La emperatriz: la trágica historia de Isabel de Baviera que Netflix convirtió en miniserie y es furor
Sissi afrontó la obligación de un matrimonio en su minoría de edad, sufrió la muerte de dos de sus cuatro hijos, quedó sumida en una severa depresión y fue asesinada a los 60 años
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Desde su estreno el 29 de septiembre, La emperatriz se posicionó para liderar el ranking de series más vistas en Netflix. La primera temporada ocupó este puesto las dos semanas que permaneció en la plataforma de streaming y ya acumuló más de 59 mil horas de visualizaciones. Pero, ¿quién era Isabel de Baviera, la mujer detrás de Sissi, la última gran emperatriz de Europa, y cómo fue su vida?
Elisabeth de Austria fue condenada a vivir una vida que no deseaba, tras la petición de mano de Francisco José, su primo de 23 años y emperador de Austria, en 1853. La madre de la joven concertó un encuentro en la residencia de verano de la familia imperial, Bad Ischl, con unas intenciones muy diferentes: estaba previsto que se comprometiera con su hija mayor, Helena. Pero Francisco José cambió de opinión en el último momento, en contra de la Corte de Habsburgo, y Elisabeth, que tenía tan solo 16 años, mostró su negativa, pero era algo que su primo nunca aceptaría.
Nació el 24 de diciembre de 1837, en la ciudad de Múnich (Alemania), siendo la cuarta de diez hermanos, hijos del duque Maximiliano José de Wittelsbach y la princesa Ludovica. La libertad que conoció en la naturaleza que rodeaba al Palacio de Possenhofen, a orillas del lago Starnberg, pronto dejaría de percibirla, luego de su matrimonio, el 24 de abril de 1854. Y es que su espíritu libre debía adaptarse a las normas de una Corte conservadora, regida por las reglas del siglo XIX.
La serie de Netflix se basó en la novela de Gigi Griffis y la protagonizó la actriz Devrim Lingnau. En este drama histórico, se relataron las calamidades que tuvo que afrontar Isabel, presa de un sistema que sentía que nada tenía que ver con ella. Obligada a casarse con minoría de edad, adaptarse a unas normas conservadoras, afrontar la muerte de dos de sus cuatro hijos y arrastrar una depresión severa son algunos de los aspectos que reflejará.
La emperatriz tuvo a su primera hija un año después de la boda y la llamó Sofía Federica, honor a la archiduquesa, madre de Francisco José. Su suegra, que cuestionó las capacidades de Sissi para educarla ante un padre que estaba la mayor parte del tiempo ausente, insistió en que la dejaran a su cargo. Pero ella se negó, según consignó National Geographic. Al año siguiente, nació su segunda niña, Gisela.
Durante la primavera de 1857, el matrimonio viajó a Hungría con las dos pequeñas. Entonces llegó la primera gran tragedia que golpearía a Isabel. Su primogénita contrajo disentería, ante la insalubridad de algunas regiones, y murió en mayo de ese año. Ante el sentimiento de culpa, la emperatriz dispuso el cuidado de Gisela a su suegra, y también el del hijo que daría a luz un año después, Rodolfo.
Isabel de Baviera afrontó una severa depresión, que la obligó a alejarse de Viena en distintas etapas. Cuando regresó de varios viajes transformadores, acordó no someterse a la rígida disciplina de la Corte, a no ser que fuera estrictamente necesario.
En 1889, encontró a su único hijo varón, que se casó con Estefanía de Bélgica, muerto en el pabellón de caza de Mayerling, junto a su amante, María Vetsera. La versión oficial, según señaló el mencionado medio, apuntó a una enajenación mental del heredero, que dispararía contra María y se suicidaría posteriormente. La emperatriz nunca volvió a vestir de color ni a alojarse en el Palacio de Hofburg.
Defensora de Hungría
Elisabeth defendió siempre la libertad de Hungría, cuyas prerrogativas constitucionales fueron reprimidas por Viena. Luego de la derrota de Sadowa en 1866, se refugió junto a sus hijos en Buda. Poco después, Gyula Andrássy, entonces primer ministro del país, negoció con el emperador los términos para que el territorio recobrara su condición de Estado constitucional y se configuró así el Imperio austro-húngaro, con gobiernos independientes pero unidos por una sola corona.
En 1867, Francisco José y Sissi fueron coronados solemnemente reyes constitucionales de Hungría, en la iglesia de Nuestra Señora de Budapest, y el pueblo húngaro les donó el castillo barroco de Gödöllö, donde nació su cuarta descendiente, María Valeria.
Murió a los 60 años
A los 60 años, la gran emperatriz de Europa murió asesinada. Se encontraba en Ginebra de vacaciones y se alojaba bajo el pseudónimo de condesa Von Hohenembs. Al ingresar en el tren de regreso a casa, se cruzó con un hombre, que fingió tropezar con ella. Pero le clavó una larga aguja que le perforó el pecho, muy cerca del corazón. La mujer murió instantes después.
El asesino fue identificado como Luigi Lucheni, un italiano de 25 años que confesó el crimen: “No ataqué a una mujer, sino a una emperatriz”. Fue juzgado como un criminal común, no político, y se lo condenó a cadena perpetua en 1898. Pero, 10 años después, se ahorcó en su celda.
Los restos de la emperatriz de Austria y Hungría descansan, en contra de su voluntad, en la cripta de los Capuchinos, en Viena.
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