Los corderos del sacrificio
Walter Quiroz y Fabián Vena encarnan a los famosos anarquistas Sacco y Vanzetti en el Teatro Nacional Cervantes
Walter Quiroz habla del destino sentado en su camarín, mientras espera a Fabián Vena. En esa salita reinan la armonía y la paz, esa energía tan poderosa que transmite el primero, quien cuando las palabras le quedan chicas o son inexactas se levanta de la silla para transmitir una idea con todo el cuerpo. Los actores protagonizan Sacco y Vanzetti, dirigida por Mariano Dossena, en la versión de Mauricio Kartun, cuyo subtítulo es Dramaturgia sumaria de documentos sobre el caso.
El año pasado el director le pidió los derechos al autor y llevó la propuesta al Cervantes. "Antes que las ideas políticas, a mí me atrapó el componente espiritual de la obra, la fe de los personajes", confiesa. El resultado es una puesta sofisticada, con Vena y Quiroz acompañados por Magela Zanotta, Maia Francia, Ricardo Díaz Mourelle, Jorge D'Elía, Luis Ziembrowski, Cristina Fernández, Daniel Toppino, Gustavo Pardi, Horacio Roca y Agustín Rittano. "Es un elenco interesantísimo, de distintas generaciones. Este atractivo se une a lo visual, hay un gran friso, un gran infierno desde un nivel espacial bastante grandilocuente con andamios y escaleras", adelanta Dossena.
Los italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzzetti viajaron a principios del siglo XX a los Estados Unidos en busca del "sueño americano". Se unieron a un grupo anarquista y poco después fueron acusados de un crimen que no habían cometido. En un juicio absurdo fueron declarados culpables y sentenciados a la pena capital en 1927.
Dossena le agregó música en vivo, partituras del compositor Gabriel Senanes, con cuatro músicos en escena (Paula Pomeraniec, Daniel Gilardi, Matías Grinberg y Gaspar Scabuzzo). "Hay una banda sonora, con rasgos operísticos. Me pareció clave que la música interviniera en esos niveles elevados de emoción que se pone en algo que se está contando". Para Quiroz y Vena es, sin duda, un reencuentro especial: ambos saltaron a la popularidad, de adolescentes, en el recordado programa ¡Socorro... quinto año!, de Canal 9.
-¿Cómo fue el proceso de composición de estos personajes?
Walter Quiroz: -A mi personaje, Sacco, lo siento muy cercano. "Compañero es el que comparte el pan", dice, y a mí eso me conmueve mucho. No son grandes máximas las que pronuncia, pero quedan para el futuro. Le habla a su hijo y a la vez a los hombres que vendrán después que él. Es, como Vanzetti, un tipo muy simple, pero en ellos aparece la dignidad del hombre.
Fabián Vena: -Sin ponerme a describir detalles técnicos, hacer este personaje supone una dificultad enorme. Podría haber hecho el personaje de mil modos, pero partí de la palabra y de la verdad, que es la propuesta del director. Una vez logrado eso, y a partir de ese principio, el resto es sencillo: crear el look que se asemeje a Vanzetti, los bigotes, la ropa. Compartí con Mariano [Dossena] su mirada desde el primer momento.
-Mariano, ¿cómo sería esta mirada?
Mariano Dossena: -Con un abordaje de la palabra significa que la construcción que hace Kartun es tratada como una partitura, que no permite cambiarla. Me gusta mucho cuidar estos textos. Es casi como una ceremonia. Elijo ese tipo de obras para hacer, un texto que ya es o que se convertirá en un clásico, porque se está contando algo ocurrido, conocido por muchos, pero al contarlo nuevamente se busca que estos hechos no vuelvan a suceder.
-¿De qué modo aparece lo espiritual?
Vena: -Estos dos hombres vienen peleando por esas ideas en las que tanto creen. No caen en esa injusticia de la nada. Nos gusta decir que estamos vinculados con esas ideas anarquistas desde lo espiritual. ¿Quién no quiere vivir mejor? ¿Quién no quiere el respeto del alma humana?
Quiroz: -Los personajes están dentro de una lucha propia e interna, con ellos mismos. Sacco se da cuenta de algo que Vanzetti dice al final, el entender que estos dos tipos honestos le están dando, con su muerte, sentido a su vida. Esta revolución espiritual consiste en entender que en esta vida uno no está solo, sino que lo que uno hace le pertenece a los otros, incluso su propia vida.
-Hay una gran cercanía con la Argentina, por ejemplo, aparece el inmigrante...
Vena: -Parece escrito ayer. A casi cien años de que ocurrieron los hechos, las cosas siguen más o menos igual. Hay una impunidad que la entendemos, a partir de nuestra historia, con el terrorismo de Estado. Ese miedo, la locura, la muerte, la violencia. En la obra estamos media hora en el banquillo viendo desfilar testigos falsos.
Quiroz: -La actualidad pasa porque seguimos hablando de la injusticia, de la pena de muerte. En el caso de los inmigrantes, mi mamá es calabresa. Vi fotos de los familiares de Sacco y bien podrían haber sido mis familiares.
Dossena: -Como en los clásicos, cuanto más pasa el tiempo, más actuales se convierten. Hay algo que no está resuelto, por eso se vuelve a contar. Estos dos son personajes de corte clásico, como Antígona, con un cometido, y si tuvieran la oportunidad de cambiar el tiempo atrás, harían lo mismo. Son estereotipos, en el sentido de que son ideas que no caducan.
Dossena y Quiroz hablan de un tríptico no premeditado, pero que cobra relieve con Sacco y Vanzetti. Juntos han trabajado conformando una sociedad artística en las recientes Espectros, de Henrik Ibsen, y en El otro Judas, de Abelardo Castillo. "Sacco y Vanzetti son el cordero del sacrificio. Mariano está buscando dónde aparece la luz, lo espiritual. Si no hay sacrificio, no hay nada", dice Quiroz.
-¿Qué mensaje buscan transmitir?
Vena: -Las ideas se mueven no solamente en la cabeza. El pulso que tiene que tener la humanidad para avanzar, no vienen de la mente, sino del corazón. No estamos ceñidos solo a relatar algo que sucedió ni nos interesa entrar en un terreno político, sino darle otra solución, buscar una alternativa.
Quiroz: -En este caso, como actor, a medida que decís, te vas comprometiendo con tu trabajo, con tus compañeros y con el público. En el escenario, si uno no se compromete, si la obra no te atraviesa, te expulsa.ß
Sacco y Vanzetti
De Mauricio Kartun.
Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815.
De jueves a sábados, a las 21; domingos, a las 20.
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