Lol Tolhurst, la memoria de The Cure
Los dos conciertos que The Cure brindó por primera vez en Argentina, en 1987, acaso sean de los más recordado en la historia de los recitales de nuestro país, y no precisamente porque llegaba en aquel entonces una de las bandas más encumbradas del rock contemporáneo.
Fueron en la cancha de Ferrocarril Oeste e incluyeron batallas campales con piedras, monedas, fuego, gases y gritos condensados en una bola violenta difícil de contener. Con la edición del libro Cured, The tale of two imaginarys boys, editado por Malpaso, escrito por el tecladista de la banda de Robert Smith, Lol Tolhurst, ahora se conocen detalles de cómo vivieron los músicos su primera visita al país.
Escribe el autor: "La ciudad de Buenos Aires no se parecía en nada a lo que hubiera visto. Me recordaba un poco a Fitzcarraldo, la película de Werner Herzog. El París de Sudamérica. Elegancia europea en la jungla. Calles largas, oscuras y vacías, lo que tampoco sorprendía tanto. Antes del primer concierto usamos uno de los vestuarios como camerinos. Para ser una nación relativamente pobre, Argentina no escatimaba dinero ni atención para con sus futbolistas. En el aire cálido de la noche flotaba el aroma de la hierba (...)".
Antes de subir al escenario el stage manager del grupo les contó que en la puerta hubo algunos problemas con el ingreso del público que quería entrar sin tickets y que decidieron poner delante del escenario una barrera que impedía a los que estaban en el campo acercarse a los músicos.
La adrenalina acumulada por ver a una de las bandas más escuchadas del momento y el impedimento de acercarse a ellos desató la ira de los fanáticos y comenzaron a tirar papeles prendidos fuego (práctica habitual en los estadios de fútbol por esos años), primero a las cámaras de televisión y luego al escenario. El próximo paso fue destruir la barrera y avanzar contra la gente de seguridad que respondió primero arrojando las cosas que les tiraban y finalmente huyendo, dejando a la banda sin protección. Pero Robert Smith miró al grupo, lo vio seguro, por lo que siguieron tocando y el recital terminó bien.
Al otro día, en el segundo show, la cosa fue peor. La policía empezó a golpear a los fanáticos que saltaban el alambrado de las tribunas al campo: "Llegó la hora señalada y salimos al escenario. Viendo a la multitud pensé en los primeros cristianos lanzados a la arena con los leones en el Coliseo romano", rememora Tolhurst en el libro.
Tras las primeras tres canciones empezó a caer una lluvia de monedas, piedras y trozos de madera (el estadio de Ferro tenía tribunas de tablones por entonces) y uno de ellos impactó en el rostro de Porl Thompson, guitarrista de la banda. Smith detuvo el concierto gritándole a los fans de las primeras filas: "¡Están equivocados, imbéciles!". Tolhurst describe en su libro: "No sé si entendieron el acento del sur de Londres de Robert, pero estoy seguro de que captaron el mensaje porque desaparecieron entre la multitud".
El viaje al pasado resulta el primer peldaño de esta conversación que el músico mantuvo con la nacion revista, en la que disparó respuestas sobre la música, The Cure, claro, y la vida en general, con un foco dedicado a la recuperación en su lucha contra la adicción al alcohol. "Tengo 60 años. Nunca pensé que llegaría a cumplirlos. Es la primera vez que lo digo: fue una liberación, porque ya no tengo que demostrar nada".
-A propósito de aquellos recitales en Ferro, ¿qué reflexión hace pasado el tiempo?
-Entendí la razón por lo cual sucedió todo. La represión que vivieron ustedes en la dictadura derramó una energía que tuvo que ser liberada. Sentí empatía por los fanáticos. ¿Qué es lo único que le diría a alguien sobre qué pienso? Que la violencia no fue dirigida hacia nosotros. Era más bien una señal de los tiempos.
-¿Cuál es su imagen del público argentino hoy?
-Muy positiva. He pasado un tiempo maravilloso aquí.
Goth tan distinto
El punto de partida de The Cure tiene dos vertientes. La historia oficial dice se inició en Crawley, una pequeña ciudad del condado de Sussex, a 45 kilómetros al sur de Londres.
Transcurría el año 1977 cuando, en plena explosión punk, cinco jóvenes pusieron en marcha Easy Cure, realizando sus primeros pasos en el mundo del rock. Aunque en rigor de verdad The Cure nació en 1976, cuando todavía se llamaban Malice. De lo que no quedan dudas de aquel momento es de la coronación de una hazaña alcanzada por poquísimas bandas: haberse iniciado y mantenido hasta el fin de una década caótica, como la de los años ochenta, sobreviviendo a las modas y los cambios.
Aquella formación de Easy Cure estaba integrada por Robert Smith (guitarra), Lol Tolhurst (batería, el primer instrumento que ejecutó antes de pasarse a las teclas), Michael Dempsey (bajo), Porl Thompson (guitarra) y Peter O'Toole (voz). Tras algunas actuaciones en pequeños pubs de la zona, atrajo el interés de la compañía discográfica Ariola/Hansa, que les ofreció de inmediato un contrato.
