzaron a reírse, acostumbrados a los bloopers del conductor.
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