Florence, Marina, Yolandi, Brittany y hasta las Eruca Sativa… Poder femenino en la fecha de cierre del festival
La segunda jornada del Lollapalooza 2016 repartió a varias representantes femeninas de la música internacional y local a través del line-up. Como número principal, Florence and The Machine cerró el festival en el Main Stage 1, el mismo sobre el que Eminem hizo historia durante la primera fecha. Descalza, con un vestido salmón con volados, la británica Florence Welch salió a escena con una tríada de hits: "What The Water Gave Me", "Ship to Wreck" y "Shake It out", que cantó dando vueltas por todo el escenario. Su cuerpo lánguido y espástico –su larga melena pelirroja siempre sacudiéndose– en contraste con la potencia firme de su voz, le otorgó sentido visual a ese pop-rock dramático con el que conquistó la industria mundial hacia fines de la década pasada. Antes de que la lluvia le diera el necesario toque épico final (una versión extendida de "Dog Days Are Over" para cerrar, antes del bis "What Kind of Man"), Florence corrió a través del pasillo para cantar colgada al mangrullo, en un acto de inconsciencia que desentonó con lo angelical de su aura pero, de algún modo, la hizo parecer más humana.
En las antípodas de la estética, sobre el escenario Alternative, la exuberante Marina Diamandis salió a cantar frente a sus Diamonds en un catsuit plateado y brillante, y con una vincha de cerezas mutantes, coronándola como una nueva princesa del pop. La sensualidad de su voz, que por momentos alcanza niveles líricos, es potenciada por sus movimientos sutiles de muñequita plástica pero capaz de mucho con su gestualidad facial. Frente a una audiencia obnubilada, Marina repasó los éxitos de sus tres discos de estudio: de "I Am Not a Robot" (del debut The Family Jewels) a "Froot" (del homónimo editado en 2015), pasando por "Bubblegum Bitch" (de Electra Heart). "Buenos Aires está re copada", tiró después de leer un discurso en español sobre las sensaciones provocadas por la impensada repercusión de su gira por Sudamérica.
Antes del desquicio escénico de Yolandi Visser, contraparte femenina de Die Antwoord –de contextura ínfima, movimientos extremos y dueña de un agudo y perturbador gritillo–, la postura firme de Brittany Howard de Alabama Shakes predispuso para la jornada liderada por mujeres fuertes. La potencia soulera y la amplitud desgarradora de su caudal vocal (suave y áspera por partes iguales), de un registro que la pone en carrera hacia el estante de las grandes voces femeninas de la canción de todos los tiempos (de Etta James a Josh Stone) se notó en temas como "Don´t Wanna Fight" o su primer single, el ya inoxidable "Hold on". Mucho antes, Eruca Sativa abría ese escenario, el Main Stage 1, con otras dos representantes del rock local. La garganta poderosa de Lula Bertoldi y el bajo agresivo de Brenda Martín se disputaron el protagonismo mientras el trío repasaba su carrera ante un centenar de fanáticos tempraneros.
Por Yamila Trautman
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