La maquinaria de los sueños
La Nación compartió la realización de uno de los 200 sueños que lleva cumplidos el programa de TV "Sorpresa y media", que se verá mañana, y accedió a los secretos de esa estructura de 60 personas y cerca de 6000 deseos por mes
La fábrica de sueños no está construida sólo sobre los deseos traducidos en lápiz y papel. Para que una de las 400 mil cartas que llegan a "Sorpresa y media" se vuelva realidad hay que poner en marcha hasta los botones más sutiles de la maquinaria de la imaginación.
Un sueño. Nada material. Para su muerte, Juan Carlos Mena quiere que lo entierren junto a su Torino. Para su vida, sueña con reunir a aquellos tres Torino -por supuesto- que corrieron en 1969 en la ciudad alemana de Nurburgring. Pero sólo lo sueña, a partir de los recuerdos de su infancia, cuando escuchó en el colegio, por una Spika, la transmisión de aquellas 84 horas que se transformaron en "la más brillante misión argentina", según los titulares de los diarios de la época.
El 20 de julio de este año, Eduardo Villalba, uno de los 1100 socios de la Asociación Argentina del Torino, escribió una carta a "Sorpresa y media". Sólo una más entre las tantas que se amontonan en uno de los escritorios de la productora Promofilm, encargada del ciclo que conducen Julián Weich y Maby Wells, los domingos, a las 20, por Canal 13.
No era la primera carta escrita para cumplirle un sueño a Mena. Su mujer, que no hace más que oír historias sobre esos autos y acompañarlo incluso en su tarea de presidente de la Asociación, también redactó una. Pero la de Eduardo parecía resumir mejor la pasión por los motores argentinos. Quizá por sintonía: Villalba también ama los Torino. Es de los que no se duermen sin echarle un vistazo a su auto. Y de los que si tienen insomnio, se levantan a tocar el capó del auto. Alma de toro, como le dicen ellos.
Los obreros de la fantasía
En la fábrica de sueños de "Sorpresa...", las diez personas que se ocupan exclusivamente de leer las cartas se toparon con la de Villalba hace algo más de un mes. Y enseguida la derivaron a Cucho Constantino, el productor "fierrero". Una clasificación que no escapa a las debilidades de las 60 personas que trabajan allí. Hay equipos de trabajo "románticos". Hay quienes se ocupan de los encuentros con "ídolos de la música". Hay investigadores que se encargan de los reencuentros casi imposibles entre familiares que hace años que no se ven y que viven en las puntas opuestas de este planeta. En definitiva, hay 8 equipos de sueños que trabajan con esa materia inasible de quienes se permiten desear hasta lo más insólito y de quienes intentan traducirlo en papel.
Pero no se trata sólo de sueños.Ese material también se hace de sorpresas y eso requiere de otros condimentos. Como el silencio y la complicidad. De todos aquellos que se prestan para hacer feliz un día a una persona.Y de la producción, que no tiene cara visible fuera de las paredes de la productora donde trabaja.
En el caso del sueño de Mena no sólo hizo falta un productor, tres asistentes y dos camarógrafos, sino también 200 fanáticos del Torino, y la presencia de los pilotos originales que vivieron aquella epopeya en Alemania. Todo un ejército complotado en el silencio para cumplirle el deseo al gasista amante de los Torino.
Desde que llega la carta a Promofilm hasta que se cumple el sueño en cuestión puede pasar un año entero. Todo depende del tipo de sorpresa, de las fechas que haya que respetar y de los que participan. Es que para poner en marcha el mecanismo hay que tener en cuenta muchas cosas. Incluido el estado de salud de quien verá su deseo hecho realidad. "En muchos casos, sobre todo entre la gente más grande, tenemos que pedir la opinión del médico para saber si la persona va a resistir la emoción. Y además, cada vez que cumplimos un sueño vamos con la ambulancia por si ocurre algo", cuenta Néstor Epstein, el productor ejecutivo del ciclo. Algo así como el vigía de los sueños que se cumplen en pantalla. Epstein es el que selecciona qué material se va a emitir, qué mezcla de sueños aparecerán y el que chequea todos los materiales.
En el escritorio de los lectores de sueño descansan cientos de cartas. Las hay muy simples, con un resumen del deseo, escritas en braile o sobre papel madera. Y las hay excesivamente gruesas, de esas que servirían para armar un libro sobre la vida del personaje que se quiere sorprender. Todas, con temas de los más variados. O insólitos, como los que dicen que su sueño es vender un terreno que hace años no tiene ningún interesado a la vista.
"Muchas veces decimos que somos como el Ministerio de Acción Social. Escribe gente que quiere sillas de ruedas, piernas ortopédicas. La gente está mal y en cuanto aparece una veta como ésta... Por suerte, a través de Los Prepu, aprovechamos para cumplir esas cosas: les damos cosas a las escuelas, tratamos de hacer algo...Pero no es nuestra función. Y una vez al año hacemos una obra más importante. Hicimos Misarrumi, la fábrica de dulces en el Sur, y ahora estamos haciendo algo por la zona inundada en el Chaco. Horacio, (Levín, el dueño de la productora) quiere que la tele cumpla una función más allá de entretener. Además, intentamos satisfacer algunas cosas como estas", explica Epstein.
De todas maneras, entre esas paredes nadie olvida de que se trata de un programa de TV. Que esto significa que hay que darle forma a la historia para "la puesta en escena" y que hay sueños que no se pueden repetir. Pero la gente que escribe no siempre lo entiende así. De hecho, si un domingo sale un sueño con algún ídolo deportivo, "al día siguiente llueven las cartas para cumplir el mismo sueño".
