La última entrevista de Alejandro Romay en LA NACION: "Nunca se alcanza la felicidad en plenitud"
Ya alejado de la pantalla chica, el zar se volcó al teatro y habló en 2003 sobre los sentimientos que le inspiraban las tablas
Alejandro Romay, quien murió hoy a los 88 años , se alejó de la pantalla chica en 1997 luego de vender Canal 9 al grupo australiano Prime Media. Así, se volcó de lleno a otra de sus pasiones: el teatro. En 2003, dio una de las últimas entrevista a LA NACION cuando reinauguró en España la teatro Alcalá, construida en 1927 y que hacía catorce años se encontraba cerrada. "Tanguera", una producción de su hijo Diego Romay, fue la producción que con la que reabrió sus puertas. A continuación, la nota publicada el 29 de enero de 2003.
Romay, el zar del teatro
MADRID.- Los madrileños sienten casi el mismo entusiasmo y excitación que produjo hace dos años, en Buenos Aires, la reapertura del teatro El Nacional, 18 años después de aquel atentado que envolvió a la sala en llamas. No es para menos, el Coliseo Alcalá, construido en 1927 y más tarde bautizado como Alcalá Palace, volverá hoy, después de 14 largos años de abandono y depredación, a abrir sus puertas, reconstruido y con tecnología moderna.
Lo que ambas salas tienen en común es el propietario, Alejandro Romay, que está emocionado de devolver a Madrid un teatro que tiene su historia. Se podría decir que ya no le cabe más felicidad en el alma.
"Nunca se alcanza la felicidad en plenitud. Pero este estado que estoy viviendo de expectativas y emociones, de satisfacciones personales, puedo decir que es el mejor momento de mi vida. La gente me toca para ver si soy de carne de hueso. Porque saben que fue un teatro abandonado y desmantelado y ahora ha sido mejorado en el diseño, para los actores españoles. Me dicen que estoy loco, y si yo no lo estoy entonces piensan que los locos son ellos. No importa el estado emocional, sino hacer las cosas. España me ha dado muchísimas muestras de afecto y yo también se las he dado."
Romay recuerda una época en que había una ruptura entre la Argentina y el exterior. En 1993 recibe una orden, que se aplicaba a la radio y la televisión, de dejar pasar sin festejo la fecha del 12 de octubre.
"No podíamos negar esa fecha que marcaba nuestra existencia y tampoco quería desairar a las autoridades. Entonces, llamé a todos los artistas españoles con los que había trabajado, desde Imperio Argentino, el Niño de Utrera, Angelillo, hasta Rocío Jurado y Carmen Sevilla. Eran 42 artistas. Fui a hablar con Aerolíneas Argentinas para hacer un canje que aceptaron chochos. Treinta y ochos artistas españoles llegaron para actuar durante 48 horas en Canal 9. Al día siguiente me llamó el embajador de España en la Argentina para informarme que el rey Juan Carlos I me había conferido la Orden del Mérito Civil. Se abrió en España una corriente de afecto hacia mí". El empresario no tiene empacho en confirmar que para el Nuevo Teatro Alcalá invirtió un poco más de 15 millones de euros. Toda una señora cifra en cualquier país.
-¿Va a producir en Buenos Aires y recuperar en Madrid, o va hacer un intercambio?
-Diría que un poco de todo. Hay una necesidad de mantener vivos los lazos que nos unen con España. España lo ha demostrado en todo momento ayudando a la Argentina y la Argentina lo ha demostrado ayudando a España. Acá no se olvidan de las toneladas de trigo que mandó Eva Duarte. Yo cuento siempre la anécdota. No fue mi intención venir a aquí para construir un teatro. Yo había vendido mis acciones de televisión y de radio, tanto de la capital como del interior, entonces decidí tomarme un paréntesis y salir a invertir en el extranjero porque en la Argentina no había seguridades. Por la evolución de España hacían falta hoteles y apart hoteles. Como ya tenía experiencia en la materia, porque había hecho cuatro torres en Buenos Aires, iba a emprender la construcción de una torre. Me llevaron a ver un lote de una manzana y media. Me planté en el centro de ese terreno baldío donde había existido el Alcalá. Miré y yo veía al teatro El Argentino. Tuve bronca porque a mí me rompieron el teatro porque quise hacer "Jesucristo Súper Star", no lo reconstruí por rabia, porque no puedo aceptar ese grado de resentimiento. Lo miré al constructor y le dije: "No vamos a hacer el apart hotel, vamos a hacer el teatro El Argentino de Buenos Aires, pero va a ser el Alcalá, porque ahí se dio "Jesucristo Súper Star" y se respetó a los artistas, la obra y el pensamiento. España le dio oportunidad a ese estupendo musical que para mí es una asignatura pendiente.
