Kenny Palacios: "Generalmente, mis clientas me reciben desnudas"
Es el estilista elegido por las más lindas: vive con Karina Jelinek, viaja con Vicky Xipolitakis y se dio el gusto de peinar a Paris Hilton
Nunca soñó con peinar a las mujeres más deseadas, pero algo –un aviso que prometía una buena salida laboral- lo llevó a inscribirse en una escuela de peluquería. No pasó tanto tiempo desde aquél impulso, pero Kenny Palacios consiguió ingresar en un círculo que muchos anhelan y, otros tantos, envidian.
Karina Jelinek, Zaira y Wanda Nara, Luciana Salazar, Silvina Luna, Vitto Saravia, Victoria y Stefanía Xipolitakis… Muchas son las chicas que dejan sus cabelleras en manos de este chico de 25 años, que nació en San Fernando y que hoy vive una vida muy distinta a la que imaginó, que por momentos roza lo bizarro: clientas vanidosas y mediáticas que lo reciben en su hogar, botellas de champagne siempre a mano, celos y chismes que vienen y van. "Siempre digo que cuando junte algo de plata y me retire, voy a sacar un libro con mis memorias", le confesó a Personajes.tv.
-¿Te van a autorizar tus clientas?
-¡No me importa! Para ese tiempo espero ya estar en otra cosa y poder publicar ese libro.
-Es raro, sos muy joven, estás en un lugar al que no muchos acceden y ya estás pensando en el retiro....
-No, no pienso en mi retiro, pero algún día tendré mi salón y lo manejaré por afuera. Por el momento prefiero trabajar por mi cuenta, porque para tener un salón tenés que tener buena gente laburando y que esa gente te corresponda bien. No es tan sencillo.
-¿En qué año empezaste a trabajar solo?
-En el 2009. Una de las primeras de las que me hice amigo fue Zaira Nara, y ella me fue presentando a la hermana, a otras amigas… Así comenzó todo.
-¿Tenés facilidad para las relaciones públicas?
-No, soy muy tímido. Con Zaira pegamos onda porque los dos éramos muy tranquis. No me interesa tener un perfil muy alto. Me divierte el tema de los medios, a veces me invitan a un programa y pretenden que "mate" a alguien, y la verdad que no me sale. En Twitter sí, porque es diferente; como nadie me ve, digo cualquier cosa.
Es divertido vivir con Karina. Yo la acompañé en un momento difícil que estaba pasando, nos hicimos amigos y me invitó a quedarme en su casa.
-Sos muy amigo de Karina Jelinek…
-Sí, muy amigo, vivo con ella. Es muy divertido vivir con Karina. Yo la acompañé en un momento difícil que estaba pasando, nos hicimos amigos y me invitó a quedarme en su casa. Primero fue una noche, después fueron dos, tres… Nos acompañamos mutuamente. Somos un grupito que salimos juntos a cenar, a bailar.
-¿Cómo es ella en la intimidad?
-Nunca sabés con qué te puede salir. Ella se levanta y te dice cualquier cosa, es muy divertida. A las 8 de la noche ya estamos con la copita de vino, esperando la cena, después miramos el "Bailando" o nos vamos por ahi.
-Y si se aburren, se graban haciendo videos…
-¡Claro! Eso sucede cuando ya tenemos cuatro copas encima, estamos aburridos y empezamos a bailar. Lo hacemos porque sabemos que del otro lado la gente se divierte. La pasamos bien.
-¿Cómo fue acompañarla durante su proceso de separación de Leonardo Fariña?
-Tratamos de estar junto a ella, de que no se sintiera sola y estuviera contenida. Estaba muy mal, la pasó muy mal, pero poco a poco va saliendo.
-¿Te celan tus otras clientas?
-Son todas muy celosas. Ahora comencé a trabajar con Victoria Xipolitakis, y hay un poquito de celos de parte de las otras chicas… Trato de hacerles entender que es de lo que vivo y que si no laburo no como. Lo van entendiendo, pero cada tanto tiran un "palito".
-Y ahora que la tenés a Vicky de clienta, ¿la estás ayudando con el tema de su pelo?
-Si, claro. Yo creo que, a esta altura, Miguelito [Romano] ya tendría que retirarse y no seguir quemándole el pelo a todas…
-¿Fue obra de él?
