La bella dama del malabarismo
Esta artista trans presentará una obra en proceso que apuesta a la imaginación
Seguramente, el nombre de Phia Ménard no le signifique mucho. Casi tres años atrás, como Philippe Ménard, presentó en Polo Circo un impecable trabajo llamado P.P.P., en el cual manipulaba hielo en descomposición. Ahora, en La tarde del Fohen, manipula unas simples bolsas de plástico. Atravesando tanto una como otra experiencia, la reflexión sobre la identidad de género se cuela por su propio cuerpo y por la génesis de sus dos propuestas.
"El viento Fohen se produce en la frontera entre Alemania y Francia -cuenta esta artista francesa-. Durante ese viento, se producen crímenes, suicidios y accidentes. En general, cada país tiene un tipo de viento con carga misteriosa, acá me hablaron de varios. El estudio de este fenómeno fue muy interesante porque me remitió a mi propia historia de cambios... Es que fui sintiendo diferentes transformaciones en mi cuerpo que hasta modificaron mi manera de caminar. De hecho, mi gestualidad como hombre ha desaparecido y, desde hace un tiempo, estoy descubriendo mi movimiento como mujer. Todo eso entabla un vínculo entre estas dos cuestiones: el viento y mis cambios."
-En cierto punto, esa relación estaba presente en P.P.P. , el trabajo que vino a la primera edición del festival . En esa impecable experiencia manipulabas hielo, un material en transformación como tu propio cuerpo.
-Es cierto, ese espectáculo fue el comienzo de mis cambios. Diría que P.P.P. fue mi manera de salir del armario, fue mi coming out . Ahora, ya soy una mujer; lo cual hace que me sienta de otro modo. Algo similar sucede cuando estás en medio de un fuerte vendaval en el cual no podés controlar nada. Un paraguas puede que termine roto y así sucede que cosas materiales tomen vida.
Sentada sobre el parque que está alrededor de una de las carpas del Polo Circo, en Garay y Combate de los Pozos, ella habla con total apasionamiento después de haber hecho una pequeña demostración de este trabajo en proceso que presentará pasado mañana y el martes en el marco de la tercera edición del Festival Internacional de Circo. Phia se operó hace unos años. Sin embargo, en el programa de mano aparece como Philippe como si fuera una de sus últimas picardías antes de presentarse como una artista trans.
"Hace tres años -continúa la directora de la compañía Non Nova- estaba en un museo de ciencias naturales en donde armaba una instalación. Observando la evolución de diferentes tipos de animales muertos, puse un ventilador para apreciar el movimiento del pelaje. Me maravilló ver a esos hermosos leones que, con ese simple aparato, parecían vivos. Diría que fue revelador. El hombre destruye casi todo, pero, por otra parte, puede crear vida. Por eso, en este nuevo espectáculo, trabajo con bolsas de plástico de los supermercados. Pertenezco a la sociedad del petróleo y, en consecuencia, el plástico está en todos lados. Muchas veces, volando..."
-Como en la escena de la película Belleza americana ...
-Claro, algo así... Y como podemos crear vida, frente al público tomo esas bolsas, las transformo en muñecos y las pongo en medio de varios ventiladores para que vuelen, para que caminen, para que sean libres. Cuando los muñecos toman vida, yo no existo.
-Como creadora, ¿eso no es un tanto frustrante?
-Lo es. Pero cuando observo a estos muñecos bailar es tan perfecto, es tan poético... que únicamente puedo mirarlos. Acompañados por la música me permiten soñar, imaginar historias, crear mundos. Frente a ellos, estoy convencida de que cada persona pueda crear su propia historia. En ese contexto, toman mi lugar.
-¿Y cuál es tu lugar?
-Apostar a la imaginación y que, en este caso, ellos se apropien de mi imaginario. En cierto sentido, es como una lucha en la cual yo ocupo un rol secundario porque sé que no les puedo ganar.
-Es extraño lo que decís. Estás en pleno proceso de coming out y, al mismo tiempo, te desplazás del lugar central para que tus muñecos se queden bajo las luces.
-Sí... creo que estoy en el final de un proceso. Yo nunca podré ser como ellos, porque esos muñecos son totalmente libres; yo, no. Por eso, en un momento decido destruir toda esa coreografía que se arma producto del azar y ocupo mi sitio. Es que todas las personas, en determinado momento, tenemos ganas de romper algo. A veces, tenemos ganas de destruir algo pequeño, casi insignificante. Otras, no. Sin embargo, el impulso siempre está. Y, para mí, esa pulsión es muy atractiva porque plantea una lucha permanente.
Phia habla con apasionamiento por su trabajo. Hace años, vive mitad del tiempo en Francia y, el resto, en Río de Janeiro, ciudad en donde siente que no tiene que andar explicando nada sobre su nueva identidad sexual. Sea como Philippe o como Phia, el circo sigue definiendo sus pasos. De todos modos, en esta etapa de afirmaciones internas, presentarse ante el público porteño genera sus cosas.
"Será extraño para todos -se sincera esta mujer valiente-. En mi caso diría que será un viaje. Un viaje por mi cuerpo, un viaje por la sociedad. Yo continúo trabajando en el circo porque es mi espacio y porque apuesto a que cada persona pueda imaginar su historia. No hago espectáculos que cuenten historias didácticas, trabajo con materiales que puedan despertar la imaginación del público. No me interesa la demostración de algo, me interesa la creación de algo que vos puedas sentir, de algo que te haga sentir que estás en la vida. Cuando hice P.P.P. me veías en medio de esos hielos y te daba frío porque me imaginabas ahí. Para mí eso era interesante porque significa que estás del lado de la vida. Es parecido a los muñecos porque, observándolos, seguramente tendrás nostalgia de cuando eras chico, de cuando eras libres."
Phia se ríe mientras sus muñecos, a pocos pasos de donde estamos, deben estar bailando sin necesidad alguna de tener ventiladores prendidos a su alrededor.