La vida color de Charly
En un reportaje exclusivo, García anticipa su disco sobre "Titanes en el ring", junto con Pipo Cipolatti, y un concierto para fin de año, en River o Vélez, "con platos voladores y boleros"
"¡Huy!, qué bueno, es el diario que lee mi vecina. Venite ahora."
Entrevistar a Charly García es, en primer lugar, estar dispuesto al "ahora o nunca". Después llega todo lo demás, que es mucho, sobre todo porque se está frente a un artista lúcido, sagaz, irónico y absolutamente compenetrado con su obra. Y hay más, pero todo llega a su debido tiempo o, mejor, al tiempo frenético de Charly.
"Mirá, vamos al balcón, que es impresionante. Ahí está el banco que rompieron el otro día mientras las viejitas tomaban el té en el bar de la esquina. Lo filmé todo. Era increíble, como cuando Townshend rompía la guitarra... no sé..., a mí me pareció así. Y ahí está el plato volador," La esquina que señala desde el séptimo piso es la de Santa Fe y Coronel Díaz (epicentro de la revuelta durante la visita de Clinton), y el "plato volador" es el techo del shopping Alto Palermo que está iluminado cuando la tarde cae.
Lo de conversar en el balcón parece sólo una teoría. En pocos minutos, vamos y venimos de su cuarto, donde tiene un aparato de TV para "ver" a través de la cámara. Es como un arma de defensa, además de una forma de mirar. El aparato, igual que toda la casa, está pintado con aerosol de varios colores y, sobre él, un parlante que gracias al imán cambia las imágenes.
Trucos y efectos
"Las cámaras de video berretas como ésta..., las portátiles, graban alucinante el sonido. Yo las uso para grabar. Y experimento, hago cosas raras; por ejemplo, por ahí la cabeza está sucia o pasa algo y se sobreimprimen dos imágenes, y resulta un truco alucinante. Vení que te voy a mostrar un efecto."
Y se entretiene mostrando desde su cámara lo que se ve desde la ventana. Lo disfruta. Tanto, que hay que distraerlo con alguna pregunta.
-¿Qué te parece "No digas nada", el libro de Sergio Marchi, que es tu biografía?
-Da impresión..., parece que soy Superman. Y él también. Bueno, es un libro. También hay fantasía. Es como mirar un prisma. Y vos lo podés mirar de varias formas. Sé que él tiene la camiseta puesta. Pero está bien que sea así.
Ya está, contestó; pero enseguida le viene otra cosa a la cabeza y tiene que expresarla.
Ahora la gente, la prensa, habla del entorno. Dicen que un jugador no va a jugar por el entorno, o Charly García y el entorno. Y al final el entorno... Yo no tengo amigos, tengo entorno. No sé a colación de qué corno venía, pero eso me tiene harto.
Tirado en la cama, sigue jugando con la cámara rodeado de compactos, alguna revista y fotos de Marilyn Manson.
-Me cayó muy bien Marilyn Manson. Quiero que haga "El Cerebrus", del disco que estoy haciendo con Pipo (Cipolatti). Me parece un artista muy talentoso. Es bueno como actor, maquillador... y el mensaje que tira. Nueva York está lleno de esa mano, pero el tipo es en serio. Es muy interesante. Tiene como una moraleja que mata al que sabe leerlo. Es como un cuento..., el lobo y el otro, qué se yo. Yo puedo ser el ángel y él el demonio ponele, pero es lo mismo. En muchas cosas llegamos al mismo punto. Por qué me copa Marilyn? Estéticamente tiene que ver con "Say no more". Muchos pibes me gritan aguante Marilyn y Charly.
-Y es deforme lo que hacen.
-Sí, es deforme, pero bien. A mí me parece mucho más importante que un grupo transmita algo que sea una característica, que tenga un estilo, una posición, una estética, algo. Por ejemplo, salió Police y salieron quince mil grupos como Police, pero ninguno era como ellos. Como Bowie. A mí los primeros discos no me gustaban, pero tenía los pósters de él.
-¿Escuchaste lo último de Bowie?
-No, pero lo produjo Reznor, que produce a Marilyn, así que debe ser impresionante. ¿Vos no escuchaste a Leonor Manson, el grupo que tengo ahora? Ya hicimos un par de recitales... En serio. Me compré todas las remeras de Marilyn, pero no esperaba que me gustara tanto la música. Tenía como una atracción. Tienen imagen o algo. Nos hicimos amigos, devoramos un par de niños...; las últimas visitas me cayeron bien.
-¿Y qué estás haciendo?
