La película que pasó sin pena ni gloria por los cines y hoy es furor en Netflix
Se trata de un film danés que está disponible en la plataforma desde febrero y donde surgen diálogos graciosos, situaciones ridículas y confusiones que generan el efecto contrario al que se cree
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El éxito suele estar sujeto a lo relativo de las cosas, por lo que siempre dependerá de con quién o con qué se compare una situación para determinar si se trata de un verdadero triunfo o fracaso. En esta oportunidad, una película danesa es claramente testigo de esta subjetividad tras convertirse en furor en Netflix después de pasar sin pena ni gloria en todos los cines del mundo. En la plataforma de streaming, el film se afianza como una alternativa para el fin de semana.
Los cerebros detrás de la meca del entretenimiento, en la mayoría de las ocasiones, creen tener todo resuelto para sacar sus materiales. Por ejemplo, Justicieros o lo que en el idioma original sería Retfærdighedens ryttere [Jinetes de la justicia] se estrenó en 2020 en la pantalla grande, pero no tuvo el éxito esperado por sus directores. No obstante, a raíz de su gran salida en Netflix semanas atrás, la película ganó popularidad en todo el mundo y se consagra entre lo más visto de la plataforma.
El film, que se centra en Dinamarca bajo la dirección y guion de Anders Thomas Jensen, está basado en una idea de Nikolaj Arcel. Resulta que Justicieros tiene de todo: acción, comedia, humor negro, suspenso, crítica social, grandísimos personajes. “Fue uno de los mejores estrenos del año y nadie la vio en los cines. Está en Netflix”, escribió Marcelo Stiletano en Twitter.
El elenco de la película que está disponible en la plataforma de streaming desde febrero lo integran por Mads Mikkelsen, Nikolaj Lie Kaas, Andrea Heick Gadeberg, Lars Brygmann y Nicolas Bro, y tiene una duración de 116 minutos. En ese tiempo, el drama se llena de acción, aventura y hasta un toque de humor en el inusual y siniestro film que llegó a cautivar a los fanáticos del cine en casa, con detalles simples que atrapan a sus espectadores.
Es así que aportar un resumen de la sinopsis de la producción resulta sorprendente, ya que la historia demuestra que, el hecho de que alguien robe una bicicleta, puede desencadenar un auténtico infierno entre los protagonistas.
Por eso, una bicicleta robada, un automóvil que no arranca, un soldado que llama a su esposa desde Afganistán y un supremacista blanco que viaja en tren, mientras un matemático que cede su asiento a una mujer en la unidad, pueden ser el causal de una cadena de asesinatos a lo largo de la trama. Durante la misma surgen diálogos graciosos, situaciones ridículas y confusiones que se apilan para generar el efecto contrario a lo que se cree.
Quizás, por este motivo, la película se convirtió en un gran pasatiempo donde Otto (Nikolaj Lie Kaas), el matemático que cedió su asiento a la mujer, hace un sesudo análisis estadístico con el que concluye que la tragedia ferroviaria podría estar relacionada con un atentado planeado minuciosamente para terminar con la vida de uno de los pasajeros que estaba por declarar en un juicio.
Justicieros, además de enfocarse en un análisis concienzudo sobre la reacción de los personajes, toca temas como la discapacidad física, la muerte de un hijo, la esclavitud sexual, el abuso y el trauma psicológico severo. El director y guionista se las arregló para hacerlo con humor y a la vez con un gran respeto por los personajes y quienes la ven.
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