Kristen Stewart: sus mejores y peores películas
A propósito del estreno de La otra cara del éxito, miramos más de cerca la carrera de la joven actriz y sus altibajos
PARA LA NACIONMilagros Amondaray
Ya se ha convertido en un lugar común criticar el rango actoral de Kristen Stewart . Por un lado, es indiscutible que la actriz tiene un puñado de interpretaciones en su haber donde cultivó una serie de tics tan característicos como irritantes. Por otro lado, es igual de indiscutible que no quiso quedar estigmatizada por la saga de Crepúsculo y que se comprometió con el cine independiente, un espacio donde pudo quebrar con esos modismos persistentes. A continuación, y a raíz del estreno de La otra cara del éxito, rescatamos tres buenas y dos malas decisiones que tomó Stewart en su carrera:
*TRES BUENAS:
*1. LA OTRA CARA DEL ÉXITO (2014, Oliver Assayas)
- La otra cara del éxito es una película sobre la actuación en todas sus formas. En primer lugar, porque aborda la manera en la que una actriz (Maria Enders, interpretada magistralmente por Juliette Binoche ) debe adaptarse al paso del tiempo, reflejado en cómo formará parte de una obra teatral que ya había protagonizado años atrás, pero en la cual ahora tendrá a su cargo el papel de la mujer "mayor". En segundo lugar, porque se inmiscuye en los efectos colaterales del hecho de triunfar en el medio cinematográfico, donde las estrellas jóvenes que comandan una franquicia y/o película taquillera automáticamente pueden ser ubicadas en obras de teatro, independientemente de sus capacidades (o falta de). En tercer lugar, y sin dudas lo más interesante y sólido del film de Oliver Assayas, porque nos muestra el proceso de ensayo de Maria con la ayuda de su asistente Val (Kristen Stewart). Ese episodio del film, ubicado más precisamente en la mitad del mismo, la halla a Stewart en pleno dominio de su personaje, uno que dialoga con el de la obra que ensaya Maria en un ejercicio casi metatextual. Seguramente Binoche haya contribuido para sacar hacia afuera el potencial escondido de Stewart, quien se convirtió nada menos que en la primera actriz norteamericana en ganar el premio César (el equivalente al Oscar del cine francés), un galardón absolutamente merecido por una actuación tan natural como sutil.
*2. SIEMPRE ALICE (2014, Richard Glatzer y Wash Westmoreland)
- El 2014 la encontró a Stewart rodeada de excelentes actrices, decisión que repercutió directamente en su notable mejoría como intérprete. Junto a la mencionada La otra cara del éxito, también fue parte de Siempre Alice, el film de Wash Westmoreland y el recientemente fallecido Richard Glatzer, los responsables de la mucho más efectiva Quinceañera. La película que le valió el Oscar a Julianne Moore no tiene demasiadas pretensiones y eso frecuentemente la hace adolecer de una falta de virtuosismo que la vuelve anodina. Sin embargo, en medio de un casting que no da en la tecla (tanto Alec Baldwin como Kate Bosworth están mal en sus papeles), Stewart representa el corazón del film, con un arco narrativo tan fuerte como el de Moore. De esta manera, el deterioro que sufre paulatinamente Alice producto del Alzheimer, es devastador cuando se lo enfoca bajo la mirada de su hija Lydia, a quien Stewart dota de un humanismo inexistente en el resto de los personajes. Sobre el final, cuando ambas comparten una lectura de la obra de Tony Kushner "Ángeles en América",Siempre Alice alcanza otra tesitura, otra densidad emocional, algo que lamentablemente está ausente de la película en su totalidad.
*3. ADVENTURELAND (2009, Greg Mottola)
- El rotundo éxito de Crepúsculo frecuentemente nos hace olvidar de que Stewart, tiempo antes de ser integrante clave de la saga, se había embebido tanto del cine independiente más incómodo y notable (La seguridad de los objetos, Undertow) como de un cine de autor como lo es el de David Fincher(La habitación del pánico). Por lo tanto, luego de completar la filmación de la primera entrega de la saga basada en la obra de Stephenie Meyer en el 2008, un año después Stewart volvió a lo que mejor le sale: las películas en las que realmente importan los personajes. Nada mejor que Adventureland como ejemplo de esto. El film de Greg Mottola (el hombre detrás de la brillante Supercool) es mucho más que un homenaje a ciertos códigos del cine de John Hughes, e incluso es mucho más que una suerte de oda a la década del ochenta, ya que todo pasa por el viaje de iniciación en la madurez de James, el personaje de Jesse Eisenberg . En ese contexto, Emily (Stewart) también se erige como un papel pluridimensional, quebrando con las limitaciones del prototipo de Manic Pixie Dream Girl y transformándose en alguien vulnerable que necesita de afecto tanto o más que James. Así, Adventureland es un film esencialmente noble, cualidad bastante escasa en el cine contemporáneo.
*DOS MALAS:
*1. LA SAGA DE CREPÚSCULO
- Cuando uno se posiciona frente a las adaptaciones de estas sagas literarias de éxito descomunal, resulta imperativo poner en contexto las interpretaciones. ¿Cuánto se puede hacer desde un punto de vista actoral cuando el material de base no tiene el peso suficiente como para explorar géneros, emociones, inquietudes? Tomemos como ejemplo a Shailene Woodley , una de las mejores actrices jóvenes actuales que demostró su versatilidad con creces. Supo destacarse tanto en un film más áspero como White Bird in a Blizzard de Gregg Arakki como en una adaptación Young Adult de John Green como Bajo la misma estrella, de corte más "adolescente". Sin embargo, llegado el momento de liderar la adaptación de la saga distópica Divergente, esa capacidad interpretativa se vio totalmente reducida. Como contrapartida es ineludible la mención de Jennifer Lawrence en Los juegos del hambre, cuyo talento nato elevó aún más la complejidad de su personaje de Katniss Everdeen. En este marco, quien corrió con poca suerte fue Stewart, no solo porque durante la saga de Crepúsculo el cambio de directores fue brusco y perjudicial (de Catherine Hardwicke a Bill Condon, pasando por Chris Weitz y David Slade) sino porque tanto a ella como a su co-protagonista Robert Pattinson se los nota incómodos, al tiempo que resultan sencillamente inexpresivos. Las cuatro películas concentran un sinfín de escenas ridículas que, creemos, fueron justamente el combustible que Stewart estaba necesitando para darle un giro de timón a su filmografía.
*2. BLANCANIEVES Y EL CAZADOR (2012, Rupert Sanders)
- Así como al hablar sobre Siempre Alice aludíamos a que la elección de Kristen Stewart representaba una buena decisión de casting, en este apartado tenemos a su contracara. Blancanieves y el cazador, esa fantasía salida de la relectura que los hermanos Grimm hicieron del clásico cuento, podría haber sido mucho mejor con otra actriz comandando la historia. Así como ciertos géneros la encuentran a Stewart mucho más cómoda y suelta (ver para el caso The Runaways, la biopic sobre la banda de Joan Jett), aquí la podemos ver luchando contra sus impedimentos para intentar posicionarse como heroína de acción. De más está decir que esto no solo no sucedió (las arengas no son lo suyo) sino que además su interpretación fue opacada por la de la Charlize Theron , el único elemento rescatable de un film mediocre. Asimismo, esta película estuvo acompañada por todo el ruido que hizo el affaire que Stewart tuvo con el realizador Rupert Sanders, uno que le valió un inusitado castigo por parte de la prensa. Con el tiempo de su lado,la actriz mantuvo su ya conocido perfil bajo y logró reponerse del escándalo intentando preservar aún más su vida privada.
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