Lizy Tagliani: "Nunca tomé mi condición sexual como una traba"
La reemplazante de Mariana Antoniale en el "Bailando 2014", dialogó con Personajes.tv acerca de su incursión en el certamen
Todos sabemos que Marcelo Tinelli tiene un don para descubrir nuevos personajes, ponerlos en primer plano y sumarlos a su lista de celebridades made in Ideas del Sur. Pero Lizy Tagliani se resiste a entrar dentro de la categoría de "aspirantes a famosos", básicamente porque hace años que viene construyendo un camino propio, en paralelo a ese mundo de luces y estrellas fugaces.
Ex estudiante de sociología, estilista por elección y orgullosa chica trans, su acercamiento al mundo del espectáculo se produjo por casualidad. "Un día salí al aire en el programa radial de Viviana Canosa contando una anécdota; el director de la radio me escuchó y pidió que me incluyeran en el programa. Así empecé", le explicó la flamante incorporación del "Bailando por un sueño 2014" a Personajes.tv.
-Cuentan que a Canosa no le causó mucha gracia que ganaras protagonismo en su programa...
-No lo sé. Viviana siempre fue generosa y muy simpática conmigo, compartíamos mucho tiempo juntas y nos llevábamos muy bien, pero el último mes que trabajé con ella, en junio de 2012, nuestra relación se convirtió en un caos. No nos decíamos nada, cada una estaba viviendo momentos diferentes y decidí que lo mejor era dar un paso al costado porque soy de pocas pulgas.
-¿Cómo era tu vida anterior a los medios?
-En el año 1998 dejé de estudiar sociología y empecé a trabajar como peluquera. Viviana fue mi primera clienta famosa, y ahora trabajo con Nicole Neumann, Valeria Gastaldi, Marcela Kloosterboer y con mucha otra gente que no está en los medios. Mi vida económica no se inició en este mundo, sino que vengo trabajando desde mucho antes. Lo que pasó es que Santiago del Moro me sumó a su programa de radio, Mañanas campestres, me llevó un par de veces al piso de Infama, y así empezó mi perfil más "mediático" (risas).
-Y así llegaste al "Bailando"...
-Sí, la verdad es que a principio de año se armó una movida en Twitter para que me convocaran, pero nunca le di mucha bolilla porque me parece que, si me conocían y no me llamaban, era porque no les interesaba mi perfil. Yo no ando pidiendo favores.
-Pero, ¿tenías ganas de que te convoquen o no?
-Y... ahí sí empecé a fantasear un poco con cómo sería trabajar en Ideas, a pensar en cómo serían mis previas, los ensayos. Un día fui al piso a apoyar a Lourdes [Sánchez, la bailarina de Diego Reinhold] y Marcelo se me acercó y me empezó a hacer preguntas...
-Marcelo puso el ojo. Y donde Marcelo pone el ojo, sale un personaje, ¿o no?
-Claro, ¡él puso el ojo y ya había una bala, que era yo!
-¿Y cómo fue el debut?
-Muy emotivo. Yo pensaba que iba a bailar cuarteto nada más, como para reemplazar a Mariana Antoniale. Estuve cuatro días ensayando y el viernes pasado me llamaron para avisarme que si Loly llegaba a la sentencia iba a tener que bailar el adagio. Y así fue nomás. Me sorprendieron; le recé a San Julio Bocca y Santa Eleonora Cassano y me puse a practicar.
-Tuviste que cambiar el chip...
-Sí, pero igual para mí todo es difícil por igual, no tengo la menor idea. Nunca bailé. Imaginate que cuando era joven e iba a los boliches, nadie me sacaba. Antes de ser Lizy, una nena, era un nene con el que nadie quería ni bailar.
-¿Dónde creciste?
-En Adrogué.
-¿Y tuviste una adolescencia muy complicada?
-No, para nada. Viví mi vida como si fuera una especie de sitcom, riéndome de las situaciones. Siempre intento convertir todo lo malo en algo gracioso. Me acuerdo que entre los 14 y los 15, modificaba la ropa de hombre para que pareciera de mujer y yo estaba feliz con mi outfit. A la matiné iba pintada como una puerta, con mi pelito corto, pollerita portafolio y una remerita, y cuando llegaba al boliche, obviamente, no me dejaban entrar. Ya lo tomaba como un plan, porque sabía que no me iban a dejar entrar, pero me conformaba con llegar a la puerta. Esa era mi diversión, nunca me enrosqué demasiado.
Mi papá era un genio, una persona con muy poca educación formal pero muy abierto e inteligente. Siempre me apoyó en todo y lo único que quería era la felicidad para mí.
-¿Tu mamá te apoyaba en tu elección?
-Sí, claro... Pero recién a los 17 años me dejaron empezar a comprar ropa de mujer. En una de esas salidas al boliche, veo un Renault 12 Break que me hace luces, me acerco y era mi papá. Entendí que tenía que subir, y volvimos del boliche de Temperley hasta Adrogué sin hablarnos.
-¿Y cuándo volvieron a hablar?
