La matriz del futuro
"Fue una experiencia shockeante", dijo a La Nación Keanu Reeves sobre su papel en "The Matrix", el taquillero film futurista que se estrenará el jueves
LOS ANGELES (Especial para La Nación ).- En la pantalla hay un Keanu Reeves totalmente rapado que puede volar con sólo proponérselo, que lucha utilizando complejas posturas de milenarias artes marciales pero con la rapidez irreal de un personaje extraído de un videojuego de última tecnología, que camina con total libertad por las paredes y los techos.
Ese Reeves de la pantalla no se llama Keanu sino Neo, y es un hacker que cruzó las fronteras del limitado mundo humano frente a las computadoras en dirección a una realidad alternativa, cargada de violencia, de vértigo, de gente que lleva permanentemente anteojos oscuros y abrigos de lustroso cuero negro, mezcla de cómics con libro de ciencia ficción y programas de computación.
Un mundo en el que todas las leyes posibles, físicas, químicas o biológicas, se rompen, donde todo puede ser inventado nuevamente y todo puede aprenderse otra vez; el verdadero mundo que permanece oculto a los hombres para evitar el caos, el mundo de "The Matrix". De este lado de la pantalla, en el hotel donde se encuentra con la prensa internacional, hay un Keanu Reeves diferente. Distendido, calmo, con las uñas pintadas -y despintadas- de negro y con el pelo ya lo suficientemente largo como para arremolinarse discretamente.
Sabe que, a pesar de haber terminado el rodaje de "The Matrix", que se estrenará esta semana en Buenos Aires, hace algunos cuantos meses, la experiencia de esta película quedará impregnada en su memoria por el resto de su vida, y Neo, su personaje en el film, tardará mucho tiempo en abandonar su piel y su cabeza.
"Esta película fue una experiencia shockeante, lo más excitante que hice en mi carrera hasta este momento. Estoy seguro de que no voy a poder dejar de hablar del film por mucho tiempo -dice el actor a La Nación -. Y voy a tratar de seguir explicándola, desmenuzándola, hablando de ella con la gente, porque creo que es una historia fascinante."
Ycuando se le pregunta, precisamente, si puede explicar el film, contesta: "¿Tenemos suficiente tiempo para eso? Porque puedo pasarme horas enteras hablando del tema. "The Matrix" es como abrir los ojos y despertar a una realidad totalmente diferente, extraída por completo del mundo de lo fantástico. La base de esta historia es, para mí, una pregunta: ¿hay algo más afuera de nosotros, de nuestro mundo, de lo que nosotros entendemos como "la realidad"? Y en torno de eso gira toda la trama. La propuesta de la película es hacernos pensar, dejarnos con la duda de si esto es lo real o si también nuestro mundo es una gran fantasía."
Un mundo irreal
Para la lógica del film, el mundo en el que vivimos los hombres es irreal, es una mera fantasía generada por computadoras y proyectada desde hace miles de años a todos nosotros para mantener el orden y alejarnos del mundo "verdadero", que es "The Matrix", un lugar en el que todo lo que a los ojos humanos aparece como "normalidad" se esfuma dejando lugar a lo inexplicable, un sitio que sólo puede ser conocido por unos pocos "elegidos".
"Ese concepto "selectivo" -comenta el actor- que hay en la película, y por el cual sólo muy pocos pueden llegar a este mundo verdadero que es "The Matrix", es parte de la historia de la raza humana, en algún sentido."
Según Reeves, a través de la historia siempre hubo gente con ciertas ideas de avanzada que, en su momento, fue considerada fuera de razón, pero a la que finalmente el paso de los años les dio la razón y hoy son reconocidos por toda la humanidad como grandes descubridores.
"Ese es el concepto de esta película: hay un minúsculo grupo de gente, muy relacionada con el mundo de las computadoras, que es la realidad que hoy estamos viviendo, que comienza a encontrar determinadas pistas de ese mundo alternativo y oculto en el que no tenemos cabida. Comienzan a hacerse preguntas sobre ello, a investigar."
Reeves agrega que toda esa búsqueda tiene como corolario el descubrimiento final de "The Matrix": un universo paralelo, creado a través de computadoras y regido por una matriz de códigos binarios celosamente custodiada porque tan sólo un cambio en ella podría modificar el devenir de la historia de la humanidad.
En esa "matriz", por ejemplo, los seres tienen la increíble capacidad de insertar en su cerebro aquello que quieren aprender a través de simple información, emulando la relación computadora-software. En ese mundo, por ejemplo, uno puede (después de algunas penosas modificaciones en el cuerpo que incluyen, por ejemplo, un orificio en la cabeza a través del cual se recibe toda la nueva información) volar, caminar por las paredes, practicar kung fu como el mejor de los maestros orientales y resolver problemas matemáticos con la rapidez de, precisamente, un ordenador.
