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Las series más recordadas de los ochenta
Repasamos cuáles fueron las ficciones más populares de esa década
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¡Qué década los ochenta! Años que quedaron grabados en la memoria de aquellos jóvenes que tuvieron la suerte de crecer rodeados del Pumper Nic, colores flúo y peinados del tipo "Cuando pase el temblor". Y para ponernos un poco nostálgicos, hacemos un repaso sobre las ficciones de ese período que marcaron tendencia y que todavía hoy son recordadas con cariño.
Alf
"Espárragos,espárragos, se sirven en la mesa". (Brian Tanner)
Que la esté emitiendo TCM, es la mejor señal de lo vigente que se encuentra esta serie. Desde el mítico "¿Te acuerdas de Alf? Volvió…¡en forma de fichas!", de un entusiasmado Milhouse, todos sabían que el extraterrestre de Melmac jamás perdió ni un ápice de su popularidad. Las aventuras de Gordon Shumway y los Tanner eran tan ñoñas como efectivas. Alf pertenece a una época en que la tele era correcta, moderada, y siempre pretendiendo dar una lección de vida en unos veintitantos minutos. La fórmula de la serie era efectiva, y su naive atractivo conquistaba a niños y adultos por igual. Sin lugar a dudas, la marioneta creada por Paul Fusco se convirtió en uno de los grandes íconos pop de la década.
El desafortunado destino de algunos de sus protagonistas (Max Wright), sumado a los fuertes rumores que indicaron que la serie terminó prematuramente por la pésima convivencia entre el elenco y los creativos, sumado a un epílogo indigerible llamado Alf: La Película, sirvió para alimentar esta idea de que el programa fue una especie de coincidencia cósmica que supo acaparar lo mejor de la comedia ATP ochentosa.
Aquellos años felices
"Marilyn Manson es Paul Pfeiffer". (anónimo)
Si la palabra "bajón" no existiera, esta serie la hubiera inventado. Aquellos años felices (que aquí también se conoció con el cursi título de Kevin, creciendo con amor) es una trampa, porque es una serie ochentosa que a su vez mira con nostalgia a los sesenta, época en que Estados Unidos tenía la sensibilidad puesta en Viet-Nam y en The Birds. Y en esa época tumultuosa se encontraba Kevin Arnold, un preadolescente que vivía en un típico suburbio norteamericano, con su familia conservadora, hermana hippie, hermano molesto y la ebullición hormonal propia de la edad. Kevin es la nostalgia embotellada en dosis de 25 minutos, invitando al espectador a sumergirse en su propia infancia (más masoquista es la experiencia para quienes vieron esa serie teniendo la edad del protagonista, y prueban reverla en la adultez). Cada episodio, cada amigo de Kevin, cada novia, todo en este programa estaba teñido de un tono emotivo que ninguna otra ficción pudo lograr jamás. Y la historia, que adelanta una muerte especialmente amarga para el personaje de Kevin, supuso el punto final de una ficción perfecta que al día de hoy, mantiene su magia intacta.
V Invasión Extraterrestre
"Pásame esa rata" (Diana, oficial invasora)
La fantasía de la colonización alienígena, es un fantasma del que la ciencia ficción bebió desde tiempos inmemoriales, pero ninguna saga caló tan hondo en la cultura popular como lo fue V Invasión Extraterrestre. La historia de la raza lagarto que sometía al planeta a su poder, y la consecuente lucha de distintas células de resistencia humana que combatían al enemigo a sol y sombra, fue un fenómeno televisivo sin precedentes. La serie nació como una historia acerca de un grupo nazi que ascendía al poder (motivo por el cual el logo de los invasores es tan parecido a la esvástica), pero debido al éxito de La Guerra de la Galaxias, se pidió a los productores que cambiaran a los nazis por extraterrestres.
Hubo varios elementos que hicieron de V la GRAN serie de ciencia ficción ochentosa: la presencia de Diana, que quedó inmortalizada en la escena en que se come la rata; el extraterrestre bueno interpretado por Robert Englund (que conocería la fama convirtiéndose en Freddy Krueger); el parto en el que nacía el bebé híbrido humano/alienígena; el actor Michael Ironside totalmente entregado a un personaje ícono de la resistencia; y obviamente el gran Marc Singer como Mike Donovan, camarógrafo devenido a guerrillero y hombre indispensable en la lucha contra los lagartos. V Invasión Extraterrestre fue un éxito mundial, siendo otra serie que hizo de los ochenta una gran década para la televisión.
