Ligia Piro: "Mi objetivo no es vender, sino ser parte de la cultura de mi país"
Hija de Susana Rinaldi y Osvaldo Piro, la cantante se ha ganado un lugar propio como intérprete de jazz y otros géneros musicales
Salvo por excepciones como Mercedes Sosa o Liliana Herrero, la tradición de cantantes populares que se abstuvieron de componer para dedicarse de lleno a la interpretación no está tan extendida en la Argentina como en la música brasileña, donde los nombres de Elis Regina, Gal Costa y Maria Bethânia constituyen hitos de una misma progenie. La cantante argentina Ligia Piro pertenece a esta tradición de intérpretes que han sabido confeccionar, con composiciones ajenas, un repertorio hecho a la medida de su voz. Esta noche presentará un concierto único en el Teatro Picadero, acompañada por el pianista Diego Schissi, el bajista Fefe Botti y Mario Gusso en percusión, en el que repasará algunas de las canciones de sus seis discos, los cuales recorren un arco que va desde el jazz y el rock hasta la bossa nova, pasando por diversas formas de la canción latinoamericana.
Hija de la cantante Susana Rinaldi y el bandoneonista Osvaldo Piro, Ligia ha afirmado, desde sus comienzos, un camino propio, con una fuerte base en el jazz primero que luego fue abriéndose hacia otros territorios musicales. La única guía en ese camino parece ser el gusto personal y el compendio de su memoria afectiva. Se caracteriza por una técnica vocal impecable y un estilo de gran caudal que, con el tiempo, fue ganando en matices y expresividad. Sus voces favoritas son las de Ella Fitzgerald y Julio Sosa. "Me traen no sé qué tipo de paz y tranquilidad que me supera", confiesa.
¿En qué dirección ha evolucionado su canto desde LP (2003) hasta la actualidad?
Creo que el crecimiento a nivel interpretativo aparece a partir de vivir. Pasar por diferentes estados a través de los años hace que la canción tome color desde lo expresivo, más allá de la técnica vocal. En mi caso lo vocal es algo central, pero la interpretación tiene que ver con saber vivir o haber experimentado determinadas cosas. Experiencias que me permiten adueñarme del texto y de la melodía que forman la pequeña historia que estoy contando. El cantante trabaja con los sentimientos desde un lugar muy físico. Tenés que estar muy entregado y no te podés permitir el bajón, por ejemplo.
¿Cómo logra hilar canciones de procedencia tan heterogénea como las de Nirvana, Chabuca Granda y Gershwin?
A veces me lo pregunto, pero no veo por qué acotarme a un solo género si lo mejor que uno le da a la gente es lo que mejor sabe hacer y lo que le gusta. El jazz es el género que me vio nacer como artista, pero no deja de estar cantado en un idioma extranjero, y nosotros tenemos mucho para escuchar de Latinoamérica. No me considero una cantante de jazz sino una cantante a secas. O, más bien, una artista, porque también tengo formación en teatro, y la actriz en mí está presente siempre que estoy en escena. Me considero una intérprete en sentido amplio, no creo en los encasillamientos.
¿Recuerda su primer contacto con el jazz?
Es una música que adoro y que me acompaña desde que soy muy chica porque mis papás, a pesar de que se dedicaban al tango, la escuchaban mucho. Cuando tenía 7 años capturaron mi atención los colores de la tapa de un disco, Damas del jazz. Eran cuatro retratos coloreados al agua de Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Lena Horne y Sarah Vaughan. Me quedé horas mirando la tapa de ese disco, pensando en quiénes serían esas mujeres, y un día me puse a escucharlo. Fue un impacto que empezó por lo visual pero, evidentemente, lo que estaba adentro era mi destino. Después, a los 8 o 9, me fascinó Gershwin. Escuché a Billie Holliday cantar "The Man I Love", y después agarré el disco de Porgy & Bess, en la versión de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. Era raro para una nena de ocho años quedarse escuchando esa música, estaba totalmente en mi mundo.
A la hora de cantar un standard, ¿tiene en mente las versiones anteriores que se hicieron?
-Siempre que decidí cantar un standard fue porque lo había escuchado de chica. No suelo tener muy presentes las versiones que escuché originalmente, porque pasó mucho tiempo durante el cual mis propias versiones fueron ganando lugar en mi memoria. Hoy estaba ensayando "Body & Soul" y me empecé a sentir muy conmovida, porque le presté atención a la letra como si fuera la primera vez. Pero me dije: no, mejor vamos a ensayar, dejemos eso para el escenario.
-¿Qué la seduce de una canción para querer apropiársela mediante la interpretación?
-Hay canciones en las que la letra es intrascendente y la música tiene mucho peso y color. Otras, en que la letra es digna de escucharse palabra por palabra, lo cual te compromete espiritualmente e interpretativamente de otra manera, porque necesitás que el oyente escuche bien lo que estás diciendo. Por lo general, en una primera instancia es la música lo que me atrapa, la melodía principalmente.
-¿Qué artistas del nuevo cancionero latinoamericano llaman su atención?
-Me gusta mucho Calle 13, a los que llegué por Rubén Blades. Por ahí no cantaría temas de ellos, pero me gusta el compromiso social que tienen, la fusión que hacen, su uso de la tecnología. También adoro a Fernando Cabrera, de quien tomé prestada la canción "Te abracé en la noche". Envidio sanamente al que es capaz, como él, de componer música y letra, es un talento impagable saber escribir una buena canción. También me encanta Illya Kuryaki, es música que comparto con mis hijos en la vida cotidiana.
-¿Qué opina de la música argentina actual?
-Hace tiempo que noto una cosa chata culturalmente. Hoy lo que menos importa es la voz y el compromiso de una intérprete hacia la canción. Veo mucho ruido y una intención de imitar lo que vende. Esa frase, "lo que vende", me tiene harta. El otro día, sin ir más lejos, me habían propuesto para un programa de televisión y me enteré de que la productora me dio de baja con el argumento de que lo que hago "no vende". En otro programa me dijeron: "no da el target". Nunca formaré parte de esa idiotez, mi objetivo no es vender, sino ser parte de la cultura de mi país.
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