La leyenda del hombre bueno y el león agradecido

ANDROCLES Y EL LEÓN / Autor: Bernard Shaw, adaptado por Galo Ontivero / Dirección: Ariadna Bufano / Intérpretes: Ivo Siffredi, Celeste López, Román Lamas, Esteban Quintana, Valeria Galíndez, Mariano del Pozo, Mariano Pichetto, Fernando Morando, Pablo del Valle, Florencia Svavrychevsky, Katy Raggi, Lorena Azconovieta y Bruno Gianatelli / Escenografía: Carlos Di Pasquo / Muñecos: Ivo Siffredi, Katy Raggi, Florencia Svavrychevsky y Alejandra Farley / Vestuario: Katy Raggi / Música: Adelaida Mangani y Santiago Chotsourian / Sala: Teatro San Martín, Corrientes 1530 / Funciones: sábados y domingos, a las 15.30.

Nuestra Opinión: Muy Buena

Androcles, un pobre cristiano de los tiempos de las persecuciones en el Imperio Romano, se compadece de un león dolorido por una espina clavada en una pata. Haciendo caso omiso del miedo que inspira la fiera, lo libera de su sufrimiento, quitándole la espina. El león le retribuirá en algún momento su actitud, negándose a devorar a Androcles cuando los esbirros romanos los lanzan a la lucha en la arena del Coliseo.

La leyenda del hombre bueno y el león agradecido, escrita por George Bernard Shaw en 1912, tiene una fuerte componente de lección moral. La actitud de hacer el bien sin mirar a quién es presentada sin embargo por el autor irlandés con el humor que lo caracterizaba, yendo mucho más allá de una preceptiva religiosa hacia una reivindicación de los rasgos más nobles de la humanidad. Y éstos no como una mera vocación de martirio, más allá de que Androcles es un hombre que no renuncia a sus principios, sino como una fórmula que rinde sus frutos: el león no lo devora y el emperador romano los libera.

Por el contrario, es el oportunismo el que lleva a la perdición: el único de los cristianos que acepta renegar a su fe a cambio del perdón imperial tropieza en un pasillo del Coliseo con el león hambriento.

La versión del Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, dirigida por Ariadna Bufano, subraya la comicidad. Los cristianos tienen debilidades humanas que los acercan a la empatía del espectador. Y los romanos adoptan rasgos caricaturescos, poniendo en evidencia la fatuidad del ejercicio del poder supuestamente omnímodo.

En una inteligente división de tareas interpretativas, son los títeres los que interpretan a los cristianos, en general de gran formato. Mantienen en sus rasgos la permanencia de sus ideales, paradójicamente, de su humanidad. Los romanos, en tanto, son representados por actores que llevan su impostura de poder representada en sus máscaras, salvo el emperador, que es un bufón de cuerpo completo. Incluso en su pensamiento, que lo lleva a liberar a los cristianos creyendo que son grandes combatientes por intimidar supuestamente al león en la arena, cuando en realidad habían confraternizado.

Una mención especial merece la caracterización del león mediante una máscara distinta, de impronta africana, que transmite transparencia. La misma de la moraleja de la leyenda, que se entiende claramente a través del lenguaje del humor.

Piedra libre

Del joven Mozart

Bastian y Bastiana, el Singspiel sobre un amor juvenil compuesto por Mozart cuando apenas tenía 12 años, sube a escena en una versión para títeres de la Compañía Babel Teatro. La Nube, Jorge Newbery 3537. Los sábados a las 17. $ 80, menores de 2 años, gratis.

A beneficio

Despacito Pasito, con dirección de Luciana Giordano, es una propuesta teatral para los más chicos que busca estimular la curiosidad por el mundo que los rodea. Museo Evita, Lafinur 2988, el domingo, a las 15. Entrada: un juguete en buen estado, para donar a la Parroquia Nuestra Señora de la Cava.

San Martín

Los preparativos de la gesta sanmartiniana son el eje de La juguetería de José, la nueva obra del Museo Viajero, con dirección de Fabián Uccello. Museo Saavedra, Av. Crisólogo Larralde 6309, domingos, a las 17. $ 50.