Los chicos de la ciudad, unidos por un bingo teatral de Villa Urquiza
Cinco, veintitrés, once, cuarenta... Los números cantados por el Dr. Bolilla se suceden generando cierto vértigo en el 25 Bingo Chou. El Profesor Carambola acota cual comentarista deportivo, atento al avance del bolillero con sus auriculares de lana rosa. En línea paralela, el chat de participantes trae las novedades que se registran en los cartones repartidos: por ahí faltan solo dos para completar la línea, más allá no hay tanta suerte, unos cuentan que acompañan con mate, otros, con torta de manzana. Carambola y Bolilla interrumpen por un momento la carrera de los números para explayarse en las delicias que puede conllevar la merienda dominguera.
El 25 Bingo Chou surgió en plena cuarentena como una propuesta lúdico-teatral online del Centro Cultural 25 de Mayo, dirigida a los chicos junto a sus familias. Todos los domingos se reúne en comunidad virtual en torno a su canal de YouTube al menos un centenar de pequeños jugadores que se anotan semana a semana para recibir por mail o WhatsApp los cartones que les pueden deparar la felicidad de gritar (por el chat) "¡Bingo!" ¿El premio? Además de la alegría del juego en sí, entradas a futuro para los espectáculos del 25 de Mayo una vez que se levanten las restricciones impuestas por el coronavirus.
Se trata de bastante más que un entretenimiento online. A través de los personajes de impronta retro, incluidos la computadora Pipip, de modelo ochentoso, el villano Dr. Muffa y la burocrática Lic. Norma Papelleti, presenta un entorno ficcional que tiene un desarrollo de domingo a domingo. Y con la adhesión sostenida de los chicos y sus intervenciones en el chat se alimenta ese aire de comunidad que rompe el aislamiento. Una comunidad virtual que gracias al alcance de la comunicación online se extiende mucho más allá de Villa Urquiza, el barrio sede del Centro Cultural.
"En el 25 de Mayo ya había una tradición fuerte de trabajo con la comunidad, no solo con los artistas residentes, como Los Villaurqueros, que son un grupo de teatro comunitario, sino también con otro tipo de proyectos como las meriendas vecinales online, el primer proyecto que lanzamos durante la cuarentena, para adultos mayores", explica el origen de la iniciativa Monina Bonelli, directora artística del Centro Cultural. "Ahí, en esas meriendas vecinales, que son encuentros creativos y lúdicos a la hora del té, inventamos un bingo los fines de semana para los adultos mayores que participan. Con las vacaciones de invierno se nos ocurrió transformar ese bingo en una experiencia para niñas y niños en familia."
A la participación familiar se le agregó la de los chicos de varios hogares infantiles, como Alalata de San Martín, Peldaños de Almagro, Buenos Aires de Villa Pueyrredón y Elegí Sonreír de La Matanza, que suman ya varios ganadores de línea y de cartón completo.
"El corazón del Bingo Chou es el juego. Esa posibilidad de interacción y de por otro lado seguir el derrotero de los personajes va creando una suerte de afinidad y de fidelidad y entonces los participantes se van conociendo", destaca Bonelli. "Nos dimos cuenta que además de ser una experiencia entre casas, entre familias y con los chicos de los hogares, también es una experiencia en cada casa, porque es un momento en donde la mamá, el papá, o en el caso de los hogares las trabajadoras sociales, se encuentran y juegan junto con las niñas y los niños."
El rango de edades de las infancias a que apela el Bingo Chou es amplio. Suelen participar hermanos de al menos dos grupos etarios diversos: por un lado los de entre 5 y 8 años, muy pendientes de seguir los números que recién fueron aprendiendo, y por el otro los mayores de hasta 12 que se vinculan más a la cuestión social, al encuentro.
No obstante, el sentido de la amistad, puesto en movimiento por lo lúdico, se pone en juego también entre los más chicos: Mía, de 6 años, le avisa por WhatsApp a sus amigas Lola y Ana que hay un bingo, las invita a jugar, y les advierte que está el malvado Dr. Muffa. Entiende la doble dinámica de la propuesta, entre el juego instantáneo y el desarrollo argumental, y da vigencia al tercer factor de la misma al contribuir al entramado social que sostiene el Bingo Chou.
"A lo largo del tiempo generamos nuevos personajes, como el Sr. Pepino, que es un pequeño títere hecho con un pepino natural, que cuenta chistes y propone recetas", dice Bonelli. El Sr. Pepino se convirtió en un referente replicado en sus casas por los chicos, que responden durante la semana con sus propias recetas y chistes por las redes sociales abiertas por el Bingo Chou. Esta extensión del bingo a otras vertientes se da también en la música: después de que al comienzo solo sonara el rock de apertura del 25 Bingo Chou, pasó a tener cada personaje su propio tema.
El elenco está conformado por el personal artístico y técnico del CC 25 de Mayo, con Juan Anún e Ignacio Bozzolo en los roles protagónicos de Bolilla y Carambola, respectivamente. Se les suman cada dos semanas en la pantalla de zoom de dinámica división asimétrica actores invitados, como Lucila Gandolfo el domingo pasado o Roberto Peloni, Anita Martínez, Omar Calicchio y Julieta Carrera en las fechas que siguen.
Con un público consolidado y en crecimiento constante, el Bingo Chou sigue hasta el último domingo de noviembre, este fin de semana aún a las 17, a partir de octubre a las 18. La participación gratuita requiere de inscripción previa por mail o por WhatsApp, para recibir los cartones por la misma vía.
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