A los 58 años, vendió más de 100 millones de copias, fue nombrada ícono MTV y, en 1990, rompió el techo de cristal de los Grammy al ser la primera mujer nominada al premio a mejor productor
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Janet Jackson aún recuerda la primera canción que escribió. Tenía nueve años y estaba aburrida en una tarde lluviosa de 1975. Sus hermanos mayores – ya megaestrellas internacionales– habían recién vuelto de una agotadora gira mundial de 10 meses. Mientras ellos se reponían, no había nadie con quien entretenerse. Se escabulló en el estudio de grabación que la familia tenía en el patio trasero de su casa en Encino, California, y comenzó a tocar una melodía que llamó Fantasy (Fantasía). “Hice la pista de la batería y los coros de fondo, canté y toqué todos los instrumentos”, recuerda.
Con la satisfacción de haber ocupado un día aburrido, dejó la cinta en el sistema y se fue a la cama sin pensar mucho al respecto. Pero, cuando llegó de la escuela al día siguiente, la canción sonaba a todo volumen en la casa. “Me sentía tan avergonzada”, dice. “La puerta del estudio estaba abierta y Mike estaba escuchando la canción, creo que Randy también estaba escuchando… mi papá estaba escuchando”.
“Luego mi padre dijo ‘tú vas a cantar’. Yo dije ‘no, no, no, yo quiero ir a la universidad y estudiar derecho empresarial’”. Y cuando Joe Jackson le dijo a sus hijos lo que debían hacer, ellos se alinearon. “Era difícil (negarse) porque mira adónde llevó a mis hermanos”, cuenta. “Entonces, dije ‘ok, lo intentaré’”.
Cerca de 50 años después, Janet Jackson es una de las artistas musicales más exitosas de todos los tiempos. Con álbumes que definieron épocas, como Control and Janet, vendió más de 100 millones de copias, fue nombrada ícono MTV y, en 1990, rompió el techo de cristal de los Grammy al ser la primera mujer nominada al premio a mejor productor. “Me dejó boquiabierta”, dice. “Uno pensaría que eso debió haber pasado hace mucho tiempo atrás”.
Nos reunimos en el backstage del Barclays Center en Brooklyn, donde la estrella está a punto de empezar su concierto número 73 en el marco de su extensa gira Together Again (Juntos de nuevo). Este tour, el más exitoso hasta ahora, explora su carrera completa, desde los dulces ritmos R&B de Nasty y Rhythm Nation hasta seductores lentos como “That’s The Way Love Goes” y “Any Time, Any Place”, todos éxitos que van acompañados con coreografías de alto impacto. En el escenario, su presencia es imponente. En persona, es tímida y de voz suave.
“No me gusta hablar”, dice. “Y no me gustan las entrevistas. No creo ser muy buena en ellas”. En medio de una ola de calor en Nueva York, el comentario me da escalofríos. Miré suficientes videos en YouTube para saber que Janet puede ponerse incómoda y distraída cuando está bajo los focos. Pero, mis miedos rápidamente desaparecen.
Hoy Janet se muestra genuina, relajada y divertida, no solo se pone a cantar, sino que además saca algunos pasos de baile y, lo más sorprendente de todo, bromea sobre su desafortunada vida amorosa. “¿Cuántas veces estuve casada hasta ahora?”, comenta entre risas. “Tres, creo”.
Su soltura sugiere que la estrella ha resuelto o al menos ha encontrado una manera de reconciliar sus batallas con la baja autoestima e imagen corporal. La clave, quizás, es que tiene a alguien más que cuidar. Su primer hijo, Eissa, nació en 2017 y está presente para su concierto en Nueva York. De pie, orgulloso, a un lado del escenario, usa audífonos para proteger sus oídos. “Ser madre es una de las cosas más hermosas”, dice Janet. “Amo cada minuto”.
Eissa tiene ahora la misma edad que tenía Janet cuando debutó en televisión, apareciendo con su hermano Randy en un sketch humorístico del programa de Carol Burnett. “Ni siquiera recuerdo que me hayan preguntado”, dice con un deje de tristeza en su voz. “Solo recuerdo haberlo hecho”. Al poco tiempo, Janet asumió roles en comedias de televisión como Good Times y Diff’rent Strokes.
En su adolescencia, lanzó sus primeros dos álbumes, Janet Jackson y Dream Street. Uno de ellos contenía un sorpresivo dueto con Cliff Richard. Ambos se vendieron mal. Luego, cuando tenía 18 años, de manera inesperada, se fugó para casarse con el cantante de soul James DeBarge. Su matrimonio fue anulado después de ocho meses, pero fue suficiente para poner en peligro la reputación de la cantante.
En ese tiempo, DeBarge era adicto a las drogas y usualmente desaparecía por horas, incluyendo su noche de bodas. Janet se encontró a sí misma buscándolo por las calles a todas horas, día y noche.
