Kasakoff, por lo contemporáneo

En agosto del año pasado, en la sala del Instituto Goethe, la pianista argentina Susana Kasakoff tocó un recital de piano cuyo centro de interés eran los "Estudios" de Gyorgy Ligeti, publicados en la década del 80. Sin embargo, la intérprete desplegó un operativo en el que las composiciones del húngaro alternaron con otros similares escritos por Czerny, Chopin, Debussy, Scriabin.

El público tuvo ocasión de enfrentarse con referencias inhabituales en un concierto, comprobar la continuidad que se produce en la música a lo largo de un siglo y medio, poder seguir la evolución de la escritura pianística e ingresar en los misteriosos e insospechados contactos entre creadores que sólo están distanciados por el tiempo.

Además de lograr que los oyentes de su recital fueran absorbidos de manera poco común por la audición, Kasakoff no hizo más que poner en práctica su credo artístico, generado por la convicción de que no hay un solo producto azaroso o aislado sin complicidad con su pasado.

Programas variados

"No me gustan los programas dedicados exclusivamente a un solo compositor. Prefiero los que tienen un poco de todo: una obra de Haydn, otra de Mozart, otra de Beethoven, otra de Brahms, otra contemporánea, siempre que hayan sido pensados con un criterio unificador", dijo la pianista a La Nación la semana última.

- Pero usted, más que ningún otro pianista, parece destinada sólo a hacer recitales con obras contemporáneas.

-Es mi destino y lo acepto con placer. Además, yo misma lo construí. No está nada mal contribuir a que la gente conozca obras que no se tocan habitualmente. Pero insisto en que me gustaría más que la gente entendiera cómo se llega a la época actual, a través de qué caminos y de qué tipo de elaboraciones.

- ¿Cómo se siente por actuar en solitario en la vanguardia?

-No tener competencia es cómodo. Pero yo no lo busqué por eso. Lo busqué porque me parece que el siglo XX es el único que ha descartado la música de su propio tiempo. En la época de Bach se escuchaba la música de Bach y en la de Mozart, la de él. A medida que avanzamos en el tiempo nos atrasamos con relación a la actualidad.

-Es que cada vez resulta más difícil procesar la enorme cantidad de música acumulada, algo que no sucedía ni en el barroco ni en el temprano clasicismo.

-Bueno, pero a medida que escucha, el público aprende a elegir y descartar.

El público contemporáneo

-¿Siempre tiene la sensación de que al público le gusta todo lo que toca en sus recitales?

-En estos últimos años, sí. En los conciertos de música contemporánea, hay mucho público joven, en cantidad que se reproduce. Y está muy atento a lo que oye. Cuando toqué la "Sonata Concord" percibía esto muy claramente. Los músicos extranjeros que vienen aquí se sorprenden mucho de la composición del público, con los jóvenes en porcentaje creciente.

-Ives será el compositor de un próximo disco suyo.

-Ya está grabado. Sólo falta editarlo.

-Usted tiene un CD recién aparecido con composiciones de Gabriel Senanes, que no es exactamente música de concierto. ¿Se trata de una escapada suya?

-No, se trata del ejercicio de un derecho del intérprete. La música de Senanes grabada ahí está entre el folklore, el tango y un tratamiento musical muy culto, que pide la sencillez y la intensidad expresiva. Yo creo que los pianistas deberían romper los círculos cerrados. Por ejemplo, deberían conquistar la libertad de la improvisación, tocando jazz, por lo menos, para ellos mismos. Además, se trata de la música que nos rodea y, si es buena, hay que conocerla y tocarla. ¿Por qué privarnos?

-¿Usted enseña con ese criterio a sus numerosos alumnos?

-Sí, pero primero les enseño que deben adquirir la mejor técnica posible. Para tocar bien cualquier cosa hay que tener una muy buena técnica. Y después no encerrarse y entender con seguridad todo. Porque si uno entiende la música de Mozart, tiene apertura para entender también cualquier otro lenguaje, el de los compositores de nuestra época, por ejemplo. Así me sucedió cuando di el recital en el Goethe con los "Estudios" de Ligeti.

-¿Y ahora qué tiene por delante como actividad?

-Primero, un recital de Ligeti en el ciclo del Colón "Bienvenida al siglo veintiuno", a mediados de junio. Después, un concierto con la Filarmónica dirigida por Gerardo Gandini. Voy a tocar "Pájaros exóticos" de Olivier Messiaen. Esto será en noviembre. Entretanto, algunos compromisos en el exterior y la edición discográfica de la "Sonata Concord". Sin dejar nunca a los alumnos, claro.

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