Las Trillizas de Oro cumplen 60: la historia de las hermanas más famosas de la Argentina
Un día como hoy, hace 60 años, Paulina Rousse dio a luz a sus trillizas. Uno de los primeros partos naturales de este tipo en nuestro país y con la particularidad que dos de las bebas fueron gemelas. El papá, Oscar Fernández, celebró el nacimiento, aunque se inquietó ante la nueva normalidad de la familia numerosa que acababa de conformarse. Para Paulina sería imposible regresar a su actividad como bancaria. En ese ámbito conoció a su marido.
La casa de Parque Avellaneda rápidamente se acondicionó cuando aquel estudio de rutina anticipó la nueva buena: "¡Tendrán trillizos!". Lo que nadie podía anticipar era que esas tres hermosas bebas nacidas un 5 de julio de 1960 se convertirían en las trillizas más famosas del país.
Destino de popularidad gracias a la simpatía que siempre despertaron en la gente. Aquel frío día Pichi y Chichita no imaginaron que sus tres hijas muy pronto serían famosas en un medio que estaba despuntando: faltaban tan solo cuatro días para la inauguración de Canal 9 y dos meses y 27 días para que comenzara a transmitir el 13. Las Trillizas de Oro ya habían nacido.
María, María y María
El matrimonio Fernández Rousse las bautizó como María Laura, María Emilia y María Eugenia. Desde ya, ellos identificaron muy bien a cada una desde el vamos. Sin embargo, desde muy pequeñas el parecido de las nenas fue notable. Reconocerlas en su individualidad siempre fue una tarea denodada. Ellas, lejos de incomodarse, jugaron con eso. Sacaron partido de la confusión generalizada, como cuando se turnaban para rendir un examen engañando a los incautos docentes.
"Nuestros amigos no nos confunden, pero la gente que nos conoce por primera vez, sí, y eso nos divierte mucho", dijeron a este cronista en 2018 cuando estrenaron su programa de televisión matutino por la señal KZO. Obviamente, este cronista no pudo superar la prueba.
Los estudios primarios los llevaron a cabo en el Instituto Ana María Janer de Parque Avellaneda, en ese barrio donde las nenas se entretenían con el famoso trencito que recorría el gigante espacio verde que da nombre a la zona enmarcada por las avenidas Directorio y Lacarra.
Todavía vivían allí cuando, a los cuatro años, debutaron en un aviso comercial. Sería el puntapié para una carrera que se continúa hasta hoy. Precoces, como en casi todo. Y juntas, otra de las características de su vida laboral y personal. Simbióticas como pocas. Unidas y sin grandes roces, solo los naturales: "Lo que sucede entre nosotras, queda en la intimidad", confesaron alguna vez. Con todo, la relación de las hermanas es de un profundo amor fraternal. Ya de pequeñas compartían el deseo de ser conocidas.
En 1968, su tío Lalo, quien era amigo del actor Alejandro Rey, las vinculó con Pipo Mancera. Es que el actor, cuando las vio cantando y tocando la guitarra junto al tío Lalo, quedó tan impactado que decidió que lo acompañasen al programa de Mancera donde iba a ser entrevistado al día siguiente. Cuando Pipo las conoció quedó maravillado con la simpatía, belleza y parecido de las tres rubiecitas angeladas. No dudó un instante, fiel a su instinto, en invitarlas varias veces a su programa de larga duración.
En aquellos famosos Sábados Circulares que comandaba el gran animador aparecieron ya sin la excusa de una publicidad. El rating estalló. El país se enamoró de ellas. Y fue Ben Molar, aquel hombre referencial del ambiente musical, el que las hizo grabar un disco por primera vez, sorprendido por el carisma de estas nenas que arrasaban con la audiencia. "Ben nos hizo grabar canciones navideñas, en homenaje a las madres, para el Día del Padre, y así nos permitió ingresar en la industria musical", recordaron alguna vez. El primer LP se los produjo Palito Ortega.
Con las hermanas casi adolescentes, los Fernández Rousse se mudaron a Belgrano, barrio en el que Laura, Eugenia y Emilia cursaron los estudios secundarios en el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia. Pero la vida escolar no fue tradicional. Las chicas, ya comenzaban a hacerse famosas no solo en la Argentina sino también en Latinoamérica, donde se presentaban en las cadenas televisivas locales, sobre todo en las galas musicales de cada lugar que visitaban.
En 1976, en nuestro país, se consagraron en un show televisivo en el que compartieron cartel con Estela Raval. Ese mismo año, debutaron en Canal 13 en el programa El verano de los chicos, junto a Carozo y Narizota. Fue el comienzo de una nueva faceta profesional que transitarían con comodidad un poco más adelante. De todos modos, a los 13 años, en Alemania, tuvieron gran éxito cantando para una audiencia más amplia: "No nos gusta vernos en esa época, estábamos con todas las hormonas en ebullición", confesaron en una entrevista que le hiciera Julián Weich en la señal LN+.
Las hermanas vestían igual y tenían el mismo peinado. Explotaban el parecido físico que coronaban con una gran simpatía. Jamás se las vio involucradas en escándalos. Llevaban una vida tradicional y algo conservadora. No fueron adolescentes que buscaran llamar la atención con provocaciones tontas. Todo lo contrario, mostraban responsabilidad y profesionalismo laboral. La vida privada la conservaban fuera de la opinión pública. Cierto aire ingenuo las atravesó en su carrera. A la hora de cantar, lo hacían con temas románticos y pegadizos y coreografías simples en las que las tres llevaban adelante el mismo paso. Las Trillizas son como una suerte de réplica, una especie de fotocopia inexpugnable. A la unión personal le sumaron, acertadamente, la explotación de ese parecido inmaculado.
