La vida después de las lenguas muertas
Arameo, sánscrito, egipcio antiguo, sumerio... a la orden del día
Aunque se trate de lenguas muertas o –suena mejor– caídas en desuso, hoy, de todas formas y mientras se multiplican los cursos de idiomas contemporáneos, hay quienes insisten en aprender sánscrito, sumerio, arameo y egipcio antiguo.
"Técnicamente, lenguas muertas son las que no incorporan nuevas palabras. Por ejemplo, no existe una palabra que signifique "televisor" en sánscrito. Para nombrarlo, habrá que hacerlo en hindi, el idioma que se usa hoy en la India. El sánscrito, sin embargo, se estudia muchísimo porque es idioma de muchos textos filosóficos y, sobre todo, del yoga", explica Carlos González Laporte, ingeniero industrial, de 53 años, que en los años 80 abandonó su profesión y se licenció en Estudios Orientales. Ahora es especialista en hinduismo y yoga.
El sánscrito es una lengua indoeuropea que comenzó a transmitirse oralmente y mediante reglas mnemotécnicas: el maestro decía y algunos discípulos repetían tal cual, otros lo hacían de atrás para adelante y otro grupo, palabra por palabra. "Es muy antigua y completa gramaticalmente. Ingresó en la India alrededor del siglo XV a.C. y su primer gran cuerpo de textos fueron libros sagrados, los Vedas. Se dejó de hablar porque era muy complicada, y con el tiempo derivó en otros idiomas", indica Laporte.
Y sigue: "Especialmente en el campo del hata yoga se necesita ir a la palabra original y al sentido de la raíz que la generó. Por ejemplo, el término asana tiene más de un sentido " estar sentado, sentarse, detenerse, permanecer, ser." También hay una posición clásica que llamamos la pinza y nada tiene que ver con la herramienta. En realidad, es pashcimatanasana y traducida significa "postura de estiramiento de la parte posterior del cuerpo".
Exorcismo, chat y arameo
Es cosa frecuente, claro, que el mundo del cine se valga de la antigua lengua aramea para recrear hechos oscuros y misteriosos. Como en El exorcista, donde Linda Blair encarna a una poseída por el demonio que profiere gritos en ese idioma. Y en Stigmata, el personaje de Frankie Paige, que recibe los estigmas de Cristo en su cuerpo, escribe y habla espontáneamente en arameo. Algo parecido sucede en la más reciente El exorcismo de Emily Rose.
En un terreno totalmente diferente, el de la realidad, el padre Felipe Yazbek, superior de la Misión Libanesa Maronita, habla y estudia arameo. El sacerdote nació en el Líbano hace 77 años y aprendió el árabe como lengua materna. A los 23 años ingresó como seminarista en la Universidad de Salamanca, donde también cursó estudios de otras dos lenguas muertas: latín y griego antiguo. Conoce y habla tantos idiomas que, con modestia genuina, dice: "Ya ni me acuerdo de cuántos".
El sacerdote se pregunta: "¿El arameo es una lengua muerta?" Y se contesta: "Eso admite grados. Porque todavía lo hablan pequeños grupos en algunas localidades de Galilea e Irak". Lo explica mientras abre un mensaje en el Messenger de unos colaboradores del Líbano. "Quiero conseguir un teclado de PC en arameo, para poder chatear con algunos colegas… Nosotros traducimos la misa del arameo al castellano, así que en algunos momentos de la misa rezamos en este idioma. Además leemos la Biblia en arameo, lo que nos permite comprender mejor el pensamiento de Jesucristo." Los maronitas celebran la misa en la parroquia de San Marón, en Paraguay 834, de lunes a viernes, a las 8.30 y a las 19, y los domingos, a las 11 y a las 19. Las partes en arameo tienen su traducción al español.
Si lo que se busca, en realidad, es adquirir nociones básicas de egipcio antiguo, habrá que acercarse al Centro de Estudios del Egipto y el Mediterráneo Oriental (Ceemo). Este mes comienza la inscripción para los talleres de egiptología, con lengua muerta incluida. Más datos, www.ceemo.org.ar .
"Siempre y cuando se forme un grupo de gente interesada, la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador ofrece cursos de lenguas muertas", aclaran Raúl Franco y Andrea Remete, especialistas en gramática y traducción de textos sumerios. Esta lengua, hablada en la Mesopotamia asiática a partir del año 4000 a.C., resulta de difícil interpretación, debido a que, en la evolución de su lengua, los súmeros pasaron por una etapa pictográfica, otra ideográfica y, finalmente, un estado cuneiforme.
"Los escribas trabajaban los signos sobre tablillas hechas de barro arcilloso. Apenas húmedas, se inscribían los signos y posteriormente se las cocía con el fin de garantizar su durabilidad. Tenían diferentes formatos: podían ser circulares, cuadradas o rectangulares", explica Franco. Y concluye: "Para nosotros, estudiar y hablar estos idiomas milenarios no sólo es un privilegio, sino también una pasión y motivo de orgullo". Muertas o no, estas lenguas regresan del pasado para ayudar a comprender mejor el presente.
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