“Estaba haciendo el programa de televisión Fame en esa época y llegaba tarde al trabajo, retrasando las grabaciones”, recuerda. “No estaba siendo irresponsable. Solo sentía que (James) me necesitaba más que el programa”, agrega. “Los productores hablaron conmigo un par de veces. No creo que me quisieran mucho”.
Ferozmente genial
Con el tiempo, Janet decidió darle “una oportunidad más” a la música y pidió irse del programa. Tras rechazar a los productores favoritos de su padre, contrató a Jimmy Jam y Terry Lewis, dos maestros del funk de Minneapolis, para su álbum Control. Conocidos por hits como “The Time’s Jungle Love” y “The SOS Band’s Just Be Good To Me”, produjeron un nuevo sonido para la cantante, lleno de ritmos con fuerza industrial y letras estridentes y asertivas.
Las historias fueron rescatadas directamente de la vida de Janet. “What Have You Done For Me Lately” era una respuesta atrevida a DeBarge, mientras que Nasty fue escrita después de que Janet y una de sus amigas fueran acosadas por un grupo de hombres en las calles en Minnesota. Al mismo tiempo, el título del disco –Control– era una desafiante celebración a su independencia.
“Cuando tenía 17, hice lo que la gente me decía que hiciera / Hice lo que mi padre dijo, y dejé que mi madre me moldeara / Ahora sé que tengo que tomar el control”.
Jam y Lewis ayudaron a Janet a expresar un lado de su personalidad que el público nunca antes había visto: ahora era segura de sí misma y estaba empoderada. Y lo lograron emborrachándola con helado. “¡Ellos lo hicieron!”, dice entre risas. “No sabía que el helado tenía ron porque de verdad no tomaba alcohol. Pero, no era como una idiota, tropezando. Solo me sentía un poco mareada y me sentía más abierta a contar mi historia”.
“Todas las canciones que hicimos con ella en Control inmortalizaron esa actitud”, cuenta Jam.“Ella siempre tuvo un montón de actitud en los papeles que interpretó en la televisión y nosotros pensamos que eso no estaba saliendo afuera en su música. Por lo tanto, intentamos hacer canciones agresivas, contundentes, porque sabíamos que ella podía lograrlas”.
Ferozmente genial, Control se volvió recurrente en MTV gracias a los llamativos videos de canciones como “Nasty” y “The Pleasure Principle”, todos con Janet protagonizando potentes coreografías. Sorprendentemente ella nunca recibió entrenamiento formal. Sus movimientos los aprendió de musicales clásicos de la cadena de entretenimiento Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Su única experiencia en clases profesionales de danza fueron un desastre.
“Cuando yo era muy pequeña, mamá intentó meterme en clases de ballet”, dice. “Pero, tengo trasero y (la profesora) me acusaba de no meter el trasero lo suficiente. Luego me golpeó. Era pequeña. Quizás tenía 4 o 5 años. Y mi mamá me sacó de las clases. Luego, años más tarde, cuando estaba cerca de los 14, me inscribió a clases particulares”. Pero una vez más, duró poco. “Recuerdo que (mi profesor) se acercó demasiado a mí y me sentí muy, muy incómoda. Y recuerdo salir de la clase y contarle a mi madre y que ella dijera ‘nunca más vas a volver’. Así es que nunca estudié realmente”.
Resistencia de la industria musical
Control era un monstruo. Vendió 10 millones de copias y generó seis sencillos exitosos. Para el disco siguiente, el sello le pidió a Janet hacer un álbum conceptual sobre su familia. Ella evaluó la idea y, aunque “You Need Me” (una canción sobre la compleja relación con su padre, Joe Jackson) eventualmente se convirtió en un lado B del álbum, terminó eligiendo letras con mayor conciencia social en lo que terminó siendo Rhythm Nation 1814.
El álbum estuvo inspirado en el surgimiento de los noticieros 24 horas. Janet tenía CNN encendido en el estudio y los reportajes sobre la falta de acceso a la vivienda, crímenes relativos a consumo y tráfico de drogas, y tiroteos en las escuelas pasaron a formar parte de sus letras. “Veía cosas que me molestaban y quería escribir acerca de ellas con la esperanza de que eso pudiera marcar la diferencia”.
Su objetivo, dice Janet, no era hacer canciones políticas al estilo de Tracy Chapman o U2, sino lanzar mensajes discretos a través de su música “que era realmente funky”. “La gente se dejará llevar por el ritmo, luego parará, escuchará el mensaje y dirá ‘eso es interesante’. Hoy, 35 años después, los problemas siguen siendo los mismos. Es una locura, ¿no? Es triste…. ¿Hemos hecho algunos avances? Sí, creo que definitivamente lo hemos hecho. Pero, aún hay mucho por hacer”, opina.