-Cuando llegamos a casa me dijo que, si me quería vestir de mujer, tenía una familia a la que le podía pedir que me comprara ropa, y así no tenía que andar pidiendo ropa por ahí. Mi papá era un genio, una persona con muy poca educación formal pero muy abierto e inteligente. Siempre me apoyó en todo y lo único que quería era la felicidad para mí, como todos los padres. Lo que pasa es que a algunos les cuesta más que a otros.
-Todo eso te habrá ayudado a ser muy segura de vos misma, ¿o no?
-Exactamente, gracias a mi familia soy la persona que soy dentro de las limitaciones físicas que tengo, ¿no? Por ejemplo, siempre bromeo con que calzo 33 o 43 según la horma. O sea, si hay alguien que tiene poco de mujer, salvo de espíritu, soy yo. A mí no me importaba nada; yo podría haberme hecho todas las operaciones que quisiera y hoy ser Cindy Crawford, pero nunca me interesó. Siempre quise ser yo. Lo que sí quería era tener mis tetitas (risas).
-¿Y eso cuándo lo conseguiste?
-Las primeras las tuve a los 24 años.
-¿De todo eso hablás en Mamá quiero ser, tu espectáculo teatral?
-Sí. Mi espectáculo estaba pensado para hacerlo en mayo y junio en el teatro Picadilly, pero pasó junio y nos ofrecieron hacer funciones también en julio. Ahora renovamos para agosto, vamos a estar haciendo funciones viernes y sábados. Es un espectáculo en el que cuento mi vida de una forma graciosa, porque la idea es que la gente se divierta. Yo no tengo la historia de la chica trans que echan de la casa y se tiene que ir a prostituir, sino que siento que viví mi vida como cualquier otra persona dentro de la sociedad. Nunca tomé mi condición sexual como una traba, casualmente (risas). La idea, fundamentalmente, es homenajear un poco a mi madre, porque ella fue la columna vertebral de la seguridad que siempre tuve en mi vida.
-¿Vive tu mamá?
-No, yo no tengo familia. Se murió mi mamá, se murió mi papá y me quedé terriblemente sola, teníamos una familia tan pequeña... Para mí lo más importante en la vida son los amigos, los animales y, fundamentalmente, la familia. Insisto mucho siempre con la familia, me gusta la unión porque es fundamental para el desarrollo de cualquiera.
-¿Y tu corazón cómo está?
-Mi corazón está solo y mi alma también, después mi cuerpo se encuentra cada tanto con otro cuerpo... Estuve en pareja durante 8 años, y por ahora estoy bien así, disfrutando de la soltería. Si el amor viene de nuevo, será bienvenido, pero no vivo pendiente de eso. Tampoco tengo tantos candidatos, así que con el primero que caiga lo agarro y me caso.
-Volviendo al "Bailando...", ¿cómo llevás los ensayos?
-Soy una alumna aplicada, voy los días que me dicen , las horas que me dicen. Soy muy responsable naturalmente, no me quedo en la comodidad de hacer una buena previa con Marcelo y que sea lo que Dios quiera en el baile. Creo que el baile es lo que vale en la pista, y el jurado puntúa eso.
-Aunque a veces las previas cuentan...
-Yo me voy a divertir en la previa y a acatar lo que diga el jurado, no voy a pelear porque a mí no me entra ninguna bala. Ya estoy acostumbrada, porque el colegio me costó muchísimo, siempre fui muy limitada a la hora de estudiar, y aunque le ponía mucha garra, igual me salía todo mal. A tal punto que me acercaba a los profesores para hacerles una consulta y me ponían el resultado porque ya les daba pena la voluntad que ponía.
Yo me voy a divertir en la previa y a acatar lo que diga el jurado, no voy a pelear porque a mí no me entra ninguna bala
-¿Cómo fuiste recibida en Ideas del Sur?
-En general la gente me trata muy bien, me dicen que les gusta lo que hago porque me conocen de la radio o de las funciones del under... Es un equipo de trabajo muy afectivo, la producción es fabulosa. Bueno, si digo lo contrario desaparezco como por arte de magia. Ahora digo que quiero ir "con mi equipo", me hago la interesante...
-Claro, queda muy bien decir que tenés a todo tu equipo alentándote en la tribuna...
-Sí, todo el equipo de albañiles con los que trabajé en mi pasado (risas).
-Tenés que llevar a tu esteticista...
-¡No, mirá si llego a presentar a mi esteticista! ¡La fundo! No, espero divertirme. Sólo espero no durar menos que Vitto Saravia, un paso fugaz.
-¿Cuánto tiempo va a estar fuera de certamen Loly?
-Creo que dos ritmos. Yo quiero quedar con bajo puntaje e ir al duelo las dos veces así bailo por lo menos cuatro veces (risas). Me encanta este reemplazo; ya me puse en contacto con la gente del sueño, la ONG Manos en Acción. Ellos quieren mejorar las condiciones de un comedor en la toma de Pilar, que cuando se desborda el río quedan todos inundados, ya estamos juntando cosas para el día del niño...
-¿Hay algún ritmo que te incomode?
-Me da medio lo mismo porque desconozco todos, pero me dan un poco de pudor los que tienen alguna connotación sexual, porque al no ser actriz no me pinta jugar a la bomba sexual. Pero si lo tengo que hacer, lo hago.
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