-Estamos preparando el disco de "Titanes..." (en el ring) con Pipo. También estamos haciendo cosas con Casandra. Pero sobre todo estamos tocando mucho. No conozco muchos músicos que toquen en la casa, salvo si tienen que laburar. Pero cuando te querés acordar, ¿sabés cómo estás tocando?
-¿Cómo es lo de Casandra?
-Sé millones de canciones. Muchas de ellas en inglés. A alguna gente no le gusta que cante en inglés, pero me parece una estupidez.
-Es que uno se formó escuchando el rock en inglés.
-Pero escuchame, el rock en castellano, ¿cómo creés que empezó? Yo no lo inventé, pero estuve ahí. Entonces, qué se yo, como me parece bien tener una idea antiimperialista, porque a nadie le gusta que lo caguen, eso no invalida que uno escuche a los Beatles. Yo aprendí inglés con los Beatles. Claro, la información está ahí. Algunos pibes la agarran, otros no.
-Lo de "Titanes", ¿cómo es?
-A ver, cómo te lo puedo contar. A Pipo le tiraron la idea. El sentido es que hagamos un disco y remozar las viejas canciones. Glosando y glosando, como dice Pipo, y asociando libremente y bla bla bla, surgió una cosa que es, me parece, un homenaje al mito Karadajián. O sea, va más allá. Es muy alucinante. Ahora parece que va a cambiar de canal o no sé qué historia y va a empezar el año que viene, pero tenemos más tiempo para trabajar y tenemos mil canciones, algunas basadas en otras canciones. Por ejemplo, "Mister Moto", con "Born to be Wild". Definitivamente es un disco... cómo se dice... no es pi pi pi.
-¿Y qué sería?
-Es heavy. Y.., sí. Imaginate que si Marilyn Manson va a hacer "Cerebrus". Es una película buenísima. En donde, digamos, uno tiene la posibilidad de pervertir la mente de los niños, y lo va a hacer con la finura que nos caracteriza y no defraudar ni a los niños ni a los grandes. Quizá sea el fin del ciclo, pero terminando muy arriba.
-Y con el humor de Pipo.
-Tiene una polenta bárbara. Además, es una de las personas más imaginativas y coherentes que conozco. Te adelanto que ya hicimos todo un disco: "Cerebrus", "Mister Moto", "Poseidón", "El Dogo", "El Hacker"..., tremendo. A ver..., ¿dónde te puedo mostrar algún tema?
Otra vez el balcón. Su preocupación, ahora, es el fotógrafo. "¿Qué onda? ¿Y si hacemos una foto psicodélica? Mirá lo que es acá, en el balcón. Quiero salir un poco de acá, calmar un poco la saynomoreada. Yo ardo, pero ardo bien. ¿Entendés cómo es la cosa? Todo el mundo me ama..., las chicas, las viejas. A veces, lo que me raya un poco es que al personaje le dan más bola que a la música."
-De ahí "Say no more".
-Es que "Say no more" es un cuento de hadas.
-Un poco heavy.
-¿Por qué, loco? Parte de una relación de pareja: no se puede juzgar una cosa si no tenés elementos. Todo lo que pasa es eso. Alguna gente lo entendió así, como una para adelante y otra no cazó nada, en serio.
Entonces empiezan las fotos. "¿Te gusta acá en el balcón? Hacé una psicodélica. La casa ya la mostré mucho. Hacela un poco artística. Tenés que poner un flash rosa."
-¿Seguimos hablando?
-Sí, claro. Mirá, con esto hago los travelling cuando filmo -y muestra un carrito de supermercado.
-Esto de los homenajes, el libro, el disco de Mercedes. ¿Te sentís una especie de patriota?
-Y... te hace sentir bien. La gente que es aliada o es fan, la que me conoce o no me conoce bien no es la que escribe en las revistas y me sigue. Atraigo a todos los locos y locas que hay por acá. No sé si loca, pero se siente identificada conmigo.
Se levanta y mira por el balcón: "Ahí está el cana Cardozo. Bah, ahora no está, pero es amigo, me cuida."
Y enseguida vuelve a los disturbios de días atrás: "Empecé a escuchar bocinas y en un momento pasó todo. No noté violencia, bah, sí, pero me pareció como Pete Townshend rompiendo la guitarra. Ojo, salvando las distancias, y no arengo a la gente a que rompa nada. No había una cosa como de clase social o resentimiento... todos miraban lo que pasaba. Y la cosa es que rompían un vidrio, eso es lo que vi... y es un banco. Eso es lo que vi como simple espectador; no entendiendo nada de política porque me aburre y porque a esta altura no me alcanza para ponerme a tono. Más o menos sé, pero no sé; prefiero no enterarme. Yo la tiro desde mi puesto de combate, que es la música. Creo que es mucho más progresista o constructivo que yo haga estas cosas y no que me esté peleando con un ministro. Desde que dejé de mirar la tele...