El sexismo fue otro de los temas que Janet abordó repetidamente en sus canciones, por ejemplo, en “The Skin Game” y “New Agenda”. Allí canta: “Por mi género he escuchado ‘no’ demasiadas veces”. Incluso después del éxito de Control, ella se topó con hombres que querían dictar su carrera.
“En la industria me dijeron que no más de una vez. ‘Tu eres una chica, las chicas no hacen eso’. Y yo pensaba que por qué no, qué hay de malo en probar”. La conclusión obvia sería que recibió resistencia al entregar su suave, sensual y explícito álbum Janet, el primer disco tras un acuerdo multimillonario con Virgin Records.
Pero, el sello amó el sonido y emociones que despertaban canciones como “That’s The Way Love Goes”, “If y Any Time, Any Place”. El álbum Janet, promocionado con una sesión de fotos en toples para la revista Rolling Stone, incluso superó las ventas de Control, vendiendo más de 14 millones de copias. Fue su lanzamiento de 1997, The Velvet Rope, el que provocó mayor consternación. Oscuro y perturbador, intensificó el contenido sexual a la vez que abordaba temas como la violencia doméstica, la depresión y relaciones del mismo sexo.
El momento más luminoso del disco era “Together Again”, un himno agridulce escrito después de que uno de sus amigos muriera de sida. La letra no era particularmente específica: la promesa de Janet de volver a encontrarse en otra vida servía a cualquiera que hubiese perdido a un ser querido. Pero, la canción hizo que los ejecutivos se pusieran nerviosos.
“Creo que fue por la época del sida y todo lo que lo rodeaba. Pero, había perdido a muchos amigos y mucha gente que conocía a causa de ello, estaba muy presente en mi mente. Pero, nunca realmente me imaginé cantando ‘Together Again’”, reconoce. “Aunque la escribí para mí misma, siempre pensé que sería mejor con alguien como Martha Wash de The Weather Girls, que tenía ese tipo de voz”.
Recordando a su hermano Michael
“Together Again” se convirtió en su canción emblema. Es la más escuchada en Spotify, y también el título de su gira actual. La producción puede que no sea tan cara como lo fueron sus teatrales shows de los años 90. Solo cinco bailarines y un escenario minimalista, le dan ahora a su performance una sensación de mayor intimidad. Janet baja la guardia, le pasa el micrófono a su audiencia mientras canta Again, anima a los fans y les tira besos mientras ellos la acompañan con su voz. También los recompensa con un puñado de sentidas canciones como “Feedback”, “So Excited” y “All Nite (Don’t Stop)”.
En el momento de su lanzamiento, todas esas canciones podrían haber tenido un mejor recibimiento si no fuese por la controversia que protagonizó en 2004 cuando uno de sus senos se vio por un “fallo de vestuario” en un show de medio tiempo del Super Bowl. El episodio dañó su carrera y su música fue prohibida en MTV y cientos de radios de Estados Unidos.
Uno de los momentos más potentes del tour es cuando Janet canta “Scream” simulando un dueto con un video de su hermano mayor, Michael. Aún es emotivo “escucharlo cada noche, verlo, recordarnos”, dice. “Mike y yo escribimos esa canción en Nueva York, en su departamento”, recuerda. “Entonces (revivo) todo ese viaje, escuchándolo cantar y (recordando) lo que él estaba pasando en ese momento. Y yo solo siendo su hermana pequeña, siempre a su lado, siendo su sistema de apoyo. Ese siempre ha sido mi rol”.
El concierto cierra con “Together Again”, mientras Janet agarra un ramo de flores y corre por el escenario con sus bailarines, con una sonrisa de oreja a oreja. La audiencia en Brooklyn está llena de estrellas, incluyendo al diseñador de moda Christian Siriano, el cantante de soul Maxwell, el drag queen Kevin Aviance y la estrella R&B Tinashe, cuyo single Nasty, rinde homenaje a la canción homónima de Jackson. “Todo sobre ella es 10 de 10, es un modelo a seguir”, dice Tinashe. “Es un gran punto de referencia para mí, ella es una reina”.
Después del espectáculo, la artista se encuentra en el backstage con algunos de sus fans, mientras se revisa la espalda tras haber estirado mucho uno de sus músculos bailando “What Have You Done For Me Lately”. Pese a eso, está de buen ánimo, esperando con ansias tener un “día de mami” entre algunos de sus shows y preguntándose si el listado de canciones debería cambiar cuando viaje a Europa en septiembre.
Le sugiero mover la secuencia de Control al inicio del show, a la vez que le pregunto si esta revisión exhaustiva de su catálogo le ha dado nuevas perspectivas sobre su carrera. “Solo estoy agradecida de que la gente siga interesada en verme haciendo esto”, responde. “Nos sentimos muy bendecidos”.
*Por Mark Savage
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