"La malvada", siempre atractiva
Cumple cincuenta años la película con la que Bette Davis se transformó en mito
Hace cincuenta años, durante el mes de octubre, la película "La malvada" ("All About Eve"), protagonizada por Bette Davis en el rol de Margo Channing -la actriz por excelencia, celebrada y temperamental- se estrenó en el cine Roxy, de New York, para convertirse en un clásico instantáneo.
El film ganó cinco premios de la Academia, incluyendo dos para Joseph Mankiewicz, su guionista y director.
"La malvada" es una acerba sátira de la ambición y el egocentrismo que cunden en el negocio del espectáculo. También es una celebración del temperamento indomable de actrices como Bette Davis (y Margo Channing), del elenco secundario y del ingenio y la sofisticación del propio Mankiewicz.
En una nueva edición restaurada, la película se exhibirá durante una semana de octubre en el Film Forum de Manhattan.
La historia de "La malvada" ha sido contada muchas veces. En la película, la actriz Margo Channing ve su vida invadida por Eve Harrington (Anne Baxter), una fan que la venera y cuya ingenuidad no alcanza para ocultar una enorme ambición. Eve quiere ser Margo, y con la ayuda del cínico crítico teatral Addison De Witt (George Sanders), hará cualquier cosa por conseguirlo. En una fiesta, finalmente Margo acepta el desafío. "Ajústense los cinturones", les advierte a sus invitados. "Va a ser una noche turbulenta". Y ésta es tan sólo una línea de un guión colmado de diálogos imperecederos.
Una historia real
Tras haber hablado durante años con Mankiewicz, Davis y Zanuck, los productores, estoy convencido de que la realización del film no fue "una noche turbulenta", aunque tuvo sus tropezones, algo natural en Hollywood durante la antigua época de los grandes estudios, y en razón de las grandes personalidades involucradas.
El personaje de Margo empezó como Margola Channing, protagonista de un cuento llamado "The Wisdom of Eve" ("La sabiduría de Eva"), escrito por Mary Orr y publicado en mayo de 1946 en la revista Cosmopolitan. A principios de ese mismo año, mientras Orr visitaba a la actriz Elizabeth Bergner, ésta le contó la historia real sobre Martina Lawrence, una joven que durante meses la esperó para verla después de la función teatral de la obra The Two Mrs. Carrolls.
Mankiewicz me contó su versión: "Hicieron entrar a la chica, que se convirtió en su secretaria. La obra había bajado de cartel y estaban cambiando el elenco. Cuando llegó el momento de hacer una lectura, la chica se present;o y hasta el esposo de Bergner, Paul Czinner, dijo que era notable. En sus memorias, Bergner dice: "Tres semanas más tarde estaba en la peluquería y alguien me dio la revista, y allí estaba la historia que yo le había contado a Mary Orr"".
Cuando Orr hizo una versión dramática del cuento, para la radio, a Mankiewicz le llamó la atención, y él y Zanuck acordaron que ésa sería su próxima película.
En la época en que era jefe de producción de Twentieth Century Fox, Zanuck se refería al guionista de una película como "el actual escritor", para diferenciarlo de todos los futuros escritores que podían ser contratados para reemplazarlo o para suplementar su trabajo. Pero ése no sería el caso de Mankiewicz, quien durante sus años en la Fox fue guionista y director con control creativo de su trabajo.
Mankiewicz (que murió en 1993) dejó un legado de películas hechas dentro y a veces en contra del sistema de grandes estudios. Mientras muchos de sus pares hacían películas que seguían una fórmula, él se convirtió en un disidente dentro mismo de Hollywood. Según sus propias palabras, sus películas eran "una crítica constante de los hábitos y costumbres de la sociedad contemporánea en general y de la relación hombre-mujer en particular".
En el guión de "La malvada", se sirvió de la premisa general -una asistente que trata de robar la vida de una estrella- y creó su propia historia, agregando y cambiando personajes. El 7 de marzo de 1950, Zanuck terminó de leer el guión e inmediatamente le envió a Mankiewicz el siguiente memo: "Sin duda has hecho un trabajo notable. Los baches que se veían en algunas zonas del original han desaparecido". Agregaba que estaba redactando un memo más detallado, pero que quería dejar en claro que el guión era demasiado largo, le sobraban 50 páginas. "Y con esto quiero decir, continuaba, que tiene el equivalente de 50 páginas de demasiada historia". En el memo siguiente, Zanuck explicaba que había editado el guión "como si estuviera en la sala de proyección". Muchas de sus sugerencias fueron aceptadas para la versión definitiva, casi todas ellas con respecto a la aceleración del argumento ("No me interesan para nada los detalles de cómo Eve terminó trabajando para Margo. Lo que me interesa está mucho más adelante, y lo mismo le ocurrirá al público").
