Kevin Smith, todo un provocador
Con "La otra cara del amor", el público argentino podrá acceder al cine de Kevin Smith, uno de los realizadores más interesantes de la nueva escena independiente estadounidense. Aunque las dos primeras películas de la denominada Trilogía de Nueva Jersey ("Cajeros" y "Banda en fuga") se conocieron aquí en video, es este tercer opus el que lo catapultó a la consideración masiva.
Smith (de 28 años) debutó como realizador en 1994 con "Cajeros" ("Clerks"), que costó 27.575 dólares y recaudó tres millones. Más allá de la tendencia de los medios a realzar películas por el mero hecho de haber sido concebidas en circunstancias "heroicas" (Smith pagó el rodaje especulando con los topes de sus tarjetas de crédito y vendiendo su preciada colección de historietas), son los valores artísticos de este film en blanco y negro los que lo convirtieron en algo más que una esperanza.
Esta película ("un guión de 136 páginas lleno de chistes sobre penes", según su autor) fue premiada en los festivales de Sundance y Cannes y resultó la más rentable de 1994 en los Estados Unidos aplicando la fórmula costo-beneficio. "Cajeros" narra un día en la vida de típicos representantes de la Generación X que atienden un videoclub y un almacén contiguos (Smith trabajó tres años en un antro similar). Con un esquema parecido al de "Cigarros" y un espíritu que remite al cine de Richard Linklater, la película describe personajes, situaciones y diálogos delirantes, pero concebidos con una naturalidad que los hace siempre creíbles y queribles.
Tras su demoledora ópera prima, Gramercy Pictures y Universal decidieron invertir un año después 6,7 millones de dólares (una fortuna para los cánones del cine alternativo de Smith) en "Banda en fuga" ("Mallrats"), que resultó un fracaso desde todo punto de vista. Con Shannen Doherty (de la serie "Beverly Hills 90210"), la película se propuso continuar buceando en los conflictos de la Generación X, pero con el marco de lo que Smith considera como símbolo de los años 90: el shopping center.
Mientras los detractores lo acusaban de ser "un invento de una sola película", Smith volvió a sus fuentes y a rodar con 250.000 dólares "La otra cara del amor". El film no sólo le devolvió el favor de la crítica, sino que se convirtió en el segundo más rentable de 1997 (detrás de "¡Todo o nada!") al recaudar 14,7 millones, es decir, casi 60 veces su costo reconocido. El director dice que "es más divertido que "Cajeros", y tiene también un costado dramático. Además, es muy personal porque es un exponente de mi relación con Joey (Lauren Adams, protagonista del film)".
El signo de la controversia
El nuevo trabajo de Smith es "Dogma", una sátira religiosa, sin distribución asegurada por las presiones de grupos religiosos. En el film, que recibió excelentes críticas en Cannes, actúan Ben Affleck, Matt Damon, Linda Fiorentino, Salma Hayek, Alan Rickman, Chris Rock, la cantante Alanis Morissette y el propio Smith. Narra la historia de dos ángeles renegados (Affleck y Damon) que creen que las leyes de la Iglesia son falibles y apelan a recursos cuestionables para volver el Paraíso. Otras rarezas: un decimotercer apóstol de raza negra (Rock) y una versión femenina de Dios (Morissette).
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