Las más caras, las más raras, de gran fiesta en Palermo
Desde pasado mañana, las orquídeas tendrán su exposición
"En Japón, una persona entregó una Ferrari Testarossa a cambio de una orquídea." Así ejemplifica el especialista Gustavo Ogata la pasión que pueden suscitar estas flores, con fama de ser las más exclusivas. No sin fundamento: en esos casos extremos, al aficionado se lo denomina, entre entendidos, orquidiota. Una categoría en la que entran los auténticos fanáticos, capaz de visitar varios viveros por semana.
Para ellos y para interesados más moderados, la Asociación de Productores y Cultivadores de Orquídeas de Argentina (Apcoa) organizará la fiesta anual de esta flor desde el viernes y hasta el lunes próximos en el Jardín Japonés, donde se expondrán especies raras y plantas premiadas. Allí, el mayor atractivo será para muchos la elección de la mejor flor entre las de cultivadores amateurs. "Algunos esperan la fecha para mostrarlas, otros no las sacan de su casa ni locos", revela Ogata, miembro de la Apcoa y organizador de la feria.
Además de Apcoa, que congrega a un puñado de productores, hay cinco entidades de cultivadores aficionados en Buenos Aires, que se calculan en mil. Médicos, abogados e ingenieros integran las filas de cultores de esta pasión que, según la orquideo terapia, es un efectivo paliativo del estrés.
Tres meses o 24 horas
Hijo de japoneses, Ogata se confiesa un aficionado más. Se formó en Japón y otros países como especialista en la materia y, además de ser uno de los más prolíficos productores locales, es un fanático con una colección de 250 especies de hasta 25 años.
"Son sólo algunas de las 35.000 variantes de la orquídea, la familia más grande del reino vegetal, que crece en climas cálidos y fríos", explica.
"Es una de las más lindas, pero también es una de las de más dificultosa floración. Sólo a los cinco años nace el primer pimpollo. Y puede durar vivo tres meses o... un día", cuenta, después de dejar bien en claro que no se trata de una planta parásita, sino epífita, es decir, que crece sobre árboles, pero no se alimenta de ellos.
De todas formas, la intención de la feria es "acercar las orquídeas a la gente", desmitificarlas, sacarles el aura de soberbia que les quedó del tiempo en que eran sólo para unos pocos (hace veinte años, para homenajear a una novia o esposa con una de estas flores había que desembolsar 400 pesos, pero en estos días basta con la décima parte).
"Con una serie de recaudos, cualquiera puede tener una planta en su casa. Sólo hay que elegir una especie adecuada para el ambiente en el que estará, regarla lo justo, y proveerle sol, ventilación, temperatura y humedad necesarias, para llegar algún día a sentir la satisfacción enorme de que florezca", asegura Ogata.
Agenda completa
Para conocer algunas variantes, en la muestra habrá exposición, venta y sorteos de plantas. También, conferencias para principiantes en su cultivo, entre otras más sofisticadas, como armonización para plantas, mediante el uso de flores de Bach; inducción para la floración; cultivo de Bulbophyllum ( una especie complicada) y orquídeas en extinción, entre las que se cuenta la argentina Laelia lundii, víctima de la deforestación de la selva misionera.
El arte también tendrá su espacio, con cursos y exposiciones de Oshibana o flor prensada, y cuadros que inmortalizan orquídeas en vidrio líquido, una técnica española.
Quienes seguramente no se la van a perder son Pipo Pescador, Roberto Piazza, Fanny Mandelbaum y Claudine Marechal, la mujer del ministro Roberto Lavagna, conocidos devotos de la orquideocultura.