The Defenders: lo que la primera temporada nos dejó
La serie de Netflix reunió en pantalla a Iron Fist, Luke Cage, Jessica Jones y Daredevil en su cruzada contra una milenaria y sangrienta organización criminal
Quizá porque sus trabajos suelen ser conceptualmente solitarios, las esporádicas reuniones en pantalla de superhéroes provocan fascinación en el público. Películas como Avengers o los crossovers que han propiciado las series de DC Comics -Arrow, Supergirl, The Flash- no sólo exponen las dinámicas de grupo, sino que también predisponen al suspenso -"se unen para luchar contra un mal mayor"- y refuerzan las percepciones y/o favoritismos que el público experimenta hacia esos seres mortificados y especiales, que siempre obran por el bien del mundo.
En ese plan, la primera temporada de The Defenders se convirtió en una de las producciones más esperadas del año. Netflix selló su alianza con Marvel a través de las series de Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist, y era momento de poner a todos ellos juntos en pantalla, listos para enfrentar a La Mano, la milenaria y temida organización criminal que los había puesto en aprietos en sus aventuras en solitario. Aquí los invitamos a hacer un repaso por los momentos más altos y los más bajos que nos dejó esta primera temporada de estos héroes neoyorkinos unidos no por el amor, sino por el espanto. (Atención: ¡hay spoilers!).
La génesis de The Defenders
La primera temporada de The Defenders debía resolver rápidamente la constitución del team. En ese sentido, fue Claire Temple ( Rosario Dawson ) quien cumplió un rol fundamental, al poner frente a frente a Luke Cage ( Mike Colter ) y Danny Rand ( Finn Jones ) para hacerlos comprender que sus objetivos como "justicieros" no eran tan distintos. Poco antes, ellos habían protagonizado una pelea en un callejón, cuando Rand intentaba obtener información de un joven del Harlem que se encontraba limpiando la escena de un crimen y Cage decidió interceder a favor del muchacho.
Foggy Nelson (Elden Henson) trabaja actualmente para Jeryn Hogarth (Carrie-Anne Moss). Ella le ordenó que vigile muy de cerca a su protegida, Jessica Jones ( Krysten Ritter ), para evitar que se meta en problemas. Matt Murdock ( Charlie Cox ), ha decidido dejar atrás a Daredevil desde la muerte de Elektra, pero los clientes en su estudio escasean. Nelson, entonces, le pide que se presente espontáneamente como abogado defensor de Jones, que fue detenida luego de que un arquitecto se suicidara en su oficina. Pese a que no tiene explicación alguna para dar sobre lo ocurrido -luego sabremos que el arquitecto estaba siendo perseguido por La Mano-, la investigadora privada es liberada.
Los cuatro, finalmente, confluyen en la reunión de directorio de Midland Circle, el lugar hasta el que Danny Rand llegó para pedir explicaciones y anunciar que estaba listo para combatir a La Mano. Frente a un numeroso ejército de ninjas y guardaespaldas armados, los cuatro héroes tienen la posibilidad de demostrar sus poderes y posicionarse del mismo lado por primera vez. También es ahí donde Murdock -que intenta esconder su identidad tapando su rostro con la bufanda de Jones- se reencuentra con Elektra Natchios ( Elodie Yung), resucitada por La Mano y ahora convertida en el despiadado Cielo Negro.
Es Stick (Scott Glenn), miembro de La Casta, quien se ocupa de que los cuatro personajes comprendan cuál es el plan de La Mano y el riesgo que ese plan supone para sus allegados y para la ciudad de Nueva York toda. Además, los alienta a unir sus caminos en pos de vencer a la milenaria organización, pese a la resistencia de Murdock de volver a ponerse el traje de Daredevil y a la incredulidad de Jones, que se convierte rápidamente en la primera desertora del grupo.
Afortunadamente, la investigadora privada cambia de idea justo a tiempo, y hace un potente y memorable regreso al restaurante de comida china en el que sus compañeros libran un feroz batalla contra los soldados de La Mano.
Lo bueno: las dudas y las idas y vueltas de cada uno de los protagonistas frente al conflicto conducen al climax cuando la reunión se hace realidad. Los héroes son humanizados y no pierden su personalidad en pos de una forzada o pretendida épica altruista. Grandes interpretaciones de Cox y Ritter, que ganan rápidamente la escena.
Lo malo: aunque ya parezca un lugar común, Danny Rand consigue (una vez más) exasperar con su pensamiento lineal, caprichoso y casi infantil. Iron Fist es un personaje condenado a carecer de brillo propio, tanto por cuestiones de guión como por la poca convicción que le pone Jones al momento de componerlo.