-Sí, fue obra de él.
-¿Vos le cortaste el pelo?
-No, fue Miguelito. Igual no se si le cortó el pelo porque le dejó dos orejas largas, no está terminado el corte. Lo que pasa es que a ella le encanta ese rubio platinado, y eso te mata el pelo. Encima ya tenía el pelo maltratado, le pusieron extensiones y se le terminaron haciendo rastas… No quedaba otra que cortar.
-¿Es muy difíicil lidiar con las clientas y sus egos?
-Muy difícil.
-¿Hay algún momento en el que te dan ganas de tirar todo por la borda?
-Sí. Tengo una clienta que, a veces, me dan ganas de ahorcarla. Es muy indecisa, te pide un lacio y después quiere ondas, después un recogido, y al tercer cambio ya te dan ganas de matarla. Trabajo con ella desde hace cuatro años.
-¿Es conocida?
-Sí, trabaja en un programa de televisión.
-¿Y con Luciana Salazar estás trabajando?
-Sí, pero no tanto. Lo que pasa es que a ella la atiende Bebe Sanders, que es quien le hace las extensiones desde hace muchos años, y yo la atiendo cuando Bebe no puede. Tengo la mejor con ella.
-¿Cómo es en la intimidad?
-Es muy reservada. Muy amigable, sabe lo que tiene que decir delante de quien, pero siempre hasta ahí, se guarda mucho.
Tengo una clienta que, a veces, me dan ganas de ahorcarla. Es muy indecisa, te pide un lacio y después quiere ondas, después un recogido, y al tercer cambio ya te dan ganas de matarla.
-¿La viste alguna vez con Martín Redrado, en la intimidad?
-Me los encontré en un restó hace dos meses…
-Están separados, ¿sabías?
-Sí, lo se. ¿Qué habrá pasado, no? Todos queremos saber. ¿Vos creés en esa relación?
…
-Es una relación rara, como todos dicen. Vamos a ver qué pasa cuando Luli hable.
-¿Fuiste el responsable del corte de pelo de Silvina?
-No, ella se lo cortó mientras estaba en Córdoba. Me contó que una noche fue a bailar, decidió cortárselo y se fue a una peluquería. Después se arrepintió, porque no se sentía del todo cómoda, y Bebe Sanders le hizo unas extensiones.
-¿Cómo es trabajar con ella?
-(Piensa). Es muy correcta, le gusta mucho la puntualidad, sabe lo que quiere y no le podés "jugar" mucho, pero es muy buena onda. Me llevo muy bien con casi todas las que laburo.
-¿Y Wanda?
-Es otro personaje, igual que Karina. Es divertida. Para su casamiento, por ejemplo, no hizo pruebas de maquillaje ni de peinado, me citó en el salón a las 17 y llegó a las 19.30. ¡Se casaba a las 21! Muy relajada, siempre haciendo chistes.
-¿Entendés su juego mediático?
-Ella se divierte con algunas cosas a través de las redes sociales, pero el tema de los hijos le debe molestar mucho. Ella ama a sus hijos y, por las pocas veces que lo he visto, Mauro también; siempre está jugando con ellos, los tiene a upa…Es muy cariñoso.
-¿Te imaginabas que ibas a convertirte algún día en el peinador de las chicas más deseadas?
-No, nunca.
-¿Y tus colegas? ¿Te reconocen?
-Yo empecé como asistente y muchos compañeros me trataron mal, me querían basurear por el solo hecho de estar por encima mío. Ahora se dieron un poco vuelta las cosas... Por ejemplo, siempre viajo con una conocida revista para las producciones que hacen en Brasil, y este año me enteré que un compañero mío de aquél tiempo había ofrecido pagar para viajar él en mi lugar. O sea, ¡él no quería que le paguen, quería pagar para ir él y que me "limpien"!
-¿Es peor ambiente que el de las vedettes?
-No, todos los ambientes son iguales. En todos lados hay envidia.
-¿Hay alguien que sueñes con peinar en Argentina?
-Sí, a Susana… Para eso Miguelito se tendría que jubilar y dejar de quemar pelos.
-¿A quién le cambiarías el look?