-¿Cuánto hace?
-Cinco años. Para mí, la tele tiene que ser utilizada como un velador, o sino como un blanco, ¿no?, donde uno tiene que mirar el punto.
Y de pronto vuelve a la música, porque todo tiene que ver casi en el mismo instante. Una cosa lleva a la otra, así, velozmente.
-Hay gente que siempre va a estar. Yo no veo siempre a la Negra (Sosa). Ahora parece que no está pasando un buen momento por lo que sea y..., no sé, sabe que estoy acá. Ya que estoy, la saludo desde esta nota. Con el disco también se dijeron cada pavadas. Pero ella y yo vemos y escuchamos. No por nada los dos discos son casi iguales.
-Una continuación del concepto...
-Es que Say no More ahora es un sello, una marca. Cómo decirlo. Charly García es parte de Say no More. No es un proyecto, es una realidad. Es un lugar que, como dice bien mi hijo, tiene un concepto y puede entrar todo el mundo. A la salida vemos. La idea es no sólo tener un estudio, sino diseñar ropa, qué se yo. También editar en otras compañías.
-¿Qué vas a hacer con "El aguante"? ¿Lo vas a editar como un simple?
-A ver..., ya te digo... quiero que lo saque un sello como BMG. Lo veo ahí. Y Casandra Lange en Sony, claro. En la familia Sony. ¿Cuántas grabadoras hay? Me gustaría infiltrarme en todas con proyectitos y esas cosas. Da un poco de bronca que cosas como Say No More no se vean, o se nieguen. Ya son. El talento es así.
-Y abundan los proyectos.
-Ahora estoy al palo. Si Dios y Marilyn quieren, a fin de año, un concierto en un estadio tipo River o Vélez, una bestialidad así, con "Say no more" y "Alta fidelidad" juntos. Con la historia de los dos discos. Gran espectáculo con platos voladores y boleros. Una película con todos los ingredientes.
El mundo a través de una cámara de video
No en vano Charly decidió mirar al mundo a través de una cámara de video. No en vano "Say no more" (no digas más). No en vano "El aguante", el tema que todavía no grabó pero que "ya es un éxito", según le confesó a Joaquín Sabina en el escenario del Gran Rex, ante miles de personas. No en vano, tampoco, sus aliados.
Estar más allá de lo que la gente espera tiene su precio, un precio que debe pagar cada vez que se expone ante los demás. García es el chivo expiatorio de los pecados de una sociedad que se permite la impunidad, pero no la naturaleza creativa.
Por eso la insistencia por meterse en su vida. Hay una necesidad imperiosa por quebrar a los que consiguen edificar su propia vida, como si hubiese una fórmula única por seguir y todos fuésemos un ejemplo válido.
Charly se hartó de los juicios. El mismo explica que "Say no more" es la respuesta a todos esos juicios que llueven cada vez que asoma la nariz.
Su lucidez no tiene que ver con la vida cotidiana, sino con una forma impalpable, ésa que preservan los artistas porque, de otra forma, la vida les sería imposible. Entonces, resulta más fácil hablar de locura que de sensibilidad. Es bastante tranquilizador saber que de un lado están los "normales" y del otro esos pocos que se resisten a la adaptación.
Detrás de la cámara
De ahí la utilidad de los límites bien marcados. De ahí el abismo de la marginalidad, mucho más peligrosa cuanto más creativa. Charly es un músico y, como tal, está armado con canciones. Sacarlo de su terreno, entonces, es empecinarse en desdibujarlo. ¿Con qué sentido? Tal vez, porque su frágil figura no impidió que se convirtiera en un gigante.
La cámara de video "berreta", como él la define, es, en estos tiempos, su acercamiento al mundo. O, mejor, a esa estructura que conocemos como vida cotidiana. Por allí entran no sólo imágenes, sino sensaciones, sonidos y formas que más tarde se transformarán en canciones que, en estos últimos años (llamémosle "La hija de la lágrima" o "Say no more"), no filtran los sonidos de la realidad.
Y no es que Charly haya empezado una nueva etapa. Nada de eso. Su música, hoy, tiene los mismos ingredientes de siempre, sólo que el presente está en carne viva.
No habría que destruir a los artistas. Son los que pueden ayudarnos a vivir mejor.