La laguna azul cumple 40 años: los secretos de un clásico controvertido
El próximo 20 de junio se cumplirán cuarenta años del estreno de la películaLa laguna azul, la historia de dos jóvenes adolescentes que sobreviven en una isla solitaria y descubren el mundo adulto, sobre todo, la sexualidad. La cinta fue un éxito en los cines y un fracaso en las críticas, que la tildaron de ingenua y absurda. Hoy es recordada por las arbitrarias secuencias sexuales que se proponen como provocativas en el marco de un guión naif cargado de lugares comunes.
Dirigida por Randal Kleiser -que también estuvo al frente de Grease-, la película es un relato poco verosímil protagonizado por los personajes Emmeline Lestrange -Brooke Shields- y Richard Lestrange -Christopher Atkins-, primos, que quedan solos en un isla paradisíaca. La historia se basa sobre la novela de Henry De Vere Stacpoole, escritor de best-sellers de la época, publicada en 1908.
La belleza aniñada de Brooke Shields que con tan solo catorce años fue expuesta como objeto sexual forma parte de los recuerdos de la generación que la vio en el cine. La laguna azul, además, ofrecía en aquel momento el paquete completo de un perturbador fetichismo por lo prohibido sin contar con un guión que lo justificara. Hay demasiado para 1980: desnudos frontales masculinos, sexo, masturbación, incesto y suicidio.
Los desnudos forman parte de algunas de las polémicas alrededor del film. Para las escenas sin ropa, la producción contrató a una doble de 32 años con una silueta mucho más provocativa que la de la actriz principal. En ocasiones, se le colocaban a Shields pequeñas almohadillas sobre sus pechos que luego se tapaban con el pelo largo y salvaje que requería su personaje.
La madre de la joven actriz permitía que estos episodios sucedieran como algo natural bajo la certeza de que su hija sería una estrella de Hollywood. Desde sus primeros meses de vida, Brooke participó en publicidades, en shows de televisión y en películas. A los diez años, posó desnuda en una bañera para la revista Sugar ‘n’ Spice, que pertenecía a Playboy, asegura una nota de SModa. Al año del estreno de La laguna azul, apareció en un aviso de jeans Calvin Klein que decía "¿Quieres saber qué hay entre mis Clavin Klein y yo? Nada". Tenía quince años.
El asunto sexual no fue la única cuestión turbia durante el rodaje de la película que costó 4,5 millones de dólares y recaudó 58. El director Kleiser fue el responsable de provocar un idilio efímero entre los actores para que la química se proyectara en la cámara y le diera realidad a los escasos talentos de los protagonistas. Una revista People de la época cuenta cómo Christopher Atkins -de 18 años- le enseñó a bucear a su compañera y cómo bailaban juntos en un boliche improvisado del set de la isla de Fiji.
Kleiser supo aprovechar el momento del amor hasta que Shields se cansó y no se dedicó a otra cosa que a pelear al actor que se tomaba en serio su trabajo. El director también sacó partido del ambiente para filmar las escenas de mayor tensión.
Entre las críticas más duras están la publicada por Time Out, la del Washington Post y la del crítico Robert Ebert que aseguró que se trataba de "la película más tonta del año". Desde Time Out dijeron que "la desnudez es más propia de una publicidad de televisión que la de un film". El Washington Post escribió: "El catálogo de un negocio es más provocador que La laguna azul".
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