La Academia no está hecha de robots
La reacción de quienes estábamos en Los Ángeles fue de shock. Si hay algo que caracterizó siempre a la Academia fue la transparencia y el orden en los procesos con los que se otorgan los Oscar. Lo que pasó fue algo insólito. Hay leyendas de otras situaciones similares a la de anteanoche, como la de Marisa Tomei, que se cree que recibió una estatuilla porque Jack Palance, encargado de anunciar el premio, se lo entregó a ella porque quiso. Pero eso es algo no comprobado, un mito.
En mi opinión, más allá de las responsabilidades que quepan por el error, este hecho humaniza los premios. Demuestra que no son fruto de un proceso gestionado a control remoto por robots y eso los hace más interesantes para los espectadores.
Temas
Conforme a los criterios de
Más leídas de Espectáculos
“Eternamente agradecido”. Gastón Pauls reveló el rol que cumplió Marcela Kloosterboer en su recuperación de las adicciones
"El dolor fue real”. Denzel Washington: su cambio físico, la ayuda que recibió de Lenny Kravitz y una impensada confesión
"Destruido para siempre". La contundente respuesta de Pampita a García Moritán y el nuevo paso que dio en su relación con Martín Pepa