La película del Coyote y Acme está lista, pero nunca se verá: ¿por qué Hollywood cancela un proyecto millonario que podría ser un éxito?
Warner privilegió una estrategia de ahorro y, tras Batgirl, nuevamente no estrenará una película, en este caso una comedia que mezcla a los clásicos personajes animados del estudio con personajes de carne y hueso; la medida podría anticipar otras decisiones de fondo en la industria de Hollywood
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¿Quién ganará el juicio más improbable de la historia moderna de Hollywood? Nadie lo sabrá. La respuesta está desde el jueves último en algún perdido anaquel de una de las muchas oficinas o depósitos de los estudios Warner. Nadie tendrá acceso a ella. Por ahí, algún fan de esa marca, uno de los emblemas de la industria del entretenimiento más poderosa del mundo, se anima a hacer la misma pregunta mientras recorre los históricos hangares que guardan el pasado y el presente de la producción del estudio.
Pero ni los guías del tour organizado para turistas y visitantes por los tradicionales stages de Warner, y mucho menos los ejecutivos del estudio, encontrarán argumentos razonables para sostener una decisión que escapa a la lógica más elemental. La película Coyote vs. Acme, con su mezcla entre los dibujos animados clásicos del estudio y personajes de carne y hueso, al estilo de Space Jam y ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, no será estrenada nunca ni en los cines ni en la plataforma HBO Max. Y no solo eso: como es la dueña de los derechos, las marcas y los personajes que aparecen allí tampoco existe la posibilidad de que algún particular o grupo la adquiera desde afuera para lanzarla por su cuenta, salvo que.
La noticia no podría ser más decepcionante para la legión de fans que celebra y disfruta las persecuciones infinitas entre el Correcaminos y el Coyote que están muy cerca del festejo de sus bodas de diamante. Hace 74 años, en 1949, nació de la infinita imaginación de Chuck Jones esta creación que se sumó a lo mejor de la extraordinaria galería de personajes clásicos animados “de la Warner”: Bugs Bunny, el Pato Lucas, Speedy Gonzales, el canario Tweety, el gato Silvestre, el Gallo Claudio, Porky, el enamoradizo zorrino Pepé Le Pew (otra creación impar de Jones) y muchísimos más.
La explicación de Warner se redujo a un prolijo y burocrático comunicado del estudio. “Con el relanzamiento de Warner Bros. Pictures Animation en junio, el estudio ha cambiado su estrategia global para centrarse en los estrenos en salas de cine. Con esta nueva dirección hemos tomado la difícil decisión de no seguir adelante con Coyote vs. Acme. Sentimos un enorme respeto por los realizadores, el elenco y el equipo, y estamos agradecidos por sus contribuciones a la película”, se lee en la declaración oficial.
Lo que el estudio no dice es que la decisión responde a una estrategia fijada desde que David Zaslav asumió como CEO en una nueva etapa marcada por la fusión entre Warner y Discovery. Empeñado a toda costa en ahorrar unos 3000 millones de dólares para equilibrar las cuentas corporativas de esa nueva alianza, Zaslav anticipó la movida que hizo con Coyote vs. Acme enviando primero al archivo, con el mismo procedimiento, dos proyectos grandes como Batgirl (90 millones de dólares de inversión) y Scoob Holiday Haunt, la nueva película de Scooby Doo (40 millones).
¿Cómo se llegó a eso? El estudio analizó todos los gastos pendientes de esas dos películas y optó por desprenderse de ellas porque al cancelarlas lograba recuperar parte de ese dinero invertido a través de un mecanismo de deducciones fiscales. En el caso de Coyote vs. Acme, el porcentaje ahorrado es de 30 millones para una película en la que Warner invirtió 72 millones.
¿Y la posibilidad de ganar mucho más que el resultado de ese cálculo si a la película le iba bien en la taquilla? A Warner no le interesó esa alternativa, pese a que las primeras proyecciones con público habían sido muy satisfactorias. Coyote vs. Acme estaba terminada y lista para estrenar desde hace un año. Originalmente, Warner había fijado su estreno para el 21 de julio, pero desapareció de la grilla y esa fecha fue elegida por el estudio para el lanzamiento mundial de Barbie.
Coyote vs. Acme se inspira en un texto humorístico firmado por Ian Frazier y publicado en el semanario The New Yorker en 1990 con ese mismo título. El artículo no es otra cosa que la transcripción completa de la declaración de un tal Harold Schoff, que se presenta en los tribunales de Tempe, Arizona, como representante legal de Wile E. Coyote, nombre completo del personaje creado por Jones. En la demanda, el Coyote reclama una compensación “por lesiones personales, pérdida de ingresos comerciales y sufrimiento mental causados como resultado directo de las acciones y/o la negligencia grave” de Acme, a quien se señala como “fabricante y distribuidora minorista de mercancías variadas”.