Una vez que la carta fue seleccionada, el segundo paso imprescindible es chequear "que el sueño sea genuino". Es decir, que no se trate sólo de un deseo más sino de "el deseo" de esa persona. "Tenemos un sistema para minimizar el margen de riesgo", sostiene Epstein, confiado. Para eso, el productor asignado debe comunicarse por teléfono con el cómplice de la sorpresa. Y sólo después hacer una cita con él para que narre ante cámaras lo que ya escribió.
No hay peligro hasta allí. Los verdaderos problemas de la fábrica empiezan cuando hay que poner en marcha el testimonio del que sueña. Ahí es donde entra en juego la imaginación, la tarea de los cuatro guionistas y hasta del propio Julián Weich, que hace sus aportes en la productora como uno más.
En el caso de Mena no hubo tantos inconvenientes. Personaje al fin y al cabo, está acostumbrado a que los ciclos de cable lo entrevisten por su amor desmedido al Torino. Así que el equipo de "Sorpresa y media" sólo tuvo que disfrazarse de programa automovilístico para conseguir su testimonio.
Pero eso no es todo. En este caso hubo que llamar al Museo Fangio, donde estaba uno de los Torino y conseguir trasladar el histórico auto hasta el autódromo, el sábado último. Y lo mismo para los otros dos vehículos. Además, lograr que los pilotos originales quisieran estar allí, ese mismo día, para sorprender a alguien a quien sólo conocían por ser presidente de la Asociación. Y como si fuera poco, movilizar a 200 dueños de Torino para correr una carrera imaginaria en honor a Mena.
Se hizo. Después de un mes de trabajo, el equipo de productores logró que las distintas piezas de la máquina se acoplaran a tiempo. Allí estuvieron, el sábado último, a las 11, los 200 Torino-fanáticos, los pilotos de los tres autos originales, y hasta el mismo sonido que se escuchó, en 1969, en la transmisión radial de la carrera.
Las dos cámaras de "Sorpresa y media" siguieron cada reacción de Mena. Pero no más que eso. Dejaron, desde ese segundo plano, que su deseo se hiciera realidad. Y que esa TV que no da premios que miden en millones, cumpla su misión de dejar soñar.
Ajuste del deseo tuerca
Sábado 10 de octubre, día de sol en el autódromo Oscar Alfredo Gálvez. En Alemania, el 23 de agosto de 1969, cuando se corrió aquella Marathon de la Route, llovía. La producción de "Sorpresa y media", atenta hasta al detalle, se lamenta. Juan Carlos Mena, no.
Engañado por su mujer y un amigo que le pidió que lo acompañara al autódromo para ver un nuevo auto, Mena llegó a la pista con cara de desconcierto. Sobre todo cuando descubrió las cámaras de "Sorpresa y media" a mitad de camino. Mucho más cuando, detrás de las persianas de los boxes, aparecieron aquellos tres Torino originales que corrieron en Nurburgring. Y mucho más todavía cuando, junto a cada uno de los autos, vio parados a Cacho Fangio, Rodríguez Canedo, Jorge Cupeiro, Eduardo Copello, Néstor García Veiga y Oscar Franco, los pilotos, originales también, de aquella epopeya.
Y no sólo eso. En cuanto pudo reponerse de las lágrimas, las bocinas de los 200 Torino de otro tanto de fanáticos terminaron de emocionarlo. Cientos de socios de la Asociación Argentina de Torino que él preside se habían acercado hasta el autódromo para completar la sorpresa que aparecerá mañana en la pantalla de Canal 13. Y Mena, ya compenetrado en su papel de anfitrión, se montó en el coche Nº3, el que llegó cuarto en aquella ocasión, para dar su gran vuelta olímpica.
Pero no terminó ahí. Para ponerle un broche de oro a su día, se subió al podio junto a los viejos conductores. Y, después de entregarles diplomas varios y agradecer a todos por "los caballos de fuerza" que le dieron con esta sorpresa, decretó, con el consentimiento de los 200 socios, el 10 de octubre como el Día Nacional del Torino.
Un deseo, diez pasos
1. - Llega la carta a la productora Promofilm.
2. - El equipo de lectores la lee y clasifica.
3 .-El sobre recibe un rótulo con el tipo de sueño, el cómplice y las observaciones.
4.- Se pone en una de las 56 cajas, de acuerdo al tipo de sueño.
5.- Una vez seleccionada de allí, se llama al cómplice para chequear que el sueño sea genuino.
6. -Se hace una cita con el cómplice para la entrevista ante cámaras.
7. -Se le hace una entrevista al que recibirá la sorpresa con alguna excusa (por ejemplo, que es un canal de cable que lo quiere entrevistar por alguna razón).
8.- Los guionistas y productores arman la historia para decidir de qué modo se sorprenderá.
9. -Hay que encontrar una buena excusa para llevar al sorprendido al lugar donde se realiza su sueño.
10.- Se cumple el sueño.
Números sorpresa
- 400.000 son las cartas que recibió "Sorpresa y media".
- 200 son los sueños cumplidos hasta ahora.
- 60 son las personas que trabajan en Promofilm para cumplir los sueños.
- 56 son las cajas clasificadas por sueño, con 4000 cartas cada una.
- 1 año es el tiempo máximo que lleva cumplir un sueño.
- 1 mes es el tiempo mínimo que lleva preparar un sueño.
- 23 puntos es el rating promedio de "Sorpresa y media" cada domingo.