La familia más querida por el público argentino veranea en Mar del Plata

MAR DEL PLATA.- Para unos era vivir a algo más de 400 kilómetros del lugar de ensayo, distancia que recorrían por grupos de escena y cada semana. Para el resto, a otro tanto del escenario en el que, durante los últimos días, por fin coincidieron todos durante seis horas o más por jornada para que la obra puliera detalles y encontrara su ritmo ideal. Allá en el Cervantes, aquí en el Auditórium, de esas idas y vueltas por la ruta 2 nació esta nueva versión de Esperando la carroza, con la que reconocidos artistas porteños y talentosos colegas marplatenses le suman diversión y calidad a la cartelera teatral de la costa atlántica.

Una experiencia innovadora por cierto la que se puso en marcha hace algo más de tres meses, cuando a Leonor Manso se le propuso estar al frente de un elenco compuesto por artistas de dos ciudades. "No sólo nunca había participado de algo igual, sino que jamás en mi vida me había tocado hacer audiciones para elegir a los artistas que participarían de una obra", cuenta la directora de esta aggiornada puesta del célebre texto que Jacobo Langsner escribió hace más de 50 años.

Esta coproducción entre el Ministerio de Gestión Cultural de la provincia de Buenos Aires y el Teatro Nacional Cervantes de Capital Federal tiene nombres de reconocida trayectoria como Viviana Saccone, Marcelo Mazzarello, Malena Solda, Ingrid Pelicori y Gonzalo Urtizberea.

A Manso le tocó entonces ver más de 200 interesados en cubrir otra decena de papeles que al cabo de tres audiciones dejó en manos de los locales Hilda Marcó, Gustavo Fraga, Tití Guerra, Andrés Zurita, Mauricio Juanes, Melisa de Miguel, Victoria Gil Gaertner, Paula Callejas, Nancy Díaz y Florencia Demarchi.

Marcó fue la elegida para la crucial interpretación de Mamá Cora, la abuela que es eje de las desventuras de esta familia de barrio que con humor ácido ventila sus ambiciones y miserias. "Mis compañeros me dicen que soy la Messi de las actrices", detalla entre risas esta mujer de 81 años que se quedó pronto con un papel que siente casi a medida.

Decidida desde un primer momento a mantener distancia del mismo rol que Antonio Gasalla eternizó en la versión cinematográfica de Esperando la carroza, dio forma a una abuela con mal de Alzheimer que, desde los síntomas y las secuelas de su enfermedad, olvida, confunde y enreda todo lo que la roza. "Es la que los tiene locos a todos", remarca.

Ensamblar el elenco fue todo un desafío. "Una experiencia muy linda, fantástica diría", insiste Manso sobre este paso a paso que le tocó encabezar para que la obra llegara compacta al estreno, que se dio el jueves de la semana pasada. "Es un título que la gente conoce bien desde el cine y que aquí se logra plasmar con un resultado que el público seguro va a disfrutar", aseguró Saccone, que le toca interpretar a una "ricachona", personaje que en el film de Alejandro Doria estuvo en manos de Betiana Blum. En la adaptación de esta pieza, que nació para teatro, la directora confirma que nada varió de la estructura de conflicto original. "Es un clásico que nos representó, representa y representará", explicó sobre una historia en la que, asegura, el autor muestra "debilidades, falencias y capacidad de amor desde el humor". Sólo aplicó ajustes acordes con esta época. Cita por ejemplo la mención a un geriátrico, entre otras actualizaciones.

Pelicori destaca que esta aventura es doblemente novedosa para ella: no sólo nunca había participado de estas simbiosis de elencos con artistas de dos ciudades. A pesar de su gran trayectoria, tampoco había hecho temporada teatral en Mar del Plata. "Sólo de lejos, cuando acompañaba a mi padre", explica la actriz, que es hija del gran Ernesto Bianco. A cargo del rol de Elvira, que en el cine interpretó China Zorrilla, suma además otra particularidad: como no le gusta el cine por televisión, la película dirigida por Doria sólo la vio mientras estuvo en cartel, tras su estreno en 1985. Siente que así se libera más fácil del riesgo de copiar al personaje. "Aquí nadie hace de lo que se vio en la pantalla", advierte para marcar distancia y originalidad en la composición de cada papel.

Es que aquel film dejó huellas grandes, con frases que incluso hoy son de uso cotidiano y que refieren en el acto a algunas de sus escenas. Desde el "tres empanadas" en boca del personaje de Luis Brandoni o el "yo hago puchero, ella hace puchero" del de Zorrilla, al "flancito" que intentó Mamá Cora con lo que debía ser una mayonesa.

Para los artistas locales que superaron las audiciones y hoy son parte de este elenco se abre una enorme oportunidad no sólo de trabajo, sino de enriquecimiento profesional. Lo reconoce Nancy Díaz, que sobre las tablas y durante esta temporada en el Auditórium será Doña Elisa, una vecina siempre muy criticada por Elvira. Asegura que lo que está viviendo "es un sueño" al que dice haber llegado desde años de sacrificio en el cada vez más rico y calificado circuito teatral independiente que ofrece Mar del Plata. "Es un gran aprendizaje para todos", reconoce.

En particular, los locales celebran esta posibilidad de compartir con figuras que llegan del Teatro Nacional Cervantes y pasar estos meses bajo la mirada siempre muy exigente de una directora a la que todos le reconocen el compromiso de buscar lo mejor de la obra y de cada uno de sus protagonistas.

Manso reparte elogios para el staff local. Se reconoce sorprendida por unas audiciones donde asegura que había excelente nivel de artistas. "Tienen aquí un talento de jóvenes maravillosos que actúan, cantan, bailan y a los que hay que generarles trabajo genuino", concluye.

La nueva Mamá Cora es Hilda Marcó

Entre los 220 interesados en ser parte de este elenco, sorprendió a Manso la cantidad de pretendientes para el papel de Mamá Cora. En las audiciones aparecieron jóvenes imitadores del papel que en el cine plasmó Gasalla y hasta dos travestis, convencidas de que la emblemática abuela debería ser interpretada por un hombre.

La directora no dudó y se quedó con Marcó, que aquí es un símbolo de trabajo y capacidad. Cada temporada -ésta también- es protagonista de Momentos, una propuesta que rescata diálogos de Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges. "Tengo un chip acá", dice y se señala la cabeza cuando le preguntan cómo puede retener tanto texto en su memoria. "Ya verán a mi Mamá Cora", afirma e invita a comprobarlo desde la platea, de jueves a domingos, a las 21, en la sala Piazzolla del Auditórium.

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