La Orquesta de Cámara Juvenil de Buenos Aires cumple 15 años
El violinista y director Alejandro Beraldi se puso sobre los hombros un proyecto que no para de crecer
Desde hace 15 años, un grupo de entre catorce y veinte jóvenes con un promedio de 19 años de edad se juntan todos los sábados en la casa del músico Alejandro Beraldi para llevar adelante un proyecto en común. No cuentan con sponsors ni con sala de ensayos, pero sí con no menos de tres años de estudios musicales previos cada uno.
Beraldi es el creador, director, manager y motor vital y económico de la Orquesta de Cámara Juvenil de Buenos Aires, pero más allá de todo eso se define a sí mismo simplemente como violinista. Su función como director es tocar a la par de los chicos: los dirige con el violín y no a través de gestos, lo que les exige un trabajo de percepción mucho mayor por parte de sus músicos.
Mientras dictaba unos cursos en el interior del país durante los primeros años de la década del 90, Beraldi descubrió una falencia en los jóvenes instrumentistas: sabían tocar los instrumentos, pero no sabían tocar juntos. Fue esto lo que lo impulsó –al volver a Buenos Aires– a convocar a alumnos suyos y llevar adelante este proyecto privado ("privado de todo, menos de ganas de hacer música", dice) que consistía en crear una orquesta de cámara chica juvenil que formara al joven instrumentista en su rol de participante de un grupo.
Hoy la orquesta está conformada por cinco primeros violines, entre los que se encuentra el mismo Beraldi y su hijo, y mano derecha, Rodrigo Ezequiel, de 20 años, que forma parte de la orquesta desde que tenía 8. Uno de los segundos violines (que también son cinco) es Mariana Saraví, hija de Pablo Saraví (concertino de la Filarmónica de Buenos Aires), a quien Beraldi considera su "padrino personal" en todos los aspectos en este proyecto. La orquesta también cuenta con tres violas, dos chelos, un contrabajo y un cémbalo.
Para Beraldi, las presentaciones son una parte fundamental del aprendizaje que también consiste en escuchar y tocar junto a otros músicos invitados. Él sostiene que no negocia la calidad de estas actuaciones y que eso es lo que los llevó a presentarse en ámbitos de mayor reconocimiento como el Teatro Colón, y a ser invitados al exterior a participar, por ejemplo, del Ciclo San Benito Clásico, en Montevideo.
Si bien implica un gran esfuerzo personal y económico, Beraldi afirma que la orquesta es tan importante para él que la considera como su quinto hijo. "En lo personal, como maestro y como padre es un orgullo poder ver el crecimiento que experimenta cada uno de los integrantes/alumnos que pasan por aquí, y sin dudas es un fuerte motivo a seguir adelante con el proyecto –se emociona este director que está disfrutando como nunca el crecimiento de la Orquesta–. Alguna vez soñé con este momento, estoy muy feliz."
Resulta interesante que en este proyecto se tiene en cuenta tanto lo "macro" como lo "micro" tanto en la formación musical como en la humana, ya que Beraldi parte de la base de que cada uno de los jóvenes músicos es un ente individual y hay que escuchar sus problemas y alegrías de manera personalizada. No es otra cosa que conocerlos.
A ese aliciente que pretende ser Beraldi para los jóvenes instrumentistas responde la organización del Concurso Generación XXI, que cierra mañana( http://orquestadecamarajuvenilbsas.blogspot.com.ar ), y cuyos miembros del jurado serán quienes acompañen a la orquesta en las presentaciones de noviembre y diciembre en el Museo de Arte Isaac Fernández Blanco.
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