La intensa vida de Nijinsky
Aniversario: hace cinco décadas moría, en Londres, el genial bailarín ruso, fundador de un estilo.
El 8 de abril, hace cincuenta años, moría en Londres víctima de una nefritis el bailarín Vaslav Nijinsky. No recuperado de la esquizofrenia, dejó un mundo que lo idolatró y que luego lo hundió en el olvido.
Hijo de bailarines de origen polaco, nació en Kiev, Rusia, en 1890. A los 9 comenzó sus estudios en la Escuela del Ballet Imperial de SanPetersburgo, de donde egresó en 1908. De inmediato formó parte de la compañía del teatro Mariinsky de esa ciudad.
En esa época conoció al aristócrata Serge Diaghileff, que cumpliría un papel fundamental en su vida. El formó la célebre compañía que tuvo a Nijinsky como estrella. Diaghileff ejercía absoluto poder sobre Nijinsky. Pero en 1913, cuando el plantel realizó su primera gira en América del Sur, la polaca Rómola de Pulsky intentó atraerlo. Y triunfó:el 13 de septiembre se casaron en la iglesia de SanMiguel, en Buenos Aires.
La furia de Diaghileff se hizo sentir. Despechado, lo despidió. A los 23, Nijinsky se quedó sin el continente que significaban su trabajo y su compañía. En 1916, Diaghileff lo contrató para varias funciones. Pero al año siguiente, el bailarín mostró síntomas iniciales de locura y surgió en él una obsesión mística.
Su última actuación fue en 1919, cuando hizo un recital en Saint Moritz y explicó que bailaría "los horrores de la guerra". Su interpretación desgarrante atemorizó al público. Poco después escribiría lo que se denominó su Diario. Allí reveló lo que sentía:"Tengo ganas de llorar, pero no puedo, pues el alma me duele tanto que temo por mí. Estoy enfermo del alma, no del espíritu".
En cuanto a Diaghileff, decía:"Tenía 19 cuando lo conocí. Lo amaba sinceramente y cuando me decía que el amor de las mujeres era una cosa horrenda, le creía. Si no le hubiera creído no habría podido hacer lo que hice".
Nunca recobró la lucidez. Tampoco reconoció nada de lo que fue su vocación. Sin embargo, por su genio, será recordado para siempre.