Las peores películas de lo que va del año
Con la llegada de julio repasamos los exponentes más olvidables que dio el cine en los últimos meses
*1. JURASSIC WORLD (Colin Trevorrow)
- No resulta casual que uno de los pocos aspectos logrados de Jurassic World sea el del personaje de Jake Johnson. Por un lado, porque simboliza la nostalgia y el homenaje a la saga iniciada por Steven Spielberg en 1993. Por el otro, porque su interpretación está propulsada por ese alto nivel de carisma que reside en Safety Not Guaranteed, la brillante ópera prima de Colin Trevorrow, a quien una cuarta entrega de Jurassic Park le queda bastante grande. Como forma de aggionarse, el film del realizador (además co-guionista) plantea una realidad en la que los dinosaurios son un arma bélica secreta poniendo de relieve la inconsciencia del hombre ante el eventual desastre que conlleva el uso de sus propias creaciones y/o alteraciones genéticas. La premisa, al estar acompañada por buenos efectos visuales, hubiese sido más que suficiente para construir una película de género hecha y derecha. Sin embargo, Trevorrow se concentra en subtramas que no funcionan, como la del héroe impertérrito interpretado por Chris Pratt (cualquier película que no lo haga brillar tiene como mínimo un inconveniente) que une fuerzas con la damisela en desgracia en cuestión (Bryce Dallas Howard, una pobre decisión de casting) que escapa del Indominus Rex con tacos y pollera ( ¡ Laura Dern , volvé, te extrañamos!); y la de los hermanos que se ayudan mutuamente al quedar expuestos al salvajismo. Sobreexplicativa, unidimensional y tediosa, Jurassic World descansa en los guiños a sus predecesoras sin jamás lograr esa clase de grandilocuencia.
*2. EL DESTINO DE JÚPITER (Andy y Lana Wachowski)
- Uno puede tomar dos posturas frente al último largometraje de los hermanos Wachowski. Por un lado, si la pensamos como una obra camp destinada a convertirse en película de culto y/o placer culposo, debemos decir que el film cumple su cometido. Tiene un villano desatado interpretado por un Eddie Redmayne extremadamente comprometido con el ridículo, personajes que pueden ser considerados parias con nombres como Caine y Stinger (uno es mitad perro, el otro mitad abeja y así) y una pomposidad que la vuelve delirante. Sin embargo, si la pensamos como otra creación de corte metafísico de los talentosos pero desparejos Andy y Lana, entonces El destino de Júpiter presenta todos aquellos problemas que los realizadores lograron evadir en Cloud Atlas. En definitiva, e independientemente de las sendas y repetitivas secuencias de acción, el film no es más que el cuento de una princesa (Júpiter, una Mila Kunis desangelada) que debe aprehender su condición de elegida dentro de un contexto hostil (narrativa reminiscente a Matrix) para sostenerse por sus propios medios. Una historia similar vemos en la recomendable Sense8, la serie de los Wachowski para Netflix, donde a pesar del absurdo y a pesar de sus clásicas sentencias rimbombantes, tiene un corazón que la propulsa. El destino de Júpiter, por el contrario, no es más que puro cascarón y derroche de efectismos visuales.
*3. SERENA (Susanne Bier)
- Por lo general, cuando una película sufre un sinfín de inconvenientes desde el rodaje, pasando por la instancia de post-producción hasta la alteración permanente de su fecha de estreno, se trata de un indicativo de que las cosas no salieron demasiado bien. Una notable excepción a la regla es Mad Max: furia en el camino de George Miller (sobre la cual nos explayaremos en el repaso de las mejores películas en lo que va del año), que superó toda clase de obstáculos (desde su financiación hasta la reescritura del tercer acto) para convertirse eventualmente en la obra maestra que es. Serena no corrió con la misma suerte. La película originalmente iba a ser dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Angelina Jolie (quien hubiese sido más apropiada en relación a la edad del personaje central), hasta que Susanne Bier se hizo cargo del proyecto y convocó a Jennifer Lawrence . La ganadora del Oscar, ni lerda ni perezosa, pidió a Bradley Cooper como co-equiper, luego de dos colaboraciones exitosas como las de El lado luminoso de la vida y Escándalo americano. Sin embargo, esa química que supo haber entre los actores, en Serena brilla por su ausencia. En el marco de la Gran Depresión, el film muestra la lucha de un matrimonio por superar la crisis financiera, al tiempo que la Serena del título se ve enceguecida por sus deseos de ser madre. Con una edición cuestionable, lenta y sin el alma de la novela de Ron Rash, el film de Bier exuda esos inconvenientes en su realización en cada fotograma.
*4. MAGIC MIKE XXL (Gregory Jacobs)
- Si bien la primera Magic Mike no es completamente sólida, hay que decir que supo acertar en dos frentes. Por un lado, Steven Soderbergh astutamente mostró un micromundo sin cinismos, con inspiradísimas secuencias en las que ese grupo de strippers se va de compras para completar sus respectivos looks o aquellas en las que se nota una reflexión velada sobre la crisis económica de quienes quieren empezar de nuevo, como el Mike interpretado por Channing Tatum , quien empleó material de su propia experiencia como stripper para la construcción de su personaje. Por el otro, el film contaba con un Matthew McConaughey en plena reinvención, opacando a todo el elenco con una verborragia que lo volvía encantador. Magic Mike XXL es, literalmente, otra historia. Gran parte de los Reyes de Tampa vuelven al ruedo (sin Alex Pettyfer, como indicaba el final de la primera) para brindar un nuevo espectáculo...y no hay mucho más que eso. El director Gregory Jacobs - frecuente colaborador de Soderbergh y responsable de la penosa remake de Nueve reinas, Criminal - reposa en el compromiso de Tatum (la gran estrella anti-estrella del Hollywood contemporáneo) y en las secuencias de baile pero su film empalidece por la ausencia de McConaughey y de cierta profundidad argumental. Asimismo, y al igual que su predecesora, Magic Mike XXL sigue sin acertar con sus protagonistas femeninas. Cuando uno creía que no podíamos tener a una actriz más diluida que Cody Horn, llega Amber Heard en piloto automático y sin demasiado para aportar.
*5. NEGOCIOS CON RESACA (Ken Scott)
- La indefinición narrativa de Negocios con resaca sale a flote cuando uno busca sintetizar el argumento del film de Ken Scott. ¿Es una película sobre unos empleados de una empresa pequeña que buscan imponerse por sobre el titán de los negocios? ¿Es una película sobre el viaje desatado que emprenden para cerrar un trato que garantizará su futuro laboral? ¿Es una película sobre el lugar secundario que ocupa la familia en medio de un desajuste financiero del patriarca (idea obsoleta, si las hay)? ¿Es todo eso junto? La respuesta podría ser que Negocios con resaca no es nada. La película no solo no nos embebe en los pormenores de esa empresa - su proceder es siempre un misterio involuntario - sino que además avanza de manera penosa a un final predecible e insatisfactorio. Resulta vergonzosa la manera en la que se llenan baches argumentales, sobre todo con la inclusión de secuencias de humor que se estiran al infinito y que nunca llegan a buen puerto. Y si bien en la mitad del film aparece Nick Frost para sacudir el avispero, ni Vince Vaughn ni Tom Wilkinson ni Dave Franco (un comediante prometedor) son personajes trabajados que puedan generar empatía. Por el contrario, parecen solo ideas, bocetos, estereotipos, un trío que comanda un road trip poco ingenioso y hasta por momentos insultante.
PARTICIPACIÓN. ¿Cuáles les parecen las peores películas de 2015 hasta el momento?
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