La reflexión sobre un pasado que se hace presente
Constanza Macras, la reconocida coreógrafa argentina radicada en Berlín, estrena hoy The Past, en el Teatro San Martín
Anoche, al cierre de esta edición estaba comenzando un nuevo capítulo del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), el encuentro escénico que organiza el gobierno porteño. Fue con un show de los franceses de Group F, en Parque Centenario. Pero de esta noche al lunes 5 de octubre, la actividad central se traslada a los teatros públicos, comerciales y alternativos en donde se presentarán los espectáculos internacionales y los porteños. Durante este fin de semana, tres de las catorce obras extranjeras seleccionadas salen al ruedo. Al grupo francés hay que sumar el estreno de W.W. (We Women), de España, e Isabella's Room, de Bélgica.
De Alemania llega al Teatro San Martín un espectáculo que dirige la bailarina y coreógrafa Constanza Macras. Constanza es argentina. En 1992 viajó a Holanda para estudiar clásico. Claro que en algún momento dejó ese mundo dominado por el perfeccionismo técnico para mezclarse con artistas de otras disciplinas y hacer algo que en Europa llaman "espectáculos de creación".
Establecida en Berlín, creó la compañía Doroky Park. Sus montajes se pasean por el mundo, estrena en los grandes escenarios, fue premiada en diversas oportunidades y, con el tiempo, se convirtió en toda una figura. Claro que en paralelo fue perdiendo contacto con el entramado artístico porteño. En esta ciudad presentó por primera vez un espectáculo suyo, Big in Bombay, en la edición de 2007 del FIBA. Aquello fue, para ella, una experiencia con sabores encontrados. Hoy estrena en el San Martín The Past.
Buenos Aires es, en muchos sentidos, parte de su pasado. De hecho, cuando acordamos el punto de encuentro para la nota propuso el bar del hotel Castelar, edificio histórico que solía transitar en las trasnoches de los ochenta a la salida de El Dorado. La última vez que estuvo en la ciudad fue el año pasado para el entierro de su padre. A ella le encantaría que esta noche estuviera él en la platea porque siempre tuvo una especial chochera por su tercera hija, la que le salió artista. Pero no. Eso sí: invitó a los amigos de su padre. Con su madre perdió contacto. En verdad, su madre perdió contacto con el mundo y ya no la reconoce. Como el título lo indica, la obra también trata sobre el pasado o sobre el arte de la memoria en la que los recuerdos están asociados con lugares físicos, con habitaciones, con lo arquitectónico. En este contexto, todo, sus propios recuerdos y la reconstrucción del pasado revisitado en The Past, parece mezclarse en la charla. El combo la moviliza. De hecho, cuando estaba en Gotemburgo antes de tomarse el primer avión hacia Buenos Aires tuvo el primer ataque de llanto. "Es que me di cuenta de que perdí con quién hablar acá. El arraigo con mi país mucho tenía que ver con las conversaciones con mis padres...", intenta explicarse esta creadora que en Alemania sigue siendo una argentina y que en nada se siente alemana.
Documento de identidad
Sea por las emociones entrecruzadas o porque hace dos horas que aterrizó o porque el café no llega, Constanza habla rápido. Aunque lleva años en Alemania, su forma de hablar es sumamente porteña como si ese modo de expresarse fuera un intento por preservar su identidad. En esto de las identidades cree que aunque ella no se sienta berlinesa, The Past es una obra muy alemana, muy de su historia como país, de su historia en la Segunda Guerra Mundial.
Durante el proceso creativo de tres meses hizo varios reportajes tratando de rescatar historias que den cuenta de esa gran historia. Dio con una mujer en Dresden cuyo testimonio la impactó. Tenía 2 años cuando el bombardeo durante la guerra no dejó nada. "En los dos bombardeos a la ciudad murió más cantidad de gente que la que falleció en Berlín durante los años de la guerra", explica. Del relato crudo de aquellos días salta a otro registro de la memoria. Cuenta que esa sobreviviente ("testigo presencial", le dicen en Alemania) se transformó en una especie de "sobreviviente profesional" que de vez en cuando se reúne con los sobrevivientes de Hiroshima y que todos los años, en un extraño rito, va al Museo de Guernica, España, en donde hay una sala que recrea el momento del bombardeo a ese pueblo porque siente lo mismo que, de chica, sintió en 1945.