Zanuck también sugirió la eliminación de una línea de diálogo: "Creo que el uso de mi nombre en una película que produzco será considerado como algo jactancioso. Creo que puedes cortarla sin mayor pérdida". Cuando Bill Sampson (Gary Merril), el director teatral que aparece en la película, dice que tiene que irse de inmediato a Hollywood porque Zanuck lo necesita, Margo Channing espeta: "¡Zanuck, Zanuck, Zanuck! ¿Qué pasa... son amantes ustedes dos?". Mankiewicz no cortó la línea.
En la distribución de créditos habría que darle el suyo a Claudette Colbert, por no interpretar el rol de Margo Channing. Había sido contratada, pero se accidentó y tuvo que retirarse de la filmación. Como "La malvada" estaba a punto de entrar en producción, Mankiewicz y Zanuck estaban desesperados por encontrar su estrella.
Habían pensado en Marlene Dietrich (elegida por Zanuck) y en Gertrude Lawrence (elegida por Mankiewicz). Pero recurrieron a Bette Davis, cuya carrera estaba en mengua. Ella leyó el guión y saltó de alegría ante la oportunidad que se le presentaba.
Años más tarde, en una entrevista, Davis se refirió abiertamente a sí misma como "la reemplazante de Colbert". "Mankiewicz me dijo que 10 directores lo habían llamado para decirle que estaba loco por trabajar conmigo, y que sería un suicidio. Una sola llamada fue para decirle que se divertiría muchísimo. Supe que el que llamaba era Willie Wyler. Todos los otros eran de directores que yo había tenido que salvar."
Mankiewicz recordó todas esas advertencias, incluyendo la del productor Edmund Goulding, quien predijo que Davis entraría al set lápiz en mano y reescribiría el diálogo. Pero para su placentera sorpresa ocurrió exactamente lo contrario: "No hay ni una sílaba de diferencia entre el guión original y lo que se ve en la pantalla".
"No soy yo, en absoluto..."
Cuando le dije a Bette Davis que obviamente el público la identificaba con Margo Channing, la actriz no lo aceptó: "Como persona soy tan diferente de Margo Channing que ni siquiera resulta gracioso. Ella es una actriz en todo momento. Yo me olvido de que soy actriz cuando no estoy trabajando. Hay una imagen de mí... que no soy yo... en absoluto. Si una es realmente una malvada, no acepta esos roles".
Más tarde le pregunté a Mankiewicz cuál hubiera sido la diferencia si otra actriz hubiera interpretado el papel. Me dijo: "El rol parece haber sido escrito exclusivamente para Bette Davis. Años atrás, le pedí a Claudette Colbert que leyera la línea de ÔAjústense los cinturones. Va a ser una noche turbulenta´. Lo hizo, y sonó encantadora". Cuando lo hizo Davis, agregó, resultaba "una verdadera predicción de tormenta".
Con respecto a dos figuras del elenco, Mankiewicz le ganó a Zanuck: Zanuck quería que Jeanne Crain interpretar a a Eve Harrington, y que José Ferrer actuara como Addison De Witt; Mankiewicz insistió con Anne Baxter y George Sanders. También jugó un papel crucial al elegir a la chica sexy que interpreta a Miss Caswell, a quien, en el film, De Witt define como "una graduada de la Escuela de Arte Dramático de Copacabana". El agente Johnny Hyde le pidió al director que le diera el papel a su protegida, Marilyn Monroe, aun cuando Zanuck no la había contratado para la Fox. Mankiewicz la contrató. La presencia de Marilyn en la película fue su plataforma de lanzamiento.
"La malvada" acabó por ser el punto más alto de la carrera del director y de Bette Davis. En la última escena una joven admiradora invade el departamento de Eve Harrington. Se pone la elegante capa de Eve, sostiene el trofeo que la actriz acaba de ganar y se detiene ante el espejo. "Sonríe y saluda, y un gran número de Eves se multiplican en el espejo -dijo Mankiewicz-. El mundo está lleno de Eves".