En busca de la sinceridad
Nunca, nunca olvidará Leo García este 2001 en que pasó de ser una joven promesa del under a un artista popular. Nunca olvidará el año en que grabó un disco para una compañía multinacional, producido por Gustavo Cerati, y lo presentó en el teatro Astros, con Litto Nebbia, Moris, Cerati y los músicos de Gilda entre los invitados. Nunca, nunca olvidará Leo este año, el año de "Morrissey", su primer hit.
-¿Qué fue lo mejor que te pasó en el año?
-Creo que fue la presentación del disco… En realidad, pasaron muchas cosas. Lo mejor fue el trabajo por y para la música. El arte: se fue aclarando mi sendero artístico. Descubrí que, si sigo trabajando, puedo ser el representante del pop argentino, incluso a nivel internacional. Después de hacer música durante diez años, me di cuenta de que no había representantes pop en la Argentina. Y la seguridad de saber que ese lugar estaba vacante y que yo lo podía ocupar dio sus frutos: grabé el disco, conocí a las personas adecuadas para grabarlo, llegué a un sello tan importante como Virgin, y logré presentarlo en el Astros, en una gran fiesta. Ahí estaban todas las personas que trabajaron para que el álbum existiera; todos pusieron mucho amor para que se hiciera posible ese recital. Los músicos invitados justificaron la frase que yo había puesto en el disco: "¡Viva la música en todas sus formas!".
-Se te veía muy feliz en el escenario del teatro…
-Era mi primer show importante; un montón de artistas invitados y el público me decían con su presencia que aprobaban mi música. Fue una confirmación personal: "Estás haciendo música, estás dedicándote a esto y no estás equivocado".
-¿Qué fue lo peor que te pasó en el año?
-Algunas cosas internas, como la culpa. Cuando algo me sale bien, enseguida me siento culpable. A veces no estoy bien conmigo, me siento demasiado solo; siento que la soledad pesa, aunque en un punto es necesaria para la vida que llevo hoy, pero la verdad es que no me puedo quejar de nada, porque este año no me pasaron cosas feas. Tengo que mejorar mi personalidad, pero tampoco estoy tan disconforme con ella. Siempre soy sincero, me baso en no mentir y en tratar de no ocultar nada. Ese es mi objetivo como persona y como artista. Para mí el verdadero artista es el que ha logrado no ocultar nada.