A través de su abogado, el Coyote sostiene que adquirió “en 85 ocasiones” productos de Acme que le provocaron lesiones corporales por defectos de fabricación o advertencias inadecuadas en el etiquetado de los productos. “Debido a esas lesiones, quedó restringida temporalmente la capacidad de mi defendido para ganarse la vida con su profesión de depredador”, agrega la demanda. Según el letrado, el Coyote es cuentapropista y por lo tanto no está en condiciones legales de recibir algún tipo de resarcimiento laboral.
Semejante introducción alcanzaría y sobraría para el festejo incondicional de los fans. Pero hay más. Al enumerar los problemas que sufrió al manipular los productos fallidos de Acme, Frazier recorre algunos de los mejores momentos del cartoon, que sumó 49 cortos animados entre 1949 y 2014. Allí se mencionan por ejemplo el Trineo Cohete (Rocket Sled), un petardo gigante, una bomba aérea autoguiada y, por supuesto, los zapatos Acme con resorte, que el autor utiliza para hacer una serie de divertidísimas reflexiones sobre las mil y una caídas al vacío por los precipicios del desierto. Wile E. Coyote reclama en la demanda a Acme una indemnización de 38.750.000 dólares.
Envueltos por la desilusión, los responsables de la película buscan al menos algún tipo de reivindicación moral, porque sienten que la causa material parece perdida. Warner ya decidió archivar la película por tiempo indefinido. “Estoy más que orgulloso del productor final y más que devastado por esta decisión. Pero en el espíritu de Wile E. Coyote, la resiliencia y la perseverancia triunfan”, escribió el director de la película, Dave Green. Algunas imágenes del detrás de escena del rodaje aportadas por representantes del equipo técnico de la película fueron rápidamente eliminadas de las redes sociales por Warner, invocando derechos de propiedad sobre esos registros visuales.
Más lejos fue el compositor Steven Price, autor de la música original de la película que nunca se verá. En su cuenta oficial de X mostró un pequeño video de las grabaciones de parte de esa música, con un coro que mezcla a Tchaikovsky con el “beep beep” del Correcaminos. “Como nadie podrá escucharlo ahora debido a extrañas travesuras financieras de los estudios anti-arte que nunca entenderé, aquí hay un poco de imágenes detrás de escena”, escribe allí.
Had a lot of fun scoring Coyote Vs Acme. As no-one will be able to hear it now, due to bizarre anti-art studio financial shenanigans I will never understand, here is a bit of behind the scenes footage of our “Meep Meep” Roadrunner choir, with apologies to Tchaikovsky… pic.twitter.com/HL7h00rXpp
— Steven Price (@SteveBPrice) November 10, 2023
Apenas conocida la noticia del veto de Warner al estreno de Coyote vs. Acme en cualquier plataforma Green comenzó a través de las redes una incipiente campaña con la intención de que el público conociera este tipo de procedimiento, tal vez con la velada (y muy lejana) aspiración de que la decisión del estudio pudiese revertirse en algún momento, o al menos que dejara en libertad a sus responsables para intentar vendérsela a otro estudio rival. Algunos observadores citados por la prensa especializada de Hollywood insisten en que la situación de Coyote vs. Acme (la tercera de estas características para Warner, después de Batgirl y la película de Scooby Doo) podría continuar pronto con otras producciones.
A otros analistas les resultó llamativo que esta cancelación fuese la primera novedad importante en términos informativos para la industria de Hollywood después del anuncio del final de la larga huelga de casi cuatro meses dispuesta por el Sindicato de Actores. Detrás de esta decisión, dicen algunos, hay movimientos más profundos que podrían provocar verdaderos terremotos. Hace pocos días, Variety dijo que algunos empleados de Warner están convencidos de que el estudio pasará a otras manos más temprano que tarde. Expresamente aluden a la posibilidad que otro de los grandes estudios históricos de Hollywood, Universal Pictures, tenga decidida la compra de Warner, a concretarse dentro de dos años.
Desde esta perspectiva adquiere mucho más peso simbólico el posteo que acaba de hacer John Cena en su cuenta de Instagram. El exluchador profesional transformado con gran éxito en actor había sido elegido por Warner para ser el protagonista de Coyote vs. Acme personificando al villano de la historia, un agresivo ejecutivo enfrentado con el Coyote y su abogado (Will Forte).
Dentro del clásico escenario dibujado para los créditos de los cortos de Looney Tunes, el hogar histórico de los grandes personajes animados de Warner, Cena incluyó la expresión “The End” ¿Sólo hablaba allí del final de un proyecto o de algo más? Otra pregunta que no tiene todavía respuesta en Hollywood.
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