La acción viaja en Pullman
Una cara familiar por los films "Sintonía de amor" y "Mientras dormías" que ahora será más conocido como el actor que hizo de presidente norteamericano en "Día de la Independencia" (Foto: David Sisso)
El actor norteamericano de paso por Buenos Aires para el preestreno de "Día de la Independencia" habla de su papel como presidente de los EE.UU. pero dice "los artistas no deben ponerse la camiseta".
Fue lindo conversar con Bill Pullman. El actor norteamericano estuvo en Buenos Aires unas pocas horas. Pasó anteanoche por la sala del Capitol donde se realizó el preestreno multitudinario de su reciente film "Día de la Independencia" y atendió ayer a los periodistas. También ayer partió hacia San Pablo Brasil donde lo esperaba una actividad tan agitada como la de su mínima jornada porteña.
Pullman de 42 años -nació en 1954-tiene una copiosa filmografía desde su tímido comienzo en el reparto de "Por fin me la quité de encima" (1986) al lado de Bette Midler y de Danny DeVito. Nació en el Estado de Nueva York "pero -aclara- en el campo bien lejos". Sus padres y hermanos son médicos una tradición que él no siguió a pesar de la insistencia familiar. Para la memoria del espectador Bill Pullman es el novio que Meg Ryan deja por Tom Hanks en "Sintonía de amor" y es el novio que Sandra Bullock gana tras el accidente ferroviario de un amigo casual en "Mientras dormías". En "Día de la Independencia" asciende al papel de presidente de los Estados Unidos justo cuando se produce una desmedida invasión de extraterrestres.
-Me pasó ayer durante la proyección de la película -se expresa Pullman muy sonriente- inclusive en Buenos Aires: no todos están en favor del presidente norteamericano y me querían hacer decir cosas que pudieran perjudicarlo que no me parecen convenientes. Entonces me di cuenta de que es mucho mejor ser actor interpretar al presidente y no serlo.
-¿Conoce al presidente Clinton?
-Tuvimos la oportunidad de visitar la Casa Blanca hace dos semanas y ver "Día de la Independencia" acompañados por él. Para nosotros fue como un dueño de casa que nos invita a la suya. Fue muy agradable y advertimos que debíamos dejar a un lado la política y sentirnos agradecidos por su generosidad y sobre todo por el hecho de que le gustó la película.
-Da la impresión de que usted no es muy favorable hacia Mr. Clinton.
-No. No es eso. Lo he apoyado...
-¿Lo votó quiere decir?
-No dije eso. Lo he apoyado pero sin hacer demasiado ruido. No es conveniente que un actor se ponga la camiseta. No es actitud para un artista. A mí me gusta conservar una posición neutral.
-Esa misma actitud neutral ¿la sostiene el responsable de la película Roland Emmerich?
-En el personaje hay características que podrían ser del ex presidente Bush porque pilotea un avion caza-bombardero como él...
-Pero respecto de la juventud y las políticas de tolerancia parecería ser Clinton.
-Sobre todo por lo joven aunque Clinton parecía joven cuando asumió; ahora se lo ve muy avejentado.
-Además el film hace que muera la mujer del presidente ¿es una expresión de deseos? (Risas estentóreas de Pullman al responder.)
-Hillary Clinton estuvo también viendo la película y notamos que no es una mujer arrogante y prepotente como dice la prensa sino un ser muy cálido muy directo y muy realista y tanto que el presidente debe ser muy afortunado con ella.
-¿Considera a éste su mejor papel?
-Tuve la buena suerte de hacer papeles muy diferentes y éste es un desafío porque el diálogo es demasiado genérico y tanto que me recuerda las conversaciones de películas de las matinés de cuando era niño las de John Wayne por ejemplo y sobre todo las de guerra.
-¿Tuvo que aprender técnicas de piloto de avión caza?
-Yo filmé sentado en un asiento fijo delante de telones de fondo que se mueven de un lado al otro: da la impresión de que estoy en vuelo. Es como en Disneylandia donde se mueve todo menos uno.
-¿Cómo se hizo actor?
-Estudiando para director en la Universidad de Massachussets. Antes había querido ser constructor de edificios.
-¿Actuó en el sector de off Broadway?
-Sí. En una obra de Sam Shepard "La maldición de la clase hambrienta" con Kathy Bates.
-No sería ella la hambrienta...
(Risas.)
-No. Tan gordita como es.
-¿Qué película suya le trae mejores recuerdos?
-La que se apoya mejor en mis sentimientos es la última "Lost Highway" dirigida por David Lynch. Dentro de su área fue mi director más interesante.
-Esa área es la del misterio la oscuridad y los caracteres complejos.
-Es el cine de la angustia por razones que uno no llega a entender. Hice de un saxofonista gastado que se casa con Patricia Arquette y sentimos que uno traicionó al otro y la oposición entre ambos da lugar a momentos terribles. Ella muere y me acusan de su muerte pero yo no creo ser el responsable. Sé que algo ocurrió pero no puedo recordar todo y ahí está el conflicto. Aún no vi el film terminado. Lynch usaba palabras italianas de ópera -es decir se inventa un lenguaje sólo para la gente de la película- cuando daba sus indicaciones momentos antes de rodar. Nos decía "misterioso" y "molto" (pronuncia las palabras con acento italiano).
-Entre sus mejores directores estuvo Nora Ephron ("Sintonía de amor").
-Ella es básicamente una escritora y como directora no quiere sentirse centro aunque es enérgica y dicen que intolerante. Pero cuando rodé con ella se estaba muriendo mi padre y me permitió cambiar horarios y días hasta pasar el mal momento. En realidad es inteligente y no ruda o falta de generosidad como dicen.
-En su carrera hubo una causa perdida de antemano: en "Sommersby" hacía de novio de Jodie Foster.
(Risas potentes de nuevo.)
-Sí claro. Es una chica feminista y enigmática pero es una mujer muy sensual. Tenía que amarla de lejos...
-¿Dónde vive? -En Hollywood. En un barrio viejo donde ya no vive la gente del espectáculo. Cerca está la cabaña donque habitaban Spencer Tracy y Katharine Hepburn.
-¿No lo afectan las continuas mudanzas -casas hoteles- a las que está obligado el actor?
-He tenido suerte porque filmé la mayoría de las películas en Los Angeles. Sólo tuve salidas cortas. Aún estoy esperando el momento en que me tenga que ir a Nueva Zelanda por cuatro meses.
-Su papel es siempre el del hombre confiable.
-Eso porque no vio la película de David Lynch.
-Nunca le toca el galán sexy.
-Pero me gustaría.
-¿Le agradaría hacer de vampiro?
-¿Por qué no...?