La banda aceptó, pero, intuyendo la especulación de la compañía, se abrió camino. En 1978, Easy Cure, tras haber perdido al cantante Peter O'Toole (no, no es ese Peter O’Toole, como aclara Lol en el libro) y abandonados también por su segundo guitarrista, Porl Thompson, se convirtieron en un trío y abreviaron su nombre para llamarse The Cure. Thompson se reincorporó a la banda en 1983 como saxofonista, ayudando a grabar el álbum The Top. Tocaba la guitarra, el saxofón y, ocasionalmente, el teclado.
Grabaron una demo con cuatro amargas composiciones cantadas por Robert Smith, "Fire in Cairo", "Boys Don't Cry", "10.15 Saturday Night" e "It's Not You", que circuló (y fue rechazada) entre varias compañías discográficas hasta llegar a las manos de Chris Parry, que había incorporado, con mucha audacia, a The Jam y a The Banshees en la escudería Polydor.
Lol, así se lo conoce, estuvo en Lima, Santiago de Chile y pasó fugazmente por Buenos Aires para la presentación de sus memorias, que le rinden tributo al grupo aludiendo al álbum debut de la banda (Three Imaginary Boys).
El volumen también redime su historia dentro del grupo, ya que fue despedido por los problemas que padeció debido a su adicción al alcohol a finales de los 80. "Para mí, la base de The Cure fue la amistad, ese sentimiento empujó su creación. La vida no puede separarse de tu arte, de tu trabajo. Todo está unido. Y eso fue lo que quise decir con redención. [Robert Smith y yo] tuvimos una educación católica. La música que hicimos con The Cure fue en parte resultado de habernos criado así".
¿Cómo no hablar de los inicios del mítico grupo que creó junto con Robert Smith, a quien muchos consideran el padre del rock gótico? Tolhurst dice que aquellos días no fueron fáciles.
"Tocamos durante mucho tiempo en bares de mala muerte, en una ciudad gris y deprimente de la Inglaterra industrial de los años 70 como lo era Crawley, en donde los Smith tenían su casa".
-No suena como el mejor escenario para una banda de rock que fue mundialmente famosa.
-Es cierto. Tuvimos que pelear para que nos oyeran. La casa de la familia de Robert estaba en una periferia residencial. Se trasladaron de la calle en donde vivía mi abuela en Horley a una de las zonas más bonitas. Es una paradoja, pero se las arreglaron bastante bien para vivir en un sitio agradable entre el ambiente desolado de la ciudad.
Tolhurst acompañó la voz de Smith desde sus inicios, primero desde la batería y luego desde los teclados, dando forma a un estilo que, según se vio a través de los años, mutó con cada álbum. "No hacíamos ni un rock ruidoso ni un punk acelerado. Éramos algo diferente, algo nuevo, y la gente no sabía qué hacer con nosotros", describe sobre aquellos inicios.
Regresando a cómo se gestó el primer disco, los Cure quedaron impresionados por el entusiasmo de Parry y aceptaron su propuesta: grabar en una pequeña compañía discográfica independiente. El single de debut fue publicado por Small Wonder en diciembre de 1978. El tema principal fue "Killing an Arab", canción inspirada en el libro El extranjero, de Albert Camus, con una línea de bajo tan pegajosa como hipnótica para la mente y el cuerpo y cortes abruptos que anticipaban un estribillo psicodélico.
El disco fue un éxito y conquistó el título de single de la semana en las páginas del semanario británico New Musical Express. Las primeras quince mil copias de "Killing an Arab" se agotaron muy pronto, y en febrero de 1979, Chris Parry decidió inaugurar el catálogo de la recién creada Fiction Records con una segunda edición.
Entre tanto, grabaron en los Morgan Studios de Londres su primer álbum. El disco, que apareció en mayo de 1979, al término de una breve gira inglesa durante la cual presentaron todas las composiciones en él incluidas, se tituló, como se ha dicho Three Imaginary Boys.
-¿Cómo define su rol dentro de la historia del grupo?
-Cuando pienso en mi vida dentro de The Cure veo mucha espiritualidad e incluso algunos aspectos místicos. Seguro que eso no es lo que mucha gente -incluso Robert- piensa, pero así lo siento yo, como una redención.
-Cruzaron el punk, el post-punk, la new wave y la psicodelia, ¿cómo define a The Cure?
-No creo que The Cure tenga un estilo de música en particular; no nos interesaba seguir las modas. Creo que la belleza de esta banda siempre ha sido "menos es más".
-¿Cuál fue su motivación para escribir este libro?
-Explicarme mi propia vida antes de ser demasiado viejo y senil. El motivo por el que comencé a escribirlo fue para explicarme a mí mismo mi vida. Me di cuenta de que tenía que estar dispuesto a ser totalmente honesto. Eso es lo único que realmente me atrae cuando leo un libro: la sinceridad. Rendir cuentas por cosas pasadas no me resulta satisfactorio.
-¿Cuáles son tus expectativas?
-Las expectativas son resentimientos de la fabricación de las cosas. Solo estoy agradecido por el amor de todos. Especialmente de los fans.
-Robert Smith y usted tuvieron varios desencuentros e incluso una demanda judicial tras su salida del grupo en 1989, pero en su libro se percibe gratitud. ¿Es este libro una forma de hacer las paces con el pasado?
-No es el pasado con el que estoy haciendo las paces, es con el presente. Sí, Cured… dice no solo cosas buenas sobre Robert. También sobre el resto: Simon, Michael y Pearl son mis amigos de toda la vida. Recuerdo que con ellos crecí, que llegamos juntos a la adultez y que compartimos cosas que no compartí -ni compartiré- con nadie más.
-¿Todavía tiene relación con Robert Smith? ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?
-Tengo una relación con la mayoría de la gente de The Cure, algunas relaciones más pequeñas y otras más grandes. Vi a Robert por última vez en marzo en Nueva York, en el Salón de la Fama. Vivo en California y él vive en Inglaterra. No lo veo a menudo. Sí nos enviamos correos electrónicos de vez en cuando. Al principio de todo esto había una amistad tal que diría que fue casi como habernos casado: pasamos mucho tiempo juntos y vivimos muchas situaciones extremas.
Los chicos no lloran
Aunque hace años que Lol ya no forma parte del grupo, muchos de los grandes éxitos que todavía suenan en los conciertos de The Cure nacieron en esa primera década. Los recuerdos afloran como los flashbacks de una película que lo tiene como uno de sus protagonistas. "Hay dos cosas que me vienen a la cabeza. La primera fue cuando llegamos a la Costa Oeste de Estados Unidos, donde estoy ahora. Dimos un concierto en Los Ángeles y me di cuenta de que por primera vez no solo venían a vernos chicos jóvenes, sino también sus novias, sus hermanas. Miré a Robert mientras las chicas gritaban y pensé: ‘¡Increíble! ¿Cuándo pasó todo esto?’ Y lo mismo cuando fuimos a Sudamérica, a Brasil y Argentina, en 1987. La segunda fue cuando tocamos en un festival en Grecia. Recuerdo mirar a la audiencia y pensar que era la audiencia más gigantesca que había visto en mi vida.
-Muchas de las disputas entre ustedes se debieron a sus problemas con el alcohol y cómo los superó. ¿Cómo fue escribir sobre ello?
-El 16 de agosto cumplí media vida estando sobrio (¡30 años!). Es algo que antes nunca me habría imaginado. Si no hubiera estado dispuesto a escribirlo todo, el libro no habría sido auténtico. Además, ahora que he encontrado la manera de procesar todo esto me gusta transmitirlo a otros, forma parte de la redención de la que hablábamos antes. Perdí a muchas personas en mi vida por las drogas y el alcohol, al menos a tres muy cercanas. Eso siempre está en mi cabeza. Y es muy inglés no querer hablar sobre eso, pretender que no pasó. La única alternativa que usan la mayoría de los ingleses para comunicar sus emociones es el pub. Se lo digo a la gente aquí en California, que si no fuera por el pub los ingleses no hablarían entre ellos. ¡Si hasta nos evitamos en la calle! [risas].
-Hay una creciente literatura sobre el rock por estos días. ¿Cuáles son tus libros favoritos sobre música?
-Mis tres libros de cabecera son Ocean of Sound, de David Toop; It's so easy: And Other Lies, de Duff McKagan, y Acid for the Children, de Flea.
-¿Cuál fue el instrumento que más disfrutaste tocar en The Cure: batería o teclado?
-Creo que me inclino por un sonido más que por un instrumento. Sin embargo, creo que la batería sigue siendo mi primer amor. Especialmente ahora que soy mayor [risas].
-En el libro habla sobre el funeral de su madre cuando estaban de gira, y que allí tocaron algunas canciones melancólicas con la banda. ¿Cómo fue esa vivencia?
-Tocamos algunas de las canciones de álbum Faith. Fue el funeral de mi madre. Algunas cosas son privadas entre mí, mis amigos y Dios.
-¿Tuvo alguna ayuda para editar este libro y poner en orden todas estas experiencias?
-Escribí este libro yo mismo y le pedí consejo y ayuda a las personas que respeto.
-¿Cómo se sintió cuando vio que su contribución en el álbum Disintegration, el último en el que participó, apareció en los créditos como "otros instrumentos"?
-En aquel entonces, como describo en el libro, en realidad no creo que fuera capaz de sentir mucho. Me estaba desintegrando a mí mismo. El grupo se convirtió también en un vehículo para educarme, en una forma de expresión. Suena redundante, pero fue algo así como mi cura. ¡Sí, sin duda! The Cure fue mi cura.
Otras noticias de Rock
Más leídas de Espectáculos
"Tengo una nueva reunión". Massaccesi define su futuro, tras la salida de Lapegüe de TN, y Nelson Castro le pone un punto final a los rumores
"Pacto de sangre". Airbag: la banda que sobrevivió a estafas, sigue “al costado” de las modas y llena estadios
Se terminaron las dudas. Evangelina Anderson volvió a dar indicios de cómo está su corazón hoy
Polémica. Un panelista se cruzó con Carlos Ruckauf por Wanda Nara y abandonó el estudio