"La violencia de la película está justificada"
Personaje: Edward Norton, el ascendente actor que acompaña a Brad Pitt en "El club de la pelea", dice que el film generará un debate "saludable".
Los Angeles.- Uno de los mejores descubrimientos de Hollywood en los últimos años, Edward Norton lleva tan sólo tres años prestando su rostro a la pantalla grande.
Astuto como él solo para elegir papeles, su protagónico en "El club de la pelea" junto a Brad Pitt vuelve a romper con toda posibilidad de encasillamiento. Tras sorprender a todo el mundo cuando su nominación al Oscar por "American X" dejó mordiendo el polvo de la derrota a Jim Carrey y su Truman Burbank, este muchachito de apenas 28 años vuelve a dar muestras de una capacidad excepcional ante una cámara.
Hijo de un famoso abogado y de una maestra, Norton quedó tan impresionado por el trabajo de sir Ian McKellan sobre el escenario que decidió que sobre las tablas estaba su futuro. Trabajando en el off Broadway fue donde lo encontraron los productores de "La verdad desnuda", quienes hacía meses que buscaban al actor justo para el papel de un presidiario con problemas mentales. La apuesta salió mejor de lo esperado y Norton obtuvo su primera nominación al Oscar por aquel papel. También trabajó en "Todos dicen te quiero", de Woody Allen; "Larry Flynt", de Milos Forman, y en "Apuesta final" de John Dahl.
-"El club de la pelea" hace una violenta crítica contra el consumismo, pero integrás este mercado de consumo al participar en el gran negocio del espectáculo...
-No hay nada en mi participación como actor en el film que invalide el mensaje que intenta entregar esta película. Yo pertenezco a una generación que ha experimentado esta pasión por el consumismo del que habla la película. El hecho de que Brad y yo seamos estrellas de cine no nos descalifica como participantes del debate que propone el film. De todos modos, lo bueno que tiene "El club de la pelea" es que habla de una generación, la de los años noventa, y no de una persona en concreto.
El narrador, el personaje de Brad Pitt, es el representante anónimo de toda nuestra generación, porque nosotros fuimos los primeros en ser criados por la TV. Apenas aprendimos a gatear, nuestros padres nos sentaron frente a la tele. El impacto que ese medio tuvo sobre nuestras vidas fue muy fuerte, porque nuestro sistema de valores fue construido por una cultura de la publicidad que nos fue explicando cuáles eran los valores externos que necesitábamos para ser felices. No pasa por cuánto ganes por mes, pasa por cuál es tu objetivo en la vida. En ese sentido, esto vale tanto para mí como para cualquier persona de mi generación que tenga un trabajo de oficina. Los dos en algún momento soñamos con tener una videocassettera. En cualquier caso, tampoco es para tomárselo tan a la tremenda: la película no es un curso para anarquistas, es apenas una obvia metáfora surrealista...
-¿Por qué siempre elegís películas tan complicadas?
- No lo sé, nunca me fijo en si una película es simple o complicada a la hora de decirle que sí a un proyecto, me fijo en el guión. Cuando leí "El club de la pelea" me reí a carcajadas, me pareció muy divertida. Hasta me hizo acordar a "El graduado"...
-¿No te asusta que algunos adolescentes repitan algunas de las cosas violentas que hacen ustedes en la película?
-No. La violencia en esta película está plenamente justificada. Si por miedo a las consecuencias nos abstuviéramos de hacer una crítica a través del arte, en este caso el cine, sobre lo enferma que está nuestra sociedad, no sólo tendríamos una sociedad enferma, también tendríamos una sociedad en estado de negación. "El club de la pelea" hace una crítica muy provocativa sobre ciertos aspectos de nuestra cultura. El film va a generar un debate tan saludable como interesante.
En cuanto a la violencia, es así porque vivimos en una sociedad violenta. Cuestionarnos si debemos abstenernos de mostrar la violencia en la sociedad por miedo a que alguien imite lo que se ve en la pantalla es como si Nabokov se hubiera abstenido de escribir "Lolita" por miedo de que algún lector alucinado hubiera salido a violar menores después de leerla. Es como si los Beatles no hubieran cantado "Helter Skelter" por miedo a que Charles Manson los malinterpretara o como si Martin Scorsese no hubiera hecho "Taxi Driver" para evitar que algún psicótico neoyorquino imitara lo que hacía Robert De Niro en la película.
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