Brigada A (Los Magníficos)
"Hoy, aunque el gobierno los busca, si alguien tiene un problema, necesita ayuda y puede localizarlos, tal vez pueda contratar a… Los Magníficos" (presentador)
Solamente una década tan surreal como los ochenta pudo convencer al público de que un hombre notablemente canoso, de sonrisa canchera y que estaba a un paso de los sesenta años, podía liderar un grupo de mercenarios de corazón noble, capaces de defender al oprimido y castigar al verdugo. En cada episodio de Brigada A, y arriba de esa camioneta que todos quisimos tener en algún momento de nuestras vidas, Aníbal Smith, Mario Baracus, Murdock y Faz se involucraban en mil tiroteos en los que jamás nadie moría, y cuyo clímax siempre incluía la construcción de un complejo vehículo que destruía todo lo que tenía por delante. La serie cautivaba a espectadores de todas las edades, que caían rendidos con apenas escuchar la pegadiza canción de apertura. Por cierto, el famoso crimen por el que se convertían en fugitivos de la justicia, ¿alguien sabe cuál fue?
División Miami
"¿Cómo vas de esta tranquilidad a esa violencia?"
"Usualmente, en mi Ferrari" (Sonny Crockett)
Don Johnson y Philip Michael Thomas inventaron los ochenta, así de simple. Cocaína, lanchas, anteojos de sol y por sobre todas las cosas, musculosas combinadas con sacos arremangados como uniforme de trabajo, fueron algunos de los varios elementos que hicieron de División Miami la gran creadora de una estética que hoy es imposible no asociar con esa década. Poco relevante era el narcotráfico y el crimen, acá lo verdaderamente importante era que los detectives Crockett y Tubbs estuvieran apropiadamente vestidos y dispuestos a bolichear con música disco de fondo.
Married... with children
"¿En qué pensaba cuando dije "acepto"? Ya me había acostado con ella, no necesitaba hacerlo de nuevo" (Al Bundy)
Antes de Los Simpson, mucho antes de Family Guy y a años luz de otras series políticamente incorrectas, Married with children fue el primer gran embajador de un tipo de comedia que poco se había visto hasta el momento, y cuya desencantada mirada sobre la clase media norteamericana, era tabú en una televisión que se cansaba de mostrar familias felices. Al Bundy era un vendedor de zapatos que odiaba su trabajo, que estaba cansado de su mujer y que no podía sentir ni un poco de orgullo por dos hijos que, básicamente, eran unos chupasangre desconsiderados. La clave en Married with children era el tono ácido con el que parecía burlarse con (y de) sus espectadores, y cómo ese estilo rápidamente logró instalarse en otras comedias que encontraron en ese nicho, un nuevo subgénero dentro de las acartonadas sitcom que parecían inundar la televisión.
De Yapa: otras joyas ochentosas para no olvidar (y que tuvieron presentaciones perfectas)
Luz de Luna. Bruce Willis jugando a ser Cary Grant y haciendo una dupla perfecta junto a Cybill Shepherd. Gran comedia romántica que todavía hoy, resiste el paso del tiempo.
He-Man. El mejor dibujo animado de la década. El héroe adicto al solarium cautivó a una generación entera de niños y sigue siendo objeto de culto total.
MacGyver. El ídolo de Patty y Selma. Otra serie que se apegó a un concepto (un héroe que usaba el ingenio en vez de las armas de fuego) y lo usó a más no poder a lo largo de… ¡139 episodios!
Dinastía. Culebrón de clase alta que atrapó a millones de espectadores. El maquiavélico personaje de Alexis (compuesto por Joan Collins) quedó en el imaginario popular como la gran villana televisiva de la década. Imposible entender Scandal y Revenge, entre otras ficciones, sin tener a Dinastía en cuenta.
Lazos familiaries. Sitcom del tipo "¡qué linda es mi familia!" cuyo mayor aporte fue lanzar al estrellado a un muy joven Michael Fox (y contar entre sus tantos secundarios con un desconocido Tom Hanks).
El gran héroe americano. Plagio descarado que mezclaba a Linterna Verde con Superman, esta serie contaba la historia de un hombre común que aprendía el oficio de ser superhéroe. En la Argentina no tuvo mucho éxito, pero su canción de apertura será por siempre recordada.
Martillo Hammer. Policial en clave de comedia. Hammer era un oficial poco ortodoxo que solucionaba los casos usando muy poco la cabeza. Junto con el "no hay problema" de Alf, el "confía en mí, sé exactamente lo que hago" fue otro de los latiguillos más populares de la década.
El auto fantástico. Otro vehículo ícono de la época. Michael y su auto inteligente, Kitt, combatían el mal sin descanso (y siempre por tierra, obviamente).
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