-A Pamela David. Es una mujer hermosa, pero la lookean muy mal; en su programa tiene una vestuarista que es el enemigo, lo dice todo el mundo. La hace lucir como una señora grande, y ella es una mujer con buena figura. A Belén Francese también le cambiaría mucho el pelo, le cambiaría el color, le sacaría las mechas rubias y se lo cortaría un poco; y le suavizaría el maquillaje.
-¿Hay alguna chica con la que te hayas peleado?
-No sé si peleado, pero me sentí maltratado por Julieta Díaz hace dos veranos, en Mar del Plata. Ella estaba haciendo teatro, la peiné para un evento y me dijo que al día siguiente me iba a llamar porque tenía que ir a lo de Mirtha Legrand. Fui al otro día y ella estaba con otro peinador, se escuchan gritos desde el camarín y era Julieta que no le gustaba lo que le estaba haciendo el chico en el pelo. Me llamaron a mí y, como tampoco le gustó lo que le estaba haciendo, empezó a gritar... Al día siguiente teníamos una producción de fotos para una revista, en la que iba a presentar a su novio, y pasó lo mismo. Me parece que ella es así, su humor, la mala disposición que tenía hacia todo.
-Esto de no tener tu salón y movilizarte hasta los domicilios de tus clientas te debe encontrar muy expuesto a su intimidad…
-Sí, generalmente mis clientas me reciben desnudas. No les importa nada, porque hay confianza.
-¿Y qué fue lo más extraño que te pasó?
-Peinar a Paris Hilton el verano pasado, en Punta del Este.
-¿Cómo fue eso?
-Me llamó una amiga productora para decirme que venía una figura muy importante y que estaban buscando peinador. Yo estaba ahí trabajando con Karina. Me vuelven a llamar a las dos horas para pedirme que mandara fotos de mis laburos a una dirección de mail, me preguntaron mi nombre, apellido, edad, si tenía algo que ver con la policía... ¡Me investigaron completamente! A las 3 de la mañana me llamaron para avisarme que estaba seleccionado para peinar a una estrella internacional.
-¿Nunca te dijeron quién era?
-¡No! Fue todo muy secreto. Al otro día me presenté en el hotel, al mediodía; yo estaba con zapatos, pantalón de vestir y camisa... ¡Un calor insoportable! Me citaron a las 12 y eran las 14 y seguía junto a la pileta, esperando, hasta que de pronto veo un tumulto de personal de seguridad y en el medio Paris y su manager.
-¿Qué pensaste en ese momento?
-Uff, me empecé a preguntar cómo iba a ser el trato con ella… Y ahí apareció su manager y el traductor para explicarme qué iba a necesitar. Esperamos media hora más, entramos a su habitación, se acercó, nos saludó y se puso a comer frutas.
La tele miente mucho, de verdad. Paris Hilton no era lo que yo pensaba; uno la ve siempre tan producida, con un cuerpazo y un pelazo… Nada de eso.
-¿Estaba desnuda?
-No, estaba con un jogging, zapatillas, una campera y anteojos negros, sentada en una mesa, comiendo y fumando. Al rato se acercó con una computadora y nos empezó a mostrar los peinados que la hacía su peinadora, y fuimos eligiendo qué quería; lo mismo hizo con el maquillaje. Era muy raro porque estaba muy abrigada, después pidió una manta, y no hacía frío en la habitación; es más, hacía un calor insoportable. Le trajeron dos ventiladores, pero seguía abrigada, muy raro… Andaba con sus dos ventiladores para todos lados.
-¿Que impresión te dejó, más allá de que estaba destemplada?
-Que la tele miente mucho, de verdad. Paris Hilton no era lo que yo pensaba; uno la ve siempre tan producida, con un cuerpazo y un pelazo… Nada de eso.
-¿Fue simpática, al menos?
-Nos hablaba lo justo y necesario. Después cuando empezó a pasar música se la veía divertida, pero... Yo le preguntaba si estaba bien el peinado y me respondía con señas, como que no tenía muchas ganas de hablarnos. Pero fue una buena experiencia, a mi me sirvió mucho.
-¿Hay alguien a quien no peinarías?
-No, no tengo problemas con eso, para mí es trabajo. Sí, por ejemplo, si Evangelina Anderson me pidiera que la peinara, lo consultaría con Wanda porque no me gustaría incomodarla. Eso, nada más. Yo no tengo la posibilidad económica de las chicas que pueden desfilar o no según cómo le caigan sus compañeras de pasarela.
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