La voz hipnótica de Noa
De la mano de su álbum más reciente, Love Medicine, la cantante israelí actuará esta noche en el Teatro Coliseo
JERUSALÉN.-Es la cantante israelí más famosa a nivel mundial, se llama Ahinoam Nini, tiene 45 años y fuera de su país el público la conoce simplemente como Noa. Esta noche se presentará en el Coliseo y será la única oportunidad de verla. También será su tercera visita a la Argentina, pero ella manifiesta un entusiasmo digno de una primera vez. "Disfrutarán del espectáculo aunque no entiendan la letra de las canciones y aunque no las conozcan", señala la artista que traspasó todas las fronteras gracias a su repertorio solista pero también por duetos memorables con Charles Aznavour, Sting, Joan Manuel Serrat, Quincy Jones y Miguel Bosé, entre otros.
A punto de cumplir 25 años en escena, llevado editados 16 discos en este cuarto de siglo, siempre compartidos con su gran socio, el guitarrista Gil Dor, que la secundará en el concierto de esta noche. Su obra más reciente, Love Medicine, oficia de motivo para este concierto, pero Noa también paseará por los clásicos de sus extenso repertorio. En hebreo, en inglés, en yemenita y también en español. Es que esta cantante refleja en su arte la multiculturalidad que trae de la cuna: nació en Israel, es hija de padres judíos oriundos del Yemen y entre los 2 y los 17 años vivió en Estados Unidos.
-Sabemos que no te gustan las etiquetas. Tampoco categorizás a tu música, ¿no es así?
-Exactamente. Ya tengo 25 años de carrera, me han pasado muchas cosas maravillosas y realmente creo que es muy difícil introducir mi música en una categoría determinada. Para mí el género no es lo importante, sino la esencia, el contenido, la resonancia.
-Interpretás distintos estilos. ¿Se debe a las variadas influencias que recibiste?
-Siempre sentí que me influyeron grandes cantantes como Paul Simon, Joni Mitchell, Leonard Cohen. También me han comparado con Joan Baez por el tipo de voz y por su arista política. Pero te diré que siempre escuché música clásica y música yemenita y cuando vivía en Nueva York también mucho jazz. Claro que no dejé de lado la música israelí clásica de los años 50, Esther Ofarim, Shoshana Damari y Sara Levy Tanay.
-¿Y cómo se distingue entre la influencia y la imitación?
-Uno puede tener las influencias pero luego agrega sus recuerdos, voluntades, anhelos, perspectivas, esperanzas, lo que viene de muy hondo. Y uno trata de crear una nueva obra, que se basa en lo escuchado pero también abre caminos. Quizás, en realidad, más que hablar de influencias lo apropiado sería hablar de inspiraciones.
-En el show actual, en tu gira por América latina, vas a interpretar algunas canciones en español. No se trata de una concesión, ¿verdad?
-Así es. Yo creo que el artista va a presentar su arte, no a entretener al público. No se trata de cantar algo en español para que el público se divierta, sino porque uno comparte con la gente que va al concierto distintos elementos que le resultan cercanos a su corazón. Y yo incluyo en mi repertorio canciones en español que me significan mucho.
-Una dimensión muy conocida de tu actividad es la defensa de la necesidad de que se logre la paz entre israelíes y palestinos. Y lo has hecho no sólo en pronunciamientos políticos directos sino también en presentaciones conjuntas con artistas árabes .¿Cómo ha sido eso?
-Es un tema muy importante para mí. Mi hijo mayor, dentro de cuatro años tendrá que hacer el servicio militar obligatorio y yo no pienso dejar todo en manos de los gobernantes, cuando discrepo con su política. Hay gente que se enoja cuando un artista da su opinión política, como si usara el escenario de forma indebida. Y claro que quienes no quieren oír posturas con las que no están de acuerdo se disgusten. Pero yo estoy comprometida a trabajar por la paz y me mantengo firme en ello desde hace ya 20 años, desde que estuve en el escenario en el acto en Tel Aviv, tras el cual fue asesinado el primer ministro Itzjak Rabin. Y, en efecto, tengo todo el tiempo vínculos artísticos con colegas palestinos y de otras partes del mundo árabe. Lo seguiré haciendo, me es muy importante.
-Tu esposo es médico y tu álbum más reciente se llama Love Medicine. Imagino que el título refiere a él?
-Justamente, decimos a menudo con mi esposo que ambos estamos en la misma profesión: curar a la gente, pero de distinta forma. Yo creo que la música, sin duda, es un remedio para el alma, siempre que venga del amor. A lo largo de los años he recibido muchas cartas de gente que me dice que nuestra música le ha hecho bien, le ha ayudado. Y ésa es mi recompensa, palabras como esas son un verdadero tesoro para mí. Por eso me decidí por Love Medicine para nombrar el nuevo álbum.
-¿Cómo invitarías al público que no te conoce a que vaya a escucharte?
-Diciéndoles que tratamos de traerles algo profundo y al mismo tiempo comunicativo, prometiéndole que la pasarán muy bien y diciéndole que están invitados a disfrutar con nosotros de un interesante viaje musical. Y también contándole que en escena seremos cuatro, el guitarrista Gil Dor, con quien trabajo hace ya 25 años, el percusionista Gadi Seri, el contrabajista Adam Ben Ezra y yo.
Noa
Presentación de Love Medicine
Teatro Coliseo, M.T. de Alvear 1125
Hoy, a las 21. Entradas, desde 300 pesos
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