Pero más allá de la trama en sí del film, y de todos los cruces filosóficos, de ciencia ficción y de una presunta realidad virtual ajena a los humanos, la película tiene una fuerte carga de acción, que incluye escenas de luchas con artes marciales y saltos, que por exigencia de los dos jóvenes directores, los hermanos Andy y Larry Wachowsky ("Sin salida"), corrieron exclusivamente por cuenta del elenco sin la utilización de ningún doble.
Exigencias
Keanu Reeves admite que la preparación física para el rodaje, que tuvo lugar en Australia, fue extenuante.
"Realmente, yo no creo haber visto antes a ningún actor haciendo lo que todos nosotros tuvimos que hacer para esta película. Y no lo digo pedantemente, sino que lo hago para defender no el trabajo de preparación física que tuvimos los actores, sino un criterio muy válido que tuvieron Andy y Larry, los directores, que desde el principio mantuvieron firme su idea de que no haya dobles para los actores bajo ninguna circunstancia", explica Reeves.
Eso derivó en seis meses de entrenamiento intensivo en kung fu para todo el elenco, todos los días, de domingo a domingo, desde las 9 hasta las 16, con un breve intervalo que era utilizado religiosamente para recuperar energías mientras se miraba una película de artes marciales.
"De algún modo, Bruce Lee también participó del entrenamiento _dice el actor, con una sonrisa_. Todo lo que aprendimos solamente con sentarnos a ver sus películas fue importantísimo. Las prácticas fueron realmente muy duras, porque teníamos que alcanzar un estado físico excelente en muy poco tiempo."
Cuenta la historia que el primer día del entrenamiento, Keanu Reeves irrumpió en el gimnasio especialmente diseñado para la ocasión vistiendo un rígido cuello ortopédico, consecuencia de un accidente que había sufrido algunas semanas antes mientras volvía a su casa manejando una moto.
El maestro Wo Ping, encargado del entrenamiento, notablemente molesto ante la situación, llamó al actor hacia una de las esquinas, y después de quitarle el protector que lo inmovilizaba tomó su cabeza con las dos manos y comenzó a rotar el cuello de Reeves, hacia los lados primero, hacia arriba y abajo después.
"Hoy te permito tener esto puesto _le dijo_, pero mañana no entrás acá si todavía tenés este cuello ortopédico. Si estás herido no sos apto para este entrenamiento", le aclaró con tono tajante.
-¿Cuál fue la escena que requirió mayor preparación?
-Creo que la más difícil para mí fue la de la pelea en el aire que tenemos con Hugo Weaving ("Priscilla, reina del desierto"), que es el villano de esta película. Para esa pelea teníamos que colgarnos de unos cables, porque toda la escena ocurre, ante los ojos del espectador, suspendidos en el aire. Fue divertido pero era muy peligroso porque teníamos que mantener el balance de nuestros cuerpos para no caernos o no golpearnos las cabezas.
Un nuevo aspecto
-Para determinadas escenas de este film tuviste que modificar mucho tu cuerpo
-Sí -dice con una sonrisa e irónicamente-, hasta tuve que afeitarme todo el pelo de mi cuerpo. Lo gracioso de ello fue que, cuando empecé mis vacaciones después del rodaje, la gente en la calle me miraba muy raro, con una atención extrema. Yo pensaba las típicas cosas que uno piensa cuando todo el mundo lo mira: "¿Tendré mal olor?", "¿Habrá algo mal en mi ropa?". No, eran mis cejas, que aún no habían crecido y realmente mi cara lucía muy, muy extraña".
Pero el punto más importante, según Reeves, pasa por la vida interior de un personaje que (el actor no deja de insistir en esto) lo marcará toda la vida. El personaje de Reeves, Neo, tiene que decidir si se involucra en el mundo de "The Matrix" o regresa a su vida normal, pero sabe que no puede volver atrás de esa experiencia, porque el mundo en el que vivió hasta allí es pura ilusión.
"Ese costado de este personaje -concluye- se asocia profundamente conmigo. Muchas veces en mi vida personal me encontré con situaciones en las que sabés que no hay un camino de retorno, en todo caso, no será igual. Es lo mismo que experimentamos cuando nos enteramos de una noticia terrible y después entendemos que nada es igual a partir de ese momento. Así que _termina_ en cierto modo, mientras filmaba esta película, me encontré a mí mismo varias veces con la misma sensación. Esa que dice: "Esto ya lo viví". Fue lo más sorprendente de todo."
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