Seducir a Julio
Julio Iglesias realizaba un vuelo por Latinoamérica, en el marco de una de sus innumerables giras de conciertos, cuando las descubrió, en la portada de una revista, promocionando la película El tío disparate que habían rodado bajo la dirección de Palito Ortega y donde compartieron el protagónico con Carlitos Balá y la entrañable actriz Iris Lainez. El cantante no paró hasta conocerlas. Lo logró.
Las chicas tenían 17 años cuando recibieron la propuesta de acompañar al ídolo de la canción haciéndole los coros en sus shows. "No escuchábamos las canciones de Julio, nos interesaba otro tipo de música. Éramos fans de Supertramp. Para trabajar con él, nos tuvimos que aprender el repertorio". En boca de ellas suena simpática la sinceridad brutal. Julio Iglesias tenía 37 años y, según cuenta la leyenda, sentía mucho afecto por María Laura, a quien seducía con una rosa en el escenario. La representación escénica nunca pasó a mayores. Las trillizas eran menores y viajaban acompañadas por sus padres.
Luego de esa experiencia de un año y medio, y de algunas presentaciones solas en Europa, las rubias iniciaron una saga de programas infantiles. Allí encontraban un buen espacio para desarrollar la animación televisiva, acaso el rol para el que cuentan con mayor talento. Además, esos formatos les permitían despuntar la afición por el canto y conectarse con los niños, un público cautivo y fascinado con las hermanas. María, María y María, Diversiones en el 13, Vacaciones en el 13 y Ta Te Ti fueron algunos de los programas que las contó como animadoras, casi siempre bajo la fórmula: entretenimientos con los niños en el estudio o vía telefónica, canciones, y sketches. De todos modos, no eran fanáticas del género que más trascendencia les había dado. En realidad, y a pesar de tener una profusa carrera profesional, siempre privilegiaron la vida familiar.
Sí, quiero
Las hermanas Fernández Rousse tuvieron un vínculo muy estrecho. Unidas y cercanas. Quizás, debido a esta unión tan profunda, han ido recorriendo sus vidas personales con cierta simetría. Y así como se reemplazaban en el colegio para dar lección, en las cuestiones del amor cada una llevaba su vida de manera muy independiente, aunque no se han privado, alguna vez, de jugarle alguna broma a un candidato desorientado que no sabía quién era quien.
Las tres se casaron con polistas. La primera en ponerse de novia fue María Eugenia, lo hizo con Horacio Laprida, quien le presentó a María Laura a su futuro esposo: Ernesto Trotz. María Emilia siguió la nueva tradición familiar formando pareja con Clemente Zabaleta, también figura destacada del polo. En 1981 se casó María Emilia, un año después lo hizo María Eugenia, y en 1983 contrajo enlace María Laura.
A pesar de la foto idílica, las chicas también sufrieron por amor. María Emilia estuvo dos años de novia con el hermano del representante de Julio Iglesias, quien no tuvo mejor idea que romper el noviazgo por teléfono. El joven le había propuesto dos veces casamiento, pero la trilliza no quiso mudarse a España y el candidato se cansó: "Lloré un mes seguido, me costaba grabar María, María y María".
Hay que agrandar la mesa
Las hermanas Fernández Rousse tuvieron hijos y nietos. Forman un verdadero clan familiar. Será por eso que las ausencias les pesan más. En 2015, Oscar, el padre de las hermanas, falleció. Fue un duro trance que superaron unidas y volcando todas sus energías para contener a su madre. Sin embargo, la verdadera tragedia, esa que es tal por antinatural, llegaría en 2018. En la mañana del 25 de junio, luego de pelear contra una enfermedad, falleció Geñi Laprida, hija mayor de María Eugenia. Tenía 34 años, se dedicaba a las artes plásticas y era madre de dos hijos. En los instantes finales, las trillizas se juntaron junto a la cama de Geñi y le entonaron una canción. La joven dejó el plano terrenal con una sonrisa y la voz de su madre y de sus tías como una bella melodía de cuna. Indudablemente fue el golpe más duro de las Fernández Rousse y de todo el grupo familiar.
Estuvieron alejadas algunos días de la actividad, pero, con estoicismo, 10 días después, el 5 de julio, cuando cumplieron 58, regresaron a la conducción de Mañanas Nuestras, el ciclo televisivo que conducen junto a Pato Galván. "Volver al programa era bárbaro hoy. Como le decía a mi marido, es una nueva etapa que nos toca vivir con mucho amor. Con ella que nos va a dar toda la fuerza del mundo con mucho amor para seguir bien con nuestros nietos, con mi yerno que es un amor. Siempre compartimos muchas cosas, desde que nacimos, pero esto me tocó a mí".
Siempre juntas
La pandemia del Covid-19 postergó el estreno de Bailando por un sueño. En esta edición, que aún tiene posibilidades de estrenarse antes que culmine la temporada, estaba casi confirmada la participación de las hermanas.
Son bellas, divertidas, elegantes. Tienen un aura especial. Glamoroso. Eso no les impide ser espontáneas, reírse de sí mismas, y romper protocolos. Y saben qué, aunque sean figuras famosas, nada de la vida pública alterará el statu quo familiar. Ellas pudieron. Con idéntico modo. A su estilo. Simbióticas. Iguales y diferentes. Para la mayoría, indistinguibles. Hoy cumplen 60. Laura, Eugenia y Emilia. Para todos, simplemente, las trillizas.
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