La inesperada propuesta de casamiento que tuvo un final de película en el recital de Abel Pintos

Enzo Gianni y Luz Achigar lograron, por unos segundos, que los reflectores los apuntaran directamente. En el escenario estaba Abel Pintos interpretando uno de sus tantos éxitos; en la cuarta fila estaban ellos. Luz miraba maravillada a uno de sus artistas favoritos mientras que Enzo contaba mentalmente los segundos que necesitaba para tomar valor. El cantante entonó una canción romántica y el joven enamorado aprovechó el momento: se arrodilló, saco de su bolsillo un anillo y le pidió casamiento a su novia.

Una escapada que terminó en un “sí, quiero”

En noviembre, la ciudad de Mar del Plata empieza a teñirse de verano. La sutil llegada del calor inspira a unos pocos afortunados a subirse al auto y hacerse una escapada para comer unas rabas en el puerto, caminar a orillas del mar o asistir a algún espectáculo teatral. Mientras que muchos se lo toman como unas cortas vacaciones, para otros significa un momento trascendental en su vida.

Ejemplo de esto es lo que ocurrió en el teatro Tronador. Enzo tenía todo calculado. Una cómplice, el anillo y un momento. Solo le faltaba tomar valor, esperar a la canción adecuada y hacer la pregunta más importante de su vida. El tiempo se detuvo y su mano entró en el bolsillo. Era el instante con el que había soñado hacía dos años, cuando se puso de novio con ella.

“Es por ti que ya no voy como un barco a la deriva”, cantó Pintos con toda su fuerza al interpretar “El amor en mi vida”. Mientras, en el público ocurría la magia. Ante la atenta mirada de la sala llena y del propio cantante, Enzo le pidió a Luz casamiento. La historia se cuenta sola y el final fue de película. Un “sí” lleno de emoción culminó con un emotivo abrazo y las sonrisas y lágrimas de la audiencia.

El gimnasio, la pandemia y el comienzo de una vida juntos

Luz y Enzo se conocieron hace tan solo dos años, entre miradas, chistes e indirectas en un gimnasio de Tandil. Cuando “pandemia” no era más que una palabra en el diccionario y ambos buscaban sanar viejas heridas. Hay personas que están destinadas a encontrarse y quizás es esto lo que les ocurrió.

Un cruce de miradas alcanzó para estremecer a cada uno. Pero los miedos y las dudas evitaban que alguno diera el primer paso. “Hice varias cosas para llamar su atención: entré al grupo de WhatsApp del gimnasio, lo busqué en Instagram... para mí, agregarlo era la muerte ya que era el paso para decirle que me interesaba. Él, como si nada. Agregar gente o seguir era algo más”, cuenta ella en diálogo con LA NACIÓN.

A partir de ese momento, nunca dejaron de hablar, ni un solo día. Entre el trabajo, los amigos, el cuidado de Juanita -la hija de Luz-, los dos encontraban un ratito para responderse los mensajes y contarse cómo había sido su día. “Conversábamos horas. Abrirme a una relación era difícil para mí y más en estos tiempos donde las relaciones serias no están tan de moda”, bromea ella.

Enzo tuvo que hacer “trabajo de hormiga”, como ambos definen, pero nunca imaginaron que todo sería “tan hermoso y fluido”. No querían apurarse. Cada etapa tenía su magia y querían vivir desde la emoción de conocerse hasta los nervios del primer abrazo, beso o ‘¿Querés salir a tomar algo?’.

Un 19 de marzo de 2020, el país se paralizó. En cadena nacional, el Presidente anunció el inicio de un aislamiento estricto por la llegada del Covid-19 a la Argentina. Cada uno recibió la noticia como cualquier argentino pero eso no los detuvo. “Llegó la pandemia y fuimos consientes de que Dios nos abría nuevos caminos. Decidimos, a su tiempo, convivir”, narran. “Si bien son solo dos años, parece que hace una vida que estamos juntos. Ensamblamos nuestra familia perfectamente, con los miedos y temores que fuimos atravesando”, reconocen.

Una carta de amor

Al ser contactados por LA NACIÓN, se reconocieron como hábiles redactores. Advierten cierta vergüenza e incredulidad por el alcance de su historia y prefieren, para mayor tranquilidad, escribir sus respuestas. Entre párrafo y párrafo se escapan sonrisas, besos y los infaltables ‘¿te acordás?’ que les sirve para rememorar una historia que apenas está comenzando.

De su puño y letra, explican qué les gusta de cada uno y cuentan algunas intimidades. Se les escapan emojis y risas y muestran que no hace falta conocer a alguien por muchos años para realmente conocerlo.

Lo que más me gusta de Enzo es su templanza, su amor incondicional, su corazón noble, disciplina y constancia. Lo que más me gusta de Luz es su gran corazón, sinceridad y alegría, siempre viendo lo positivo de la situación. A Abel Pintos lo escuchamos cada uno por separado, encontramos enseguida algo que nos conectaba y unía. Nuestra canción preferida es “Cómo te extraño”, solemos cantarla a dúo en la intimidad de casa.

Sin poder creerlo aún ambos y tomando conciencia a medida que pasan las horas, todo parece un sueño. Abel -sin quererlo, pobre- siendo testigo de este pacto, de esta unión que creemos será para siempre. No nos quedan más que palabras de agradecimiento y amor para con todos los que fueron parte, para nuestras familias y amigos que nos sostienen y bancan en cada paso. Sabemos y creemos, que solo desde el amor se pueden crear lazos y puentes verdaderos.

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