En esa ciudad, cuenta, el año pasado se hizo una numerosa manifestación, porque "cierto sector consideraba que Alemania se estaba volviendo «musulmana». Básicamente es un movimiento contra los inmigrantes. Lo cual da cuenta de una relación conflictiva con el pasado y con el presente. Me pareció interesante que yo, como extranjera, aborde ese tema y en contra de lo que imaginaba fui muy bien recibida".
La propuesta de Constanza Macras en esta obra es toda una reflexión sobre la memoria, matizada por especies de flashes con datos de la vida de los intérpretes recordando sus propias casas de la infancia y los movimientos que hacían. En el elenco hay actores, bailarines, músicos y artistas plásticos. Hay alemanes, japoneses, brasileños, un francés y el compositor de música contemporánea ítalo-suizo Oscar Bianchi. "El resultado sobre todos esos recorridos de las infancias en otros países abrió paisajes, fue un proceso muy rico en términos visuales", cuenta.
A todos los artistas de su grupo ahora se los imagina paseándolos por Buenos Aires, que es como mostrar sus propios pasos de la infancia y su juventud. No sabe si le darán los tiempos, pero se ilusiona con llevarlos a Tigre. De chica, como vivía en San Fernando, Constanza se bañaba en el Delta. Lo recuerda con una sonrisa. Todo ese mundo lo evoca con mucha sensación de presente, pero del panorama de la actividad escénica local se siente ausente. "Es terrible eso, perdí toda comunicación", reconoce.
En algún momento imaginó hacer un trabajo junto a Rodrigo García (otro puestista argentino que hace años dejó la ciudad y que estará en el FIBA). Lo mismo se propuso hacer junto a Rafael Spregelburd, proyecto que tampoco prosperó. En Europa alguna vez vio una obra de Daniel Veronese que le encantó. Allí conoció a Mariano Pensotti, pero nunca vio una obra suya. Justamente, un montaje de Pensotti (que acaba de estrenar Cuando vuelva a casa voy a ser otro), se llamó El pasado es un animal grotesco. Todo parece volver.
Claro que su presente se llama The Past, obra de esta reconocida creadora argentina casi desconocida en estas tierras.
Los primeros días del FIBA
Obras extranjeras, locales y presentación de entrega de premio
A Fleur de Peau
Francia
El show de pirotecnia, luces y sonido de vuelo onírico a cargo de los franceses del Group F. Mañana y pasado, a las 19.30, en Parque Sarmiento.
W.W. (We Women)
España
La compañía de danza de Sol Picó realiza un retrato de la mujer contemporánea en un relato compuesto por diferentes voces de artistas de todo el mundo. Hoy y mañana, a las 20.30; y pasado, a las 17, en el Teatro 25 de Mayo.
Isabella's Room
Bélgica
Propuesta de Jan Lauwers y la Need Company en la que se da vida a una trama a cargo de un grupo de artistas de diversas disciplinas. Mañana y pasado, a las 20, en Parque Centenario.
The Past
Alemania
La obra de Constanza Macras y el grupo Dorky Park. Funciones hoy, a las 20.30, y mañana, a las 21, en el Teatro San Martín.
Las ideas
Argentina
La última producción de Federico León ya estrenada en Europa quien comparte escena con Julián Tello. La función en el festival será hoy, a las 21, en el Teatro Zelaya (Zelaya 3134), pero este montaje continuará haciendo temporada.
Premio Rozenmacher
Argentina
Lectura dramatizada de Todo tendría sentido si no existiera la muerte, de Mariano Tenconi Blanco y Todo lo cercano se aleja, de Laura Paredes. Hoy, en El Rojas, a las 19.
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