Una biografía no autorizada
A veces no hace falta confesar: hay caras que gritan "culpable" sin necesidad de que su dueño abra la boca. Tal es el caso de Disaster Girl, la nena que se hizo famosa en Internet luego de que el fotógrafo Dave Roth la retratara con expresión siniestra contemplando un incendio que sin duda tiene que haber iniciado ella misma, por puro placer sádico. La imagen en cuestión es la siguiente:
El meme será harto conocido por quienes compartan con este blogger la ñoñez y la pasión por perder horas y horas recorriendo sitios inútiles. Lo que no muchos sabrán es que la niña, ese pequeño diablillo capaz de chafarle el sonajero al bebé de Rosemary, recientemente se ha pegado una vuelta por la Argentina y, fiel a su costumbre de sembrar el pánico, la muerte y la destrucción a su paso, ha estado provocando horribles desastres en todos los lugares que visitó. A continuación, algunos ejemplos de espantosas calamidades que esta niña demoníaca ha generado últimamente.
"Malditos, deben sufrir", piensa la nena, y nos manda con una estampilla de vía aérea en el ocote a la Maldición Guatemalteca. Para incrementar el dolor le hace componer una canción sobre la incontinencia urinaria y otra sobre la osteoporosis y lo insta a hacer 148 Luna Park junto a un cello que tiene una lamparita prendida colgando. Nadie entiende nada, pero Disaster Girl se regodea en su crapulencia.
Casi ni se pueden contar las impiedades de la niña que se ven en esta foto: convertir a Al Bundy en Francella, la peluca de Florencia Peña, que Luisana Lopilato haga comedia, que su hermano tenga una carrera y que Telefé repita todo eso siete veces por día, entre otras cosas. Feliz con su crueldad, mira la escena desde muy cerca y se relame.
Ni Bianchi, ni Ameal ni el Fantasma de Pompilio: hincha fanática de Huracán, Disaster Girl propició la llegada de Ischia a Boca, le dijo que confíe ciegamente en Riquelme porque este sería su mejor campeonato y luego se metió al verde césped a contemplar satisfecha su guachada.
Como buena niña diabólica, Disaster Girl simpatiza con la derecha más reaccionaria. Por eso, al ver el surgimiento de una incipiente conciencia social en la Argentina, decide que es tiempo de exterminarla trivializando la vida política y reduciéndola a una payasada llamada Gran Cuñado. Así, la gente termina pensando que el domingo que viene se elige quién se queda en la casa y quién no, y todo el mundo contento. La nena le sonríe a la cámara dando por cumplida su misión, mientras fuera de cuadro sus amigos Francisco, Mauricio, Néstor, Lilita, Gabriela, Daniel y demás se congratulan por haberla elegido para tan ardua tarea.
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