-¿El Argentino todavía le pertenece? ¿Lo va a reconstruir?
-Dolorosamente me pertenece. Pero si me mira desde todos los ángulos, en la calle Bartolomé Mitre ya no se puede abrir un teatro. La zona está llena de playas de estacionamiento. La gente no viene a ver nada.
-Inaugura el Nuevo Teatro Alcalá con "Tanguera", una producción de Diego Romay.
-El teatro es una continuidad y mi hijo es una continuidad.
-¿Es su sucesor?
-Sí y es genial. No sólo es un creativo, sino que es genial. Cuando hablamos de hacer una temporada, yo antiguo como soy, pensé en una orquesta, bailarines. Diego me dijo que nada de eso. Que íbamos a dejar que las cosas siguieran la línea que correspondía, avanzando y tomando contacto. Así fue surgiendo la idea. Tomó contacto con bailarines del Teatro Colón, de ahí su acercamiento con Mora Godoy y entre los dos fueron alimentándose. De pronto, Diego vino con seis líneas en un papel que fue la base de "Tanguera". Cuando vi el ensayo general me puse a llorar porque yo, que fui hombre de la noche, reviví aquella época.
-¿Su actividad se va a dividir entre Buenos Aires y Madrid?
-Por supuesto, seis meses acá y seis meses allá, además porque no soporto mucho el frío. En Buenos Aires, estamos trabajando para hacer "Zorba el griego" en El Nacional. Gerardo Gardelín está trabajando en las partituras. Quiero que Zorba no sea el idiota de la película, sino un libertario, un libre pensador. La dirección estará a cargo de Helena Tritek, que acá va a poner "Venecia" con actores españoles. Después, para el Broadway todavía no me decidí. Tenemos dos o tres títulos importantes. Pero tengo una idea que me gusta. En los años 40 yo era locutor y animador y vivía la vida nocturna. Tengo tremendos recuerdos de esa época, de Héctor y su banda, de Santos Lipesker y su orquesta, de "Santa Anita ritmo del alma". Fui locutor de todas esas orquestas, las vi nacer y desaparecer. Entonces, se me ocurrió volver sobre nosotros mismos y reconstruir aquella época. Ya tengo el título: "Tap, swing, jazz" o "Jazz, swing, tap". Será una comedia musical que reflejará toda mi juventud. Ya seleccioné los temas musicales que fueron locura en esa época. Va a interesar a toda la gente de 50 para arriba y va a terminar ganándose a los de 50 para abajo. Vamos a hacer un casting.
- También mencionó la posibilidad de volver a hacer "Variaciones enigmáticas".
-La quiero hacer acá. Oscar Martínez había firmado para llevar la versión de Buenos Aires por el interior, pero le salió la posibilidad de hacer "Art" en Madrid y no lo pensó dos minutos. Me dejó plantando y se fue, como dice el tango. Me gustaría mucho hacer "Variaciones enigmáticas" en el Alcalá con Martínez y tal vez con Ricardo Darín.
Romay sigue soñando y concretando sus sueños. Hoy inaugurará la sala Lola Membrives del Nuevo Teatro Alcalá. Pero todavía le queda pendiente la inauguración de la segunda sala: la María Guerrero, y a esa tarea se está dedicando porque sabe que mientras siga concretando sueños va a seguir siendo joven.
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