La luz entra por la ventana de un nuevo espacio de experimentación
teatro. Allí donde estaba Apacheta, en Pasco y México, la iluminadora Eli Sirlin creó el flamante Área 623, ya en funcionamiento
A contramano de los tiempos que corren, el circuito alternativo del teatro porteño se las ingenia para expandir sus propias búsquedas. Detrás de muchas de estas salas hay artistas que, de buenas a primeras, se convierten en gestores culturales que deben lidiar con trámites de habilitación, estar pendientes de un tanque de agua que no funciona o de ese arte de lo imposible que es mantener una actividad de escaso lucro económico con los gastos fijos al día.
Eli Sirlin es arquitecta, egresada de Bellas Artes y docente universitaria en la UBA y en la UNA. Desde 1990 se dedica tanto al diseño de iluminación arquitectónico como de espectáculos de teatro, ópera, danza y de intervenciones artísticas. En todo este tiempo la premiada y talentosa artista ha puesto luces en montajes del Teatro Colón, de las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires y en puestas realizadas en la gran mayoría de los teatros alternativos. Pero desde hace un tiempo algo está mutando en ella. De hecho, es la cara visible de un nuevo espacio llamado Área 623, una sala con historia porque allí, hasta hace más de un año, funcionaba Apacheta Teatro, el espacio que fundó el director Guillermo Cacace que está ubicado en Pasco 623. Semejante responsabilidad la comparte con Sebastián Zorrilla y con Sergio Rosemblat.
Esa parte de esta historia reciente la cuenta ella en la misma sala, que tiene un ventanal enorme que da a la calle. "Guillermo alquilaba el lugar hasta que el dueño quiso venderlo. Como no llegaba con el dinero para poder comprarlo, hizo una especie de salvataje. En ese momento yo estaba pensando en tener un centro de experimentación lumínico y me pareció que el proyecto de Guillermo y el mío podían ser convergentes. Compramos el espacio [planta alta, en donde está la sala, y la planta baja] y luego vino una colaboración del Instituto Nacional del Teatro a manera de una hipoteca por compra. A principios de este año terminé adquiriendo la totalidad del espacio y Guillermo mudó Apacheta a otro lugar".
Desde hace unas semanas, la vieja/nueva sala volvió a la actividad. Se presenta así: "Área 623 se propone mostrar el trabajo innovador de artistas emergentes y artistas establecidos en todas las disciplinas, con la particularidad de habilitar un trabajo interdisciplinario y entramado con la tecnología".
El camino hasta esta realidad está íntimamente ligado a un proceso suyo. "Tenía la sensación de estar frente a espacios estancos: esto es teatro, danza, esto o aquello -reconoce esta referente del diseño de iluminación escénica-; cuando en verdad los lenguajes son cada vez más convergentes. Por eso mismo me parecía interesante tener un espacio en el cual se pudieran cruzar esos lenguajes de una manera libre y autónoma. Siento que hay una necesidad de repensar al arte dramático teniendo en cuenta que cualquier espectáculo conlleva dinámicas de interrelación de lenguajes. Con este teatro la idea es ir un pasito más adelante hacia ese camino".
En eso está. El primer paso fue optimizar la sala y equiparla lumínicamente para que cualquier espectáculo que se presente cuente con lo necesario. Mientras tanto, en la planta baja, inició la obra para contar allí con un nuevo espacio que duplicaría la superficie actual. Calcula que para mediados de 2019 esa obra estará lista.
Para el público el primer paso fue programar tres piezas que ya están en cartel: Leidenschaft, Démes y ... soledad me alejo..., en las que lo visual y lo coreográfico son signos evidentes de estos cruces. La programación actual tiende a poner a la sala en circuito. El mes próximo habrá un seminario en el cual una actividad académica estará ligada casi a lo performático. Eli Sirlin lo imagina como una obra de teatro más. "Para el año próximo tenemos un programación propia ligada a proyectos de investigación vinculados con lo visual, como con el pensamiento filosófico y lo tecnológico. La idea es generar otras dinámicas ligadas con artistas locales y algunos extranjeros. De hecho, abriremos la temporada con un espectáculo del actor español Aaron Navia basado en textos de Cocteau".
-Luego de iluminar tantas salas y tantos espectáculos, ¿qué se siente ser dueña de un teatro?
-Por ahora es un problema [se ríe]. Un problema con un tono de felicidad, porque se trata de un espacio dedicado al arte, y eso me pone realmente contenta. El año próximo cumplo 60 años, los coreanos festejan el primer año y el 60. Entonces, en este momento de mi vida me parece interesante empezar algo, es como si me proyectara de aquí en más intentando tener una nueva definición sobre el arte y sobre mi rol en eso. Sé de las dificultades de una sala, he trabajado en casi todos los teatros de Buenos Aires y todos están llenos de problemas. Pero me interesa ir un poco más allá de lo que hago, el diseño lumínico, y ver si encuentro un espacio tan agradable y maravilloso como es iluminar una obra de teatro o de danza.ß
Las áreas de Área 623
- Leidenschaft. Tres Cuentos Escénicos sobre el Amor la Locura y la Muerte, de Horacio Quiroga dirigido por Roberto Galván. Los miércoles, a las 21.
- Démes, creación de Gabriel Saie y Alejo Wilkinson que indaga sobre la posible vinculación entre el papel, el movimiento y el video. Sábados, a las 21.
- ...soledad me alejo... Plan Performático, una creación de la bailarina y coreógrafa Soledad Gutiérrez. Domingos, a las 17.