Los villanos
La aparición de Alexandra ( Sigourney Weaver ) como uno de los cinco "dedos" de La Mano es la que desencadena el enfrentamiento. Con la certeza de que le quedan pocos días de vida, utilizó la última dosis de "sustancia" para revivir a Elektra, a quien considera el arma para ganar la guerra y quedarse con Iron Fist. El héroe de K'un-Lun representa la llave para abrir una puerta ubicada debajo de las calles de Nueva York, justo donde se construyó el edificio de Midland Circle, bajo las órdenes del arquitecto que terminó quitándose la vida. Allí está la clave para garantizar la inmortalidad de los miembros de la organización criminal.
Secundada por Madame Gao (Wai Ching Ho), Murakami (Yutaka Takeuchi), Bukato (Ramon Rodriguez) y Sowande (Babs Olusanmokun), Alexandra adelanta su plan en pos de su supervivencia.
Sowande, tras ser tomado como prisionero en la pelea iniciada en el restaurante chino, aporta inexplicablemente algunas claves del plan maestro de La Mano y termina degollado a manos de Stick. Convencidos de que lo mejor es no exponer a Iron Fist a los enemigos, se decide por mayoría mantenerlo lejos del campo de batalla; frente a la furiosa negativa de Rand, el rubio héroe es maniatado y queda al cuidado de Cage, que es dormido por Stick para intentar asesinar a la "llave" que desató la guerra. Iron Fist se salva de morir cuando Cielo Negro irrumpe en el lugar y asesina al líder de La Casta, hombre que supo ser una figura paterna para ella en su vida anterior.
Y así, Alexandra -que se ve en jaque por su incapacidad para llevar adelante el plan- termina recibiendo la gran noticia de que su "arma" se alzó con la esperada presa. Sin embargo, la alegría dura poco, y tras un largo monólogo de victoria, su protegida no duda en quitarle la vida, para tomar el control de La Mano utilizando el terror como regla.
Lo bueno: la incorporación de Weaver -una mujer de gustos refinados que hizo suficientes méritos como para dirigir La Mano- le aporta nuevos bríos y misterios a la historia, aún cuando su personaje no termina de cuajar ni de profundizar en sus facetas. Elodie Yung interpreta de manera convincente al Cielo Negro, una mujer que regresa de la muerte convertida en un arma letal y que es acechada por los ecos de su pasado.
Lo malo: la poderosa organización no demora en desdibujarse al punto de convertirse en una sombra apenas de esa construcción malévola que fue asomando en las series individuales. El guión termina haciendo agua en ese punto, apresurado por resolver los juegos de poder y despojando a los villanos de ese aura de inhumanidad y sadismo que tan bien les sentaba.
Los personajes secundarios
Cada serie individual trajo consigo a un grupo de personajes secundarios (familiares, amigos, amantes, mentores, compañeros de trabajo) que no sólo fueron funcionales al relato sino que también ayudaron a la construcción de la identidad de cada héroe. Pues bien, con The Defenders ellos están de regreso... aunque con distintos niveles de protagonismo.
Claramente, son Claire Temple (Rosario Dawson), Colleen Wing (Jessica Henwick), Stick (Scott Glenn) y Misty Knight (Simone Missick) quienes cumplen roles fundamentales en la génesis del grupo y en el desarrollo de la historia. En menor medida, Karen Page, Foggy Nelson, Malcolm Ducasse (Eka Darville) y Trish Walker (Rachael Taylor), quienes pasan la mayor parte del tiempo encerrados en una comisaría, a resguardo de las sórdidas amenazas de La Mano.
Ocho episodios fueron definitivamente pocos para conseguir una interacción más fluida entre los personajes que rondan en el universo de The Defenders.
Lo bueno: aunque Claire, Coleen y Stick colaboran en la conformación del grupo y sus participaciones se vuelven fundamentales en el desarrollo de la historia y su resolución, es Misty Knight, en tanto, el personaje secundario que más evoluciona en esta primera temporada. Además de otorgarle el beneficio de la duda al equipo en su cruzada contra la misteriosa organización criminal, su participación es de gran ayuda en el “enfrentamiento final”. La pérdida que sufre en los últimos minutos del octavo capítulo la deja a un paso de la reinvención que propone el cómic, por lo que seguramente la detective neoyorkina tendrá un peso muy fuerte en la segunda temporada.
Lo malo: relegados, los otros personajes secundarios carecen de desarrollo y apenas funcionan como “objetivo” para La Mano y su oscuro accionar. Quienes esperaban que Trish asomara como Hellcat o Karen volviera tras sus pasos en su historia de amor con Murdock, se quedarán con las ganas.
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