Cambio de rumbo: las divas de Hollywood que llegaron a la cima y lo dejaron todo
La más reciente imagen de Cameron Díaz muestra una mujer madura, dedicada a sus empresas y, sobre todo, por lo que dice en las entrevistas y se ve en sus expresiones, feliz. Está metida de cabeza en su nuevo emprendimiento: la producción de una marca de vinos que no usa químicos en su proceso de fermentación. Ahora, aparece en los medios para hablar de bienestar, cuidado personal y, claro, vinos orgánicos.
Después de dedicar 20 de sus 47 años al cine y el modelaje, su frescura y belleza le abrieron las puertas de pasarelas y rodajes que la convirtieron en una de las rubias más atractivas de la pantalla grande.
Con raíces cubanas y alemanas, Díaz era el amor platónico de muchos en la década de 1990. Sus apariciones en La máscara, Loco por Mary y La boda de mi mejor amigo fueron plasmando su transformación de mujer bonita "adorno" a una actriz con matices e histrionismo que quedó evidenciado en Pandillas de Nueva York, ¿Quieres ser John Malkovich? o Knight and Day, junto a Tom Cruise. Incluso ganó en el terreno de la animación, al prestarle su voz a la princesa Fiona en la saga animada de Shrek.
Con sus 1,74 centímetros de estatura lució los modelos de Calvin Klein y Levi’s, oyó su nombre como candidata a los Globos de Oro o los Bafta, y a los 40 años se convirtió en la actriz mejor pagada de Hollywood. Suena a la vida perfecta, pero para Díaz fue la señal para abandonarlo todo.
En el 2013 irrumpió en el mundo de la salud y el estilo de vida con el lanzamiento de The Body Book, de anécdotas personales y científicas alrededor de la nutrición y el bienestar. Fue un éxito de ventas del New York Times.
"Simplemente decidí que quería cosas diferentes de mi vida. Me había esforzado tanto durante tanto tiempo, trabajando, haciendo películas y es una rutina que realmente no hice ningún espacio para mi vida personal", comentó Díaz en In goop Health: The Sessions, un canal de bienestar en YouTube que forma parte de la marca Goop, creada en 2008 por la también actriz -o exactriz- Gwyneth Paltrow.
Paltrow, que comparte muchas cosas con Díaz -también californiana, 47 años, rostro perfecto, rubia, alta, delgada y que se cansó de la actuación-, se abrió pasó en la industria de Hollywood en los 90, con Grandes esperanzas; pero Shakespeare enamorado fue su gran reconocimiento (que incluye el Óscar y el Globo de Oro). Le seguirían varios títulos taquilleros: Contagio, la saga de Iron Man y The Avengers, entre otros.
A los temas de vida saludable llegó motivada por la muerte de su padre, el productor Bruce Paltrow, víctima de un cáncer. Desde entonces, lo que comenzó como un blog en el que la intérprete desgranaba sus consejos holísticos de cuidado diario, siempre cuestionados por expertos y rodeados de polémica, acabó convirtiéndose en Goop, un portal de estilo de vida y firma de cosmética, valorada en 250 millones de dólares, según The New York Times.
La semana pasada dio un paso más lejos de la actuación -a la que ha vuelto esporádicamente con apariciones como invitada especial- al presentar sus diseños de modas en G. Label Dress Collection, en la que su madre e hija fueron las modelos de la campaña, con un mensaje "transgeneracional".
Otros casos
Díaz y Paltrow no son las primeras que toman distancia de sus rutilantes carreras actorales. En los años 50, Grace Kelly cambió las cámaras y la fama al aceptar convertirse en la esposa del príncipe Raniero III de Mónaco en 1956. Casi como en un cuento de hadas, la princesa dejó la actuación luego de ganar un premio Óscar, dos Globos de Oro y estelarizar 11 películas, muy recordadas La ventana indiscreta, Atrapa a un ladrón y En la hora señalada. Un cuento que vivió en el principado de Mónaco hasta su temprana muerte, en un accidente automovilístico, cuando tenía 52 años.
Shirley Temple, quien fuera la niña dorada de Hollywood en las décadas de 1930 y 1940, es recordada por dejar los platós para dedicarse a una carrera como diplomática. Luego de ser una estrella infantil y alzarse con la estatuilla dorada a los siete años, un hecho que se consideró como un hito en los galardones, se decantó por los estudios políticos cuando cumplió 22. Hasta su muerte, en el 2014, trabajó en temas sociales vinculados a la ONU y entre sus logros está haber ejercido como embajadora de Estados Unidos en la antigua Checoslovaquia en 1989.
Paltrow, Díaz, Temple y Kelly integran el grupo de intérpretes que han dejado sus carreras por distintos motivos: Gene Hackman ahora escribe novelas; Brigitte Bardot y Doris Day cambiaron los sets por el activismo en favor de los animales; Sean Connery se entregó por completo al golf, como maestro y jugador, y Rick Moranis, que prometía como ícono de la comedia, se dedicó a criar a sus hijos tras la